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Día Internacional de la Danza

La danza se reconfigura con mayor inclusión

Cuestionar patrones hegemónicos y estereotipos físicos, trabajar la idea de cuerpos mixtos, ser disciplinado y respetar la diversidad; ejes para una expresión artística inclusiva

jueves 29 de abril de 2021 | 6:08hs.
La danza se reconfigura con mayor  inclusión
En el Día Internacional de la Danza, Adela Sosa, bailarina y profesora, afirma que “quien se expresa con el corazón puede hacer que su cuerpo baile, indistintamente de los estigmas y los estereotipos”. Foto: Marcelo Rodríguez
En el Día Internacional de la Danza, Adela Sosa, bailarina y profesora, afirma que “quien se expresa con el corazón puede hacer que su cuerpo baile, indistintamente de los estigmas y los estereotipos”. Foto: Marcelo Rodríguez

El cuerpo es la herramienta de transmisión, el canal por donde fluye la comunicación. Y requiere de preparación, entrenamiento y disciplina para lograr expresar con figuras lo que el alma quiere decir; cualquier cuerpo –como fuere que sea- puede bailar.

Quién dice qué o cómo debe ser un cuerpo para danzar; quién es o qué es lo que decide cómo tiene que ser el cuerpo en la danza. Las incógnitas habilitan nuevos modos de pensar la diversidad, los estereotipos y la posibilidad de leer los cuerpos –todos diferentes- en igualdad de condiciones. 

Hoy, en el Día Internacional de la Danza -establecido por la Unesco en 1982- la expresión artística se reconfigura como una disciplina más inclusiva. Deconstruyéndose e intentando evitar el prejuicio y la discriminación, la danza se potencia como un arte que busca relucir la esencia de cada ser al tiempo que celebra la diversidad de los cuerpos y sus expresiones.

“A lo largo de la historia, el concepto de cuerpo ha ido cambiando, modificándose, y creando ciertos modelos o estereotipos que también se fueron aplicando en la danza. Dependiendo el tipo de danza que se baile, hay diferentes estereotipos de cuerpos, algunos más exigentes y difíciles de alcanzar que otros. Pero todos responden a patrones creados históricamente”, comenzó explicando Adela Sosa, bailarina profesional de folclore y profesora de danza, en diálogo con El Territorio.

Ahora bien, la importancia de la noción e idea que tenemos como sociedad de cuerpo y belleza, de bailarines y tipos de cuerpos, radica en entender que esos conceptos son construidos culturalmente. Por lo tanto, aprender a cuestionar estos patrones y trabajar en pos de una expresión artística más inclusiva es una tarea social que se viene llevando a cabo desde hace algunos años.

“De un tiempo a esta parte, y gracias al trabajo de muchas personas, la danza profesional comenzó a aceptar y trabajar la idea de cuerpos mixtos”, acotó la bailarina, que comenzó su carrera artística a los 8 años, incursionando en el folclore y la danza clásica y actualmente se desempeña en el Colectivo Cultural Soñadores.

“En la danza, el cuerpo necesita un mensaje que decir y ese mensaje está ligado al espíritu y la realidad de una persona. Entonces, también dependiendo de lo que se baile, la danza requiere de entrenamiento, trabajo, constancia y disciplina, para que pueda ser ejercida correctamente. Pero aquel que se expresa con el corazón puede hacer que su cuerpo –como fuere que sea- baile; indistintamente de la presión social, de los estigmas, el contexto, los estereotipos y más”, reflexionó la joven haciendo hincapié en que no es necesario alcanzar un cuerpo esbelto o ciertos patrones para ejercer la danza.

“Sí es cierto que hay parámetros y cuestiones que se necesitan tener en cuenta –sobre todo a la hora de ser un bailarín profesional- para lograr figuras, acrobacias, piruetas y más. Pero no tenemos que quedarnos con las ganas de bailar si ese es el camino que elegimos y queremos llevar adelante”, detalló en consonancia Alejandrino Vázquez, pareja de baile de Adela y también bailarín profesional.

“La danza requiere de cierta formación y entrenamiento –al igual que toda expresión artística- pero el tipo de cuerpo que tengas no condiciona eso”, agregó el bailarín.

En ese marco, resaltaron que es importante cuidar el cuerpo y mantener un buen estado físico; pero también es menester entender que la salud también pasa por el bienestar emocional, por la seguridad y autoestima, por “esa felicidad de sentirse cómodo con uno mismo”.

“El bailarín tiene que aprender a amarse así como es. Uno puede desarrollarse como bailarín profesional sin importar los kilitos de más o de menos, sin importar si tiene sólo un brazo o una sola pierna, si es muy alto o muy bajo, o cualquiera que sea la apreciación que lo hace salirse de ese patrón hegemónico. Se puede ser bailarín profesional, todos podemos serlo con trabajo y constancia. Sólo requiere de esfuerzo y de tener verdadera vocación para la danza”, expresaron.

Una meta conquistada

La pareja fue consagrada como Revelación en la edición 49 del Festival Nacional de la Música del Litoral, en 2018, y figura como la primera pareja de baile en destacarse en esa categoría en el festival nacional.

“Para muchos, ese año fue un ‘¡wuau!, salieron dos gorditos Revelación del Festival’. Pero yo creo que no pasa por el físico, por la forma del cuerpo; sino por la calidad del espectáculo y lo que uno brinda al momento de bailar. Es muy difícil el trajín del día a día y así como hay gente que celebra tu trabajo y te felicita por lo que haces y por romper o luchar por terminar con esos estereotipos, también hay muchos que te critican por tu condición física”, detalló Adela, con ojos brillosos. “Por eso, para nosotros, consagrarnos como Revelación fue tan importante. Porque además marca una evolución en la danza en cuanto a lo inclusivo”, agregó por su parte Alejandrino.

En lo que respecta al trabajo y el espacio que se fueron ganando con el tiempo, desde que comenzaron a bailar juntos en 2016, Adela señaló: “Uno siempre puede tomar acciones y llegar a donde quiere. Si no me siento bien o no me aceptan en un lugar tengo que saber que hay muchos otros donde puedo crecer, pero si no lo encuentro puedo yo misma crear ese lugar para hacer lo que quiero y siento”.

“Ese es el camino que elegimos y seguimos; y hoy creemos firmemente que todo el que sienta y quiera ser parte o vivir con la danza, lo puede hacer”, agregó Vázquez.

Sólo es cuestión de aprender que en tanta diversidad, todos somos iguales.

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