“Nos ayudamos entre nosotras, a todas nos pasó algo similar”

martes 27 de abril de 2021 | 17:48hs.
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Vanesa Silvero tiene 37 años, es madre de seis hijos y abuela de dos nietos. Tanto ella como una de sus hijas fueron víctimas de la violencia machista, pero hoy pueden contar la historia. 

“Cuando comencé a cobrar el plan Ellas Hacen, empecé a estudiar, porque era la condición para poder tenerlo. Así que terminé mis materias pendientes del secundario y cuando arranqué la facultad mi pareja me dejó porque me empecé a vestir de otra manera y a él no le gustaba. Me compré un vestido corto y unos zapatos de taco y a él no le gustaba. Siempre había sido así pero yo estaba ciega”, dijo en diálogo con este medio.

Aunque ella era el sostén económico del hogar, el control que él ejercía estaba dado por la violencia psicológica y también física. “Él se mandaba mensajes con otras chicas y una vez, cuando yo le reclamé eso, me desmayó de una piña. Me acuerdo que me desperté en el piso y él ya no estaba. Yo me defendía como podía”, recordó Vanesa.

Hoy, asegura que hace siete años no ve a su ex, quien actualmente vive en Corrientes, y Vanesa intenta seguir con su vida, que desde que ingresó a la cooperativa se volvió mucho más amena y encontró en otras mujeres una red de contención, además de un trabajo estable. De esta forma pudo ayudar a su propia hija, quien también sufría violencia por parte de su pareja.

Pese a que el padre de sus hijos ya no vive en la ciudad, Vanesa contó que muchas veces les escribe a través de las redes sociales y eso le genera un enorme temor. “Yo les pregunté si ellos quieren verlo, respeto mucho su decisión aunque él me haya maltratado a mi, es su padre, pero la realidad es que tengo miedo por mis hijos, a mi que me haga lo que quiera pero a mis hijos no… mis hijos son todo para mi”, señaló con la voz entrecortada.

Respecto a la ayuda que encontró en la cooperativa, afirmó que “nosotras nos ayudamos así, entre nosotras, somos psicólogas, nos damos ropa, lo que sea que la otra necesita. A todas nos pasó algo similar. El maltrato y la violencia no van a terminar, pero entre nosotras tratamos de ayudarnos. Algunas pudieron superarlo y otras todavía incluso tienen vergüenza de contar”.

Vanesa no conoce otro camino que no sea el esfuerzo. Desde niña siempre trabajó y cundo tuvo a sus hijos, se aferró con uñas y dientes al trabajo. Vendiendo verduras en la calle, no le importaba si llovía, si estaba cansada, o si no tenía con quien dejarlos, los llevaba con ella.

“Volvía a mi casa y tenía que hacer todo porque mi marido no hacía nada. Yo no podía darme el lujo de no ir a trabajar, tenía que darle de comer a mis hijos”, manifestó.

En este sentido, reflexionó: “Lamentablemente uno arrastra a eso a los chicos, mi hija sufrió violencia porque yo le mostré eso, pero ella se separó cuando su nena tenía 2 años, ahora tiene 5. Por suerte a mi nieta no le tocó vivir las cosas que vivió su mamá, ella ya tiene otra conciencia. Eso es lo bueno que rescatamos de todo esto”.

Dónde acudir

Se recuerda que a nivel país están habilitadas las líneas 911, 144 y 137 para pedir ayuda, al tiempo que en Misiones recientemente se habilitó una línea de WhatsApp (3764-249224) para el envío de mensajes de texto para aquellas personas que se ven imposibilitadas de visibilizar su situación a través de llamadas. 

 

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