A 20 años de la muerte de Joey Ramone, la voz del punk rock

Bizarro, talentoso, sensible y dueño de un estilo único, junto a su banda dejó un legado incalculable. El amor de Los Ramones por Argentina y viceversa. El último show del grupo -en River- y su música que aún resuena
viernes 16 de abril de 2021 | 0:27hs.
A 20 años de la muerte de Joey Ramone, la  voz del punk rock
A 20 años de la muerte de Joey Ramone, la voz del punk rock

Si a Jeffrey Hyman le hubieran dicho en su etapa de adolescente que sería un mito en la historia de la música, no lo hubiera creído.

Miope y con un trastorno obsesivo compulsivo, nunca fue lo que en Estados Unidos se conoce como un chico popular. Flaco, desgarbado, con anteojos y una imagen que dista de los glamorosos frontmans del rock mundial, jamás hubiera imaginado que en 2021, a 8518 kilómetros de su Nueva York natal, en Argentina muchas personas lo lloran y lo idolatran a 20 años de su muerte. Joey Ramone superó ampliamente lo que se suponía que iba a ser.

Su historia no se puede contar sin hablar de Los Ramones. En la adolescencia, junto a sus amigos Douglas Colvin (luego, Dee Dee), Tommy Erdélyi y Johnny Cummings decidieron crear una banda. Para reafimar ese sentido de hermandad, se pusieron todos el mismo apellido. Fue así como llegaron a un barrio picante de Manhattan desde su Queens original. En la parte oscura de la gran manzana, en los alrededores del CBGB (bar que funcionó como una olla a presión) se cocinó rápidamente su estilo de música y cultura punk rock . Ahí también lograron codearse con otros artistas que serían luego relevantes a nivel internacional.

A lo largo de su carrera, Los Ramones pelearon y se pelearon entre ellos para dejar de ser “de culto” y lograr la masividad en Estados Unidos y en el mundo (esa masividad que en Argentina los abrazó hasta la locura). Fracasaron. Al menos, en vida. “Hoy son más grandes que nunca. Se separaron en 1996 y, después de eso, empezaron a sonar en la radio. Aparecieron en comerciales de tv, en la banda de sonido de películas. Ahora son tan grandes… Me encanta, pero es una pena que ellos no lo vieran”, le explicó a La Viola Monte Melnik, histórico road manager de la banda.

“Tengo recuerdos de Joey, Johnny y Dee Dee todos los días. Si pongo una canción o cuando escucho la radio... Eran mis amigos y mis compañeros. Nuestros caminos se cruzaron en los 70 y de ahí hice 1700 recitales con ellos. Los extraño. Éramos los amigos más cercanos”, le confesó Marky Ramone, baterista de la banda, a La Viola. La letra fría dice que Los Ramones hicieron 14 discos de estudio y más de dos mil shows en vivo. Pero lo que no se puede medir es la influencia que tuvieron a nivel musical y cultural: su ADN se puede ver en bandas disímiles como U2, Red Hot Chili Peppers, Pearl Jam y Green Day, a nivel internacional; o 2 Minutos y Él Mató a un Policía Motorizado, a nivel local.

El romance con Argentina

Argentina es, quizás, el país más ramonero del mundo. La primera vez que la banda pisó suelo argento fue el 3 de febrero de 1987. Un día más tarde dieron un show demoledor en Obras Sanitarias. Según cuenta la leyenda, Luca Prodan, Charly García, Fito Páez y algunos integrantes de los Redondos estuvieron entre las 5 mil almas que vieron el show. Difícil es confirmar si esto es cierto o un mito más. Lo que queda claro es que ese fue el comienzo de un romance que durará para siempre.

Tal fue la influencia que tuvieron sobre el país y el país sobre ellos, que el último show multitudinario fue acá. El 16 de marzo de 1996 la banda neoyorquina llegó a despedirse de su público con la gira “Adiós Amigos”. Una multitud copó River: se habla de más de 60 mil personas. Con transmisión de Telefe, el show llegó a todos los rincones de Argentina (¿se imaginan en 2021 a Telefe transmitiendo un show punk?). “El lugar temblaba. La gente cantaba todas las canciones. Entrar y salir del estadio fue muy complicado”, recordó Marky. Días antes, la marca más grande de gaseosas, una de las empresas auspiciantes, lanzó una promoción de canje de diez tapitas por una entrada para el recital. Fue tanta la gente que quiso participar que todo terminó en desmadre: en pleno centro, sobre la calle Florida, las personas que se quedaron sin tickets provocaron incidentes, rompieron vidrieras y se enfrentaron con la policía. Además, los esperaban en la puerta del hotel y corrían al lado de su camioneta. Un fanatismo que Los Ramones jamás vieron en otra parte del mundo. “Allá ellos comprobaron qué era ser un supergrupo. No lo disfrutaron plenamente porque no podían hacer nada. Algunas veces no podíamos salir del hotel y otras nos echaban porque los chicos trataban de entrar”, aseguró Melnik.

En Argentina también se empezó a escribir el capítulo final de la vida de Joey: en 1994, días antes de salir de gira por Sudamérica, se hizo estudios médicos de rutina. Los resultados mostraron problemas en la sangre –a causa de un linfoma en la médula ósea-. Fueron recibidos por el cantante en nuestras tierras. “El doctor llamó a casa y dijo: ‘hay que traerlo de vuelta’”, contó Charlotte Lester, su mamá, en el libro I Slept with Joey Ramone.

Después del divorcio del grupo, Joey se mantuvo activo produciendo a otros artistas y grabando. El 15 de abril de 2001, a los 49 años, el cáncer linfático que lo tenía postrado en un hospital de Nueva York cumplió con su cometido y terminó con su vida.

Sus dos discos solistas se publicaron post mortem y suenan como una despedida que llegó tarde. Bizarro, talentoso, sensible y dueño de una voz única, deja un legado que aun no se puede dimensionar. Junto con su banda, logró forjar una relación de amor y fidelidad con el público argentino digna de estudios sociológicos. A 20 años de su muerte, las remeras de Los Ramones se multiplican y todavía resuena el eco de su voz. 

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