Milagro en tiempos de pandemia

Contrajo Covid, tuvo una cesárea y sobrevivió luego de 12 días en coma

Ivana Sanabria (33) cursaba el octavo mes de embarazo cuando se contagió. Ingresó al Hospital Materno Neonatal con un cuadro grave pero despertó. El sábado le dieron el alta
martes 20 de abril de 2021 | 6:39hs.
Contrajo Covid, tuvo una cesárea y  sobrevivió luego de 12 días en coma
Contrajo Covid, tuvo una cesárea y sobrevivió luego de 12 días en coma

Contra todo pronóstico médico, sobrevivió.  Ivana Belén Sanabria (33) cursaba el octavo mes de embarazo cuando contrajo Covid-19. En pocos días, el virus le generó un pico de fiebre e insuficiencia respiratoria, ingresó al Hospital Materno Neonatal (HMN) con un cuadro complejo dado que el asma, dolencia que padece desde niña, agravó su estado de salud.

Tuvo que ser sometida a una cesárea de urgencia. Tenía fecha de parto para mayo, pero la situación obligó a cambiar el calendario. El bebé nació prematuro y según informaron los médicos a la familia, dio positivo de coronavirus. Después de dos semanas de internación, la criatura recibió el alta médica mientras su mamá aún luchaba por vivir en una cama de terapia intensiva.

Ivana estuvo 17 días internada, de los cuales en 12 necesitó asistencia respiratoria mecánica (ARM). Intubada y en coma inducido, los profesionales médicos le daban pocas esperanzas. Pero sucedió lo inexplicable: se despertó. “Sentís que no das más, yo estaba muy cansada. Pero en todo momento estuvieron mis hijos en mi cabeza, pensaba en mi mamá (...) Y un día me despierto totalmente perdida pensando que me habían robado la zapatilla, que estaba en un avión, no dimensioné en qué contexto estaba ni lo que estaba pasando. Estimo que por la sedación”, comenta.

Además de Juan Martín, que no tiene ni un mes de vida, está Agustina, la hermanita, de 8 años.

Ayer, en su casa de Miguel Lanús, donde vive con su familia, Ivana recibió a El Territorio. Le dieron el alta médica el sábado y fue una fiesta en el predio del HMN. Ahí estaban presentes los peregrinos Sanabria, más firmes que nunca. El personal del hospital los apodó “los peregrinos” porque de día y de noche iban a rezar frente al nosocomio. No podían entrar, lo sabían, pero se autoconvocaron ahí durante los 17 días de internación de Ivana.

 Juan Martín ya está en sus brazos, ella lo mira y contiene las  lágrimas mientras rememora la experiencia más difícil de su vida. “A mi marido le da positivo, él me dice que se iba a testear porque sentía síntomas. Voy con síntomas a testearme y dos días después me da positivo a mí también. Embarazada y encima asmática. Me pasaron mil cosas por la cabeza y cuando me doy cuenta me faltaba el aire, volaba de fiebre, el dolor corporal era inmenso y sólo era pensar en el bebé. Al 31 de marzo yo estaba con 33 semanas de embarazo”, cuenta en diálogo con este medio.

“Me da positivo un lunes y el miércoles ya caí internada, y de ahí ya no salí más hasta el sábado pasado. Casi 20 días internada, doce en terapia. Cuando me hacen la cesárea ya no me llegaba el oxígeno, lo único que me acuerdo es que alcancé a decir el nombre de mi hijo. Cuando salgo de la cesárea me ponen boca abajo para ayudarme a respirar, con la técnica del ambu, yo estaba con el oxígeno, no daba más”, relata.

“El médico se dio cuenta de que yo no podía más. Entonces el médico, el anestesista y la enfermera me sacan la mascarilla y ahí directamente coma inducido e intubación”, explica, al tiempo que se apresura a nombrar a su héroe de delantal blanco: “El médico que me salvó la vida fue Luis Forte. Él decidió intubarme, me dijo que se arriesgaba con esto, pero me salvó”.

Consultada sobre si experimentó alguna vez algo similar, respondió: “Me pasó una vez tener una crisis con el asma, cuando tenía 16 años, pero a este nivel, jamás. Despertarme de un coma con pronósticos poco alentadores, subía la fiebre, rechazaba el medicamento, estoy pinchada por todos lados porque la sangre se me coagulaba. La verdad que estoy viva contra todo pronóstico. Era todo minuto a minuto, en todo momento fui una paciente con pronóstico reservado. A él lo testearon cuando nació y según el informe dio positivo a Covid”, sostiene.

“En un momento dejó de funcionar el respirador y una enfermera bombeaba. Un trabajo manual por 50 minutos para que yo pueda respirar. Infectólogos, neumonólogos, enfermeros, todo un equipo de trabajo en el hospital, que no me abandonó, me contuvo. Nos tocó vivir esto de la peor manera, pero con el mejor final. Ni yo puedo creer que estoy viva”.

Los peregrinos

Beatriz, mamá de Ivana, fue quien lideró el regimiento familiar esos días de angustia. Ivana es la mayor de cuatro hermanos, su recuperación será larga, le queda mucho por seguir andando. No obstante, es testimonio de fe y, a la vez, un llamado de atención para quienes subestiman el virus que desencadenó la pandemia.

“El médico me dijo: ‘Su hija tiene un pronóstico bravísimo, muy grave, ella no normaliza su presión arterial, tiene fiebre, no responde a la medicación, yo no puede asegurar nada, ponemos todo de nosotros, pero ya está en manos de Dios’”, cuenta Beatriz.

“Con todo eso, empezamos desde el 31 de marzo hasta el sábado que le dieron el alta, estuvimos día y noche ahí, rezando por ella. A nosotros nos llamaron los peregrinos, aunque no podíamos entrar al hospital, estábamos en el predio, rezando para que no le agarre un paro cardíaco o un derrame cerebral. Sabíamos que tenía pocas posibilidades de vivir, pero nosotros no paramos de rezar”, dice.

“Eran muy pocas las esperanzas que nos daban los médicos. En realidad, nos iban preparando para el peor desenlace. Nosotros cuando amanecía dábamos gracias porque ella estaba respirando, un día más”.

“Yo gritaba afuera del hospital con la mirada al cielo. Bajá, tenés que bajar. Sentí que ella me escuchaba”, relata la madre con evidente emoción, y agrega: “Y así fue, me escuchó y se quedó con nosotros”. 

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