Había caído entre el 35% y 50% el año pasado
Escuelas de adultos recuperaron matrícula con la presencialidad
El año pasado, en virtualidad, las escuelas de adultos tuvieron caídas en promedio del 35% de su matrícula de alumnos, pero hubo casos en los que el descenso llegó a más.
Si bien se desplegaron diversas estrategias para que los tudiantes no pierdan la continuidad pedagógica, los adultos que están en proceso de terminar la primaria o secundaria fueron uno de los grupos más perjudicados por la suspensión de las clases de manera presencial. Es que el valor del docente al frente del aula cobra aquí otro significado, no solo educa, sino que también contiene a una población que por lo general es muy vulnerable.
En su gran mayoría pertenecen a sectores con escasa instrucción, trabajan de día y cursan de noche. O no poseen gran conocimiento de dispositivos tecnológicos, por lo que la virtualidad para ellos no era una opción. Por ese motivo muchos dejaron de asistir a las clases, a la espera de la vuelta de la presencialidad.
“El año pasado atravesamos una situación bastante difícil, tanto emotiva como de presencialidad. Nosotros trabajamos con una franja etaria en la que no sólo atendemos la terminalidad primaria o secundaria, sino que tenemos una gama interesante de talleres con salida laboral rápida y tenemos concurrentes que vienen de situaciones de necesidad, donde no está a su alcance un ingreso universitario”, comentó Luis Capaia, director de Escuelas para Jóvenes y Adultos (Epja).
Contacto
“El año pasado se nos complicó bastante con la pandemia porque teníamos dificultades de conectividad en algunas zonas. Otro tema es que en una familia no siempre hay cinco o seis celulares para comunicarse, entonces iban rotando los que podían comunicarse y eso a nosotros se nos hizo cuesta arriba porque la terminalidad primaria requiere el contacto del docente porque el alumno necesita un acompañamiento diferente. No es lo mismo que un facultativo o un terciario que sí está más adaptado a la tecnología y tiene otros accesos”, explicó en Acá Te Lo Contamos por Radioactiva 100.7
En ese sentido, indicó que el proceso de enseñanza de un adulto, que requiere de mucho acompañamiento, cercanía y empatía por parte de los docentes que lo forman. “Una persona de 30 o 40 años que dejó mucho tiempo la escolarización primaria necesita la confianza, el afecto y la contención del educador. Un perfil que reúnen los docentes de adultos para ese tipo de atención, que naturalmente no se pudo dar porque trabajamos con la virtualidad que se impuso por la pandemia”, comentó Capaia en otro tramo de la entrevista.
En 2019 Misiones tenía 23.000 alumnos en la modalidad formal (85 escuelas) y once mil estudiantes en las modalidades itinerantes (33 escuelas). Actualmente esos números volvieron a estabilizarse y quienes se fueron regresaron a las instituciones. Y la población que accede a las instituciones tiene de 18 años en adelante.
“Este año estamos casi como en una situación normal previa a la pandemia con la matrícula, se recuperó muy bien. Además tenemos la particularidad que como las terminaciones son procesuales, los alumnos se pueden inscribir todo el año. Estamos por encima del 75% de lo que normalmente tenemos en las unidades escolares. Además, prácticamente no trabajamos con burbujas porque los grupos son menores y están alrededor de los 15 alumnos por aula, no es como un grupo de primaria o secundaria común con entre 25 y 30 alumnos”, destacó.
La franja etaria que más volvió a la escuela es la de 35 a 55 años. “Es posible que también la desocupación haya influido en que estas personas quieran salir a capacitarse”, precisó.
Formación
Además de la terminalidad primaria o secundaria, las escuelas para jóvenes y adultos ofrecen talleres de formación profesional para que puedan capacitarse en un oficio y acceder con mejores saberes al mundo laboral.
“En las escuelas los concientizamos en que el mundo hoy es competitivo, no solo hay que terminar la primaria sino que también los encaminamos al secundario y a que tengan un oficio, si se quedan sin capacitarse es muy complicado acceder a mejores trabajos”, contó Capaia, al punto que estos talleres son el gran atractivo para los estudiantes.
“Nuestra fortaleza está en los talleres. Por eso se nos dificultó más el año pasado porque necesitan la practicidad, porque es imposible enseñar un taller de peluquería por teléfono o hacer una práctica de electricidad o de corte y confección. Eso nos bajó enormemente el proceso de enseñanza, aprendizaje y la salida laboral”, dijo sobre cómo trabajaron el año pasado.
Los talleres con mayor demanda son peluquería, operador de PC, corte y confección, artesanía y reciclaje, electricidad del automóvil o domiciliaria y secretariado administrativo.
Por último, sobre cómo está trabajando esta modalidad en contexto de pandemia, afirmó que todos son muy cuidadosos de los protocolos. “Nuestros alumnos que están en la periferia y concurren a los talleres, no tuvieron mayores problemas dentro de las unidades escolares. Y habíamos empezado a trabajar en burbujas, pero después decidimos no hacerlo porque en realidad podíamos atenderlos. Son muy previsores, cada uno va con su barbijo, tienen todos los cuidados, también están los insumos que le proveemos nosotros desde Educación. Además ellos quieren concurrir, porque el adulto va a las escuelas porque quiere y necesita”, finalizó.
En cifras
45
La edad promedio de los estudiantes adultos, que tienen entre 35 y 55 años. Buscan terminar la escuela y capacitarse en diversos oficios.
118
Misiones tiene 85 escuelas de modalidad formal y 33 itinerantes. El 75% de los alumnos de esas 118 instituciones acude a clases.
Nota relacinada
