Mitología y realidad en clave misionera

Nicolás Rodríguez presenta una muestra de mixturas en la que la mitología universal y regional, los tareferos, el cuerpo humano y otras narraciones se conjugan en expresiones performáticas. Por la mañana, en el centro cultural de la Estación
viernes 09 de abril de 2021 | 6:08hs.
Mitología y realidad en clave misionera
Mitología y realidad en clave misionera

Mixturas, interacción, experiencia. Nicolás Rodríguez presenta una instalación en el cuarto tramo de la Costanera de Posadas denominada ‘Toda mitología esconde una realidad’, una muestra que pretende la experiencia directa con el arte.

La apuesta no sólo invita a reflexionar y vincular la mitología universal con nuestra historia local, sino también se presenta como una opción de experiencia concreta con el arte performático, con las realidades, los modos de ser y estar en el mundo, el pasado que vivimos y el futuro que planeamos.

La exhibición gira en torno a una estructura de alas de urutaú: una escultura colgante que se transforma en un espantapájaros. Además, la leyenda de Ícaro, los trabajadores de la yerba mate, seres mágicos y el cuerpo humano son algunas de las narraciones que interactúan en la muestra.

En la puerta de entrada, dos alas negras y tajeadas, con flecos y escritos, se desprenden del techo. La estructura de seis metros representa las alas y toda la mitología que rodea al pájaro fantasma de la región litoraleña. 

“Cuando era niño, un urutaú se posó en el muro que separaba la casa de mi abuela de la mía y ella me contó que ese es el pájaro de la muerte. Recuerdo que ese día no pude dormir pensando en ello y con el tiempo comencé a investigar más sobre el pájaro y toda la historia y tradición que lo rodea”, expresó el artista a El Territorio sobre la obra estrella de su muestra. Ahondando en más detalles, señaló: “A medida que fui construyendo las alas y dándole forma al proyecto me di cuenta que terminó siendo como un espantapájaros más que el pájaro en sí. Cuando terminé me dije a mí mismo ‘claro, yo en realidad no estoy haciendo las alas del pájaro sino más bien un espantapájaros para que no venga el uru’, para que no me visite, porque es el pájaro de la muerte”.

A las alas y el espaldar se suma otra instalación móvil. Una colección de dibujos, pinturas, copias, escritos y demás piezas, en forma de colgantes. Una apuesta que busca que el espectador recorra la muestra de la manera que desee y permite, a su vez, la interacción experimental entre las obras y el visitante.

“No es una muestra de dibujos. Es una experiencia distinta porque busca también que se ponga el cuerpo al momento de ver la muestra. Plantea la interacción con la obra, hacer un recorrido, mirar hacia arriba y los costados, esquivar las piezas y más”, resumió Rodríguez respecto de la apuesta que yace en el salón del centro cultural de la Estación.

Allí, se puede observar gran parte de su investigación mitológica, que comenzó hace ya dos años.

“Mi investigación empezó con la mitología, pero me centré mucho también en el urutaú como forma mitológica, casi intuitivamente. Me interesó la figura de él como pájaro fantasma, que se lamenta de las muertes injustas -eso me llevó a pensar también en los tarefereos y esos trabajadores de la región que vivieron y murieron en condiciones injustas -y a la vez, asocié a ese pájaro y sus alas con las alas de Ícaro (mito griego en el que el padre del joven le construye unas alas de plumas y cera y le dice que no vuele muy alto porque se iban a derretir y que tampoco volara muy bajo porque sus alas se iban a mojar). Así que este mito, asociado al urutaú, a la yerba y los tareferos, al trabajo forzado y las muertes injustas me llevaron a mixturar una serie de dibujos y pinturas que fui reflejando en estas obras”, explicó.

El sol, el color dorado, la yerba, el cuerpo humano, las alas como una posibilidad de escapar y salirse de una estructura organizada o sistemática, la utopía, las experiencias, los monstruos de la mitología y lo que ahora vemos como monstruoso o que simplemente no encaja en el sistema. Todo se conjuga en la colección de Rodríguez.

“Algunos trabajos los relacioné también con el sapecado de la yerba -que en guaraní sapecar significa abrir los ojos-. Para mí, hay algo del trabajador en sí que tiene que ver con que está en un sistema condicionado, que no puede volar ni muy alto ni muy bajo, como Ícaro. Así, trato de conectar la mitología con nuestra historia, con la realidad, con nuestras y otras realidades. Se trata de un trabajo mixturado”, alegó el artista.

Todo se entrelaza en esta muestra que se apropia de narrativas existentes y las subvierte, creando un imaginario onírico y singular desde la mirada del artista.

Esa mezcla se observa también en los soportes y las herramientas con las que Rodríguez trabaja. “Laburo desde las artes performáticas como una forma de estimulación. Este arte entiende a las artes como una forma mixta, desde varios lenguajes: con pintura, dibujo, escultura, estructuras y más. Entonces, es una forma de aproximarme a lo que estoy investigando desde un lugar muy híbrido, muy cambiante”, señaló. Su trabajo cuenta con una gran variedad de soportes y lenguajes: pintura, fotografía, dibujo, escritura, papel madera, lápiz, tela, madera, entre otros, se entremezclan en su arte performático.


La muestra

La muestra se presentará el próximo lunes, en el centro cultural de la Estación y se la podrá visitar de lunes a viernes, de 8 a 12. La exposición durará dos semanas. El artista estará durante la primera semana de exposición para charlar y compartir experiencias con los espectadores que quieran ir a conocer la muestra.

Asimismo, el día de la inauguración dará una charla taller sobre las artes performáticas. Será de carácter gratuito, de 10 a 12, y está destinada a artistas visuales, escénicos y cualquier persona interesada en el arte.

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