Disciplina en crecimiento
La tela como elemento que impulsa para volar bien alto
Mariela Báez (28) enseña acrobacia aérea en telas, en Jardín América. La disciplina, según explica, pertenece a la rama de las artes circenses y con el tiempo se derivó en danza aérea. Tiene alumnas de distintas edades, con la idea de dar a conocer sus conocimientos y compartir el arte con los demás.
“Conocí la actividad en 2011, de a poco me fui perfeccionando gracias al apoyo de mis maestras Gabriela Romero y Angie Aguirre”, contó la joven que estudió en Posadas y se propuso compartir sus saberes artísticos en su ciudad.
Aprendió la disciplina mientras era estudiante universitaria y repartía el tiempo entre arte y estudio. “Hubo momentos sin dormir en las noches por estar estudiando y a la par buscaba tiempo para practicar las acrobacias aéreas. Debía planificar las tareas y estudiar, pero si realmente te gusta algo y tenés claros los objetivos, la mochila es más liviana. Yo amo lo que hago, eso hace que sea más lindo y mas llevadero”, acotó.
“Me encanta enseñar, lo mejor en esta disciplina es observar el proceso no sólo en uno mismo, sino también en las alumnas y que las chicas logren superarse, eso es algo que hace muy feliz”, comentó.
“Acá es importante superarse día a día, no es fácil subir a la tela y cuando lo lográs, no es fácil hacer un truco. Por eso cuando vas conquistando momento a momento, es una mezcla de felicidad y adrenalina”, profundizó.
En esa línea, indicó que lo fundamental es tener protección para poder moverse cómodamente. “Se necesita que el elemento esté bien armado y tener colchones para evitar accidentes, después hay que empezar con el entrenamiento en piso y así uno tiene más fuerza para mejorar la técnica”, precisó.
Con la disciplina aún incipiente en la provincia, surgen algunas dificultades.“Encontrar el lugar y el espacio para promocionar este arte, mostrando lo que se realiza es complicado, a veces a la gente le da miedo, no entienden de qué se trata y siempre es más fácil excluir que incluir”, reflexionó.
Actualmente Mariela enseña en un gimnasio de la localidad y tiene 28 alumnas entre niñas y adolescentes.
‘‘Este año es especial porque estoy estudiando profesorado en educación física y reduje mis horarios para poder estudiar mejor, aunque tengo muchas chicas más que quieren sumarse para aprender”, contó la joven entusiasmada.
Mariela además explicó el desafío es sumar varones. “Me gustaría porque ellos también pueden hacer esta actividad, cuando tenga más espacio en mis horarios, quiero incluir varones y edades más adultas”, confirmó.
La joven distribuye así sus horarios entre trabajo y estudio.
Y aunque la pandemia complicó ambas actividades, no se desanima.
“Al abrir nuevamente pudimos controlar sin problemas, nos adaptamos a los protocolos y se redujeron los cupos en el gimnasio, pero se trabajó igual”.
Para cerrar, Mariela subrayó la importancia de perseguir los sueños. Quitarse los miedos y apostar a lo que se ama. Como anhelo particular mencionó las ganas de tener un lugar propio.
“Quiero tener un espacio específico en donde se pueda practicar y enseñar esta disciplina, yo creo que año a año lo voy a ir logrando y hacia eso apunto, a cumplir lo que me fijé como un objetivo”, cerró.
Informe de domingo
La destreza de moverse libremente
Tela, pallets, piso para desplegar arte y deporte
Una comunidad que se desplaza con gracia y espíritu solidario
Slackline: una disciplina que combina equilibrio físico y mental
Diversión, piruetas y trabajo en equipo de la mano del aerodance
