Mbyas y la educación como herramienta de inclusión
En el departamento de San Pedro son más de siete las comunidades aborígenes que día tras día luchan por conservar su cultura y reivindicar sus derechos, buscando convivir en armonía con el blanco. Entre estos derechos, el acceso a la educación está entre lo más anhelado. En un primer momento buscaron que los niños cuenten con escuelas interculturales, pero actualmente son los adultos los que hacen hincapié en aprender a manejar conocimientos básicos que les permitan desenvolverse en la sociedad, comenzando a demandar centros de enseñanza para adultos.
Esta necesidad de incorporar conceptos básicos sobre números y letras fue presentado ante fundaciones u organizaciones que realizan actividades en algunas de las comunidades. Ya que, y más aún con el avance de las comunicaciones donde la pandemia deriva muchas cuestiones a lo virtual, notaron aún más cuán necesario es incorporar nuevos conocimientos.
En el caso puntual de la aldea Alecrín, ubicada sobre ruta provincial 20 en San Pedro, la inquietud fue planteada por el anciano y cacique ante la directora de la Escuela 938, que funciona allí.
Mediante las gestiones realizadas a razón del interés demostrado por los adultos, se logró que hace un mes funcione una sede de la Escuela para Adultos Itinerante 9048.
La modalidad está dirigida a aquellos adultos mayores que no lograron terminar la primaria o secundaria. “La iniciativa nació de ellos junto a la Fundación Pibes y la Fundación Escuela de la Selva, es una enorme alegría brindarles ese servicio. Son adultos muy responsables que viven en primera persona lo difícil de desenvolverse en una sociedad tan avanzada sin saber leer y escribir”, señaló Sandra Aranda, directora de la Escuela 938 de la comunidad Alecrín.
“Mediante un acuerdo con el cacique Sebastián Benítez, el director de las Escuela para Adultos 9048, la escuela y el docente, se puso en marcha el espacio”, agregó.
Esta es la segunda escuela para adultos guaraníes que funciona en el departamento, la primera trabaja en la aldea Tekoa Arandú de Pozo Azul y depende del Sistema Provincial de Teleducación y Desarrollo (Sipted). En este caso las clases se desarrollan tres veces por semana: miércoles, jueves y viernes a partir de las 16. Con asistencia regular participan entre 20 a 25 adultos que provienen tanto de la aldea Alecrín como de Yabotí Mirí o Guavyrá Poty. A cargo del aula está el docente Daniel Estelter, estando pendiente la designación de un docente auxiliar indígena para adultos que fue solicitado por el cacique.
La edad de la matrícula adulta es de entre 30 y 60 años, quienes encuentran en la educación una esperanza para afianzar las luchas, poner en valor la cultura indígena y pelear por los derechos, donde además de la educación está la cuestión de la ocupación de tierras.
En el departamento son cuatro las aldeas que lucharon a fin de contar con un establecimiento educativo donde los niños puedan acceder al sistema de educación, sin tener que caminar por más de diez kilómetros y cuya pedagogía se adapte tanto a la realidad como a la cultura originaria. Entre ellas, la Escuela 812 de la aldea Tekoa Arandú donde se instaló un aula satélite de la Escuela 759; la aldea Alecrín donde funciona la Escuela 938 de jornada completa; la aldea Yabotí Mirí donde funciona un aula satélite de la Escuela 938 y en la aldea Guavyrá Poty, donde funciona el aula satélite de la Escuela 780 con una extensión del Núcleo Educativo de Nivel Inicial (Neni) 2084.
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