Pese a ser grupo de riesgo continúa trabajando como vendedor ambulante: “Confío en Dios”

Jorge Bejnis tiene 66 años y trabaja como vendedor ambulante en Posadas. Por el momento no tiene intenciones de vacunarse contra el coronavirus, en su lugar respeta los protocolos sanitarios y confía en su fe en Dios.

Desde hace más de cinco años, todas las mañanas de lunes a viernes, Jorge Bejnis (66) se ubica en su puesto ambulante junto a la parada de colectivos de la calle Junín, a pocos metros de su intersección con Santiago del Estero, de Posadas

Pese a que su edad representa un riesgo en contexto de emergencia epidemiológica por Covid-19, y aunque aún no tiene intenciones de vacunarse contra este virus, Jorge sigue firme trabajando todos los días confiando firmemente en su fe en Dios. “Tengo 66 años pero trabajo igual, confío en Dios”, destacó.

Según comentó, al inicio de la cuarentena, el pasado 20 de marzo del 2020, se ausentó dos meses en su puesto de trabajo, pero debido a sus necesidades económicas retomó en mayo de ese mismo año.

“Algo tenía que hacer porque mi jubilación es solo de 15 mil pesos, y aparte, vengo para entretenerme porque si me quedo en mi casa ¿qué voy a hacer?”, explicó el vendedor. “Este es uno de mis sustentos económicos, además de la asignación para adultos mayores”, agregó.

En su pequeño puesto de venta ambulante, ofrece golosinas, agua fría, gaseosas, chipas, entre otras cosas. El experimentado comerciante es reconocido en la zona y siempre se lo ve hablando con sus clientes, motivo por el que disfruta de su trabajo. 

“Acá me entretengo y hablo con la gente, tengo cientos de conocidos. Ya me hice muchos amigos”, comentó Jorge.

Por otra parte, teniendo en cuenta que su puesto se ubica junto a la parada de ómnibus utilizada, antes de la pandemia, en gran medida por alumnos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, comentó que no se siente afectado por la ausencia de los estudiantes, puesto que “hay otros clientes que llegan para esperar el colectivo”.

Del campo al centro posadeño

Bejnis llegó a la ciudad de Posadas en el 2003 junto a su familia compuesta por su ahora ex esposa y sus dos hijas. 

Según contó, antes se dedicaba al trabajo rural en la chacra de sus padres ubicada en la localidad de San Pedro, pero todo cambió cuando su papá le informó sobre las intenciones de vender sus tierras.

“Yo le dije ‘bueno, vendan la chacra y ocupen la plata para hacer sus vidas” y me vine acá (Posadas) con mi familia”, comentó.

Actualmente, alquila un departamento monoambiente en Posadas a un valor acorde a sus ingresos. Refugio que le permite descansar en las noches para así luego arrancar un nuevo día junto a su fiel compañera el mate, en su habitual puesto de venta en donde disfruta de la compañía de quienes se acercan a esperar el colectivo.