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Nuevos rumbos en pandemia

Una pareja y su exitosa iniciativa nacida en plena cuarentena

Guillermo Martínez y Melissa Flach se formaron y apostaron a la producción de un cultivo hidropónico que hoy crece con éxito en Jardín América y alrededores

viernes 26 de marzo de 2021 | 4:00hs.
Una pareja y su exitosa iniciativa nacida en plena cuarentena
Guillermo quedó varado en Misiones por la cuarentena; aquí conoció a Melissa, se pusieron de novios y ahora llevan juntos un emprendimiento de cultivos hidropónicos. Foto: Esteban González
Guillermo quedó varado en Misiones por la cuarentena; aquí conoció a Melissa, se pusieron de novios y ahora llevan juntos un emprendimiento de cultivos hidropónicos. Foto: Esteban González

La pandemia trajo consigo nuevas ideas acerca de trabajos que quizás antes no se imaginaban y se despertaron talentos ocultos que provocaron desafíos con nuevos horizontes en aquellos que se quedaron sin trabajo o no pudieron ejercer la profesión.

Este es el caso de Melissa Flach (25) y Guillermo Martínez (28). La pareja reside en Jardín América y el año pasado -en la parte más fuerte de la cuarentena-, decidieron apostar a un nuevo emprendimiento: los cultivos hidropónicos.

“Son cultivos hidropónicos porque las plantas son germinadas y producidas en sustancias nutritivas, nunca tocan suelo y van sobre unos perfiles profesionales que son caños de PVC virgen, por los cuales circulan el agua y las sustancias nutritivas”, explicó Melissa al referirse al  rubro al que se dedican. La joven además comentó el trabajo que realiza junto a Guillermo: “Nos dedicamos a la siembra y la colocación de las plantas en sí en los perfiles”.

Desde el inicio no fue sólo el trabajo en sí, sino también darse a conocer, porque como en la mayoría de las localidades, el cultivo al que se está habituado es por suelo. Por eso el proyecto montado por los jóvenes era innovador y se veían obligados a darlo  a conocer explicando cómo es la labor en el oficio elegido.

Cabe resaltar que ella es profesora de educación especial y él era policía en Ushuaia, Tierra del Fuego. “Soy misionero, había dejado la fuerza en el Sur, vine a Misiones por una semana nomás y me agarró la cuarentena”, comentó el joven. Fue así como se quedó en la provincia, conoció a Melissa y comenzó su noviazgo y a la vez el emprendimiento.

“Cuando la gente diga que es una locura, ese es el camino”, opinó Guillermo y continuó su reflexión: “Cuando empezamos a vender, los conocidos más cercanos nos decían ‘¿Cómo van a vender? Si el mercado está completo’. Pero no hay que hacer caso al qué dirán porque uno sabe a qué se pretende llegar y hacia eso hay que ir”.

La pandemia hizo que quisieran buscar otros horizontes, pensaron en esta alternativa y desde un comienzo le pusieron el pecho. A su comercio lo llamaron Buenas raíces, cultivos hidropónicos, que arrancó con poco en el mes de abril del año pasado. “Habíamos empezado con 42 plantas entre lechuga mantecosa y crespas, invertimos fuertemente en el proyecto pero no sabíamos qué resultados iba a tener”, contó Guillermo. Ambos realizaron un curso online para capacitarse, así se perfeccionaron y la demanda fue creciendo.

Tal fue la satisfacción de la pareja que tras iniciar con poco, las ventas se incrementaban. “Nos sorprendió, no nos esperábamos tener tal aceptación”, dijo Melissa. Hoy los jóvenes cuentan con 2600 ejemplares de lechugas mantecosas y crespas.

Sobre la labor que le dedican entendieron que a más demanda, más trabajo y que al tratarse de plantas hay que estar pendientes.

“Así también crece la tarea, primero había que estar constantemente atento y una vez que quedó todo armado hay que controlar, evitando descuidarse, hay que tener en cuenta el ph, la conectividad eléctrica, cuáles serían los niveles adecuados para que la planta pueda crecer bien”, comentó el muchacho. Aclaró que con los intensos calores a la siesta hay que tener un mayor control de las plantas, “si llega a taparse un caño o falta agua, hay que reponerla rápido, si no se pierde la  producción”, precisó.

Si bien la venta comenzó en Jardín América, de a poco se fue expandiendo la cantidad y procedencia de los compradores. Los emprendedores se trasladaban para vender a localidades aledañas hasta llevar sus productos a municipios más lejanos de la tierra colorada.

En este sentido, Melissa detalló: “Todo lo hacemos nosotros, si bien teníamos la duda acerca de si iba a funcionar, los pedidos aumentaron. Iniciamos con repartos acá, pero hace poco fuimos hasta Eldorado con 32 cajas que contenían 12 plantas cada una. Fue un impacto que nos generó desde las primeras ventas hasta el aumento de pedidos”.

Ante este panorama, piensan a corto plazo aumentar la producción y tener gente que los acompañe. “La idea es hacer un invernadero más grande, ahí entraría la producción de rúcula, acelga, té hidropónico, además de la lechuga. Ahí sí o sí necesitaremos como mínimo de dos personas para que cuiden el invernadero y para ello tenemos que capacitarlos”, manifestaron.

Para concluir, la pareja sostuvo que esto recién arranca y el envión que tienen es la motivación para continuar adelante.

Las ganas y la voluntad de ganarse el pan cotidiano con el esfuerzo del trabajo se refleja en estos jóvenes que buscaron un nuevo camino en tiempos difíciles y hoy su augurio es disfrutar de un buen futuro juntos. 

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