Tuguy*

miércoles 17 de marzo de 2021 | 6:00hs.
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Che Ramírez ¿Vos sos correntino, no?

-Si Juez ¿Por qué?

-Me traen a uno de la 10ma. y dicen que no le entienden porque, según ellos habla guaraní solamente.

- ¿Cómo saben que es guaraní?

-Porque el documento dice que es de un pueblo de Corrientes.

- Ajá y con un esfuerzo intelectual llegaron a la conclusión que lo que habla es guaraní y no francés, me alegro están mejorando.

- Por favor dejá tus opiniones personales aparte y llevá adelante el interrogatorio para tratar de hacer la instrucción. Parece que no hay dudas de que es el culpable porque por lo menos siete testigos presenciales declararían -cuando salgan del shock-, y, además, cuando llegó la policía estaba sentado, cubierto de sangre, en una pila de ladrillos. 

- O sea que no intentó escapar, ¿raro, no?

- Buen día sargento ¿Este es el correntino?  Pase por acá y que se siente. Gracias.

- Señor Juez, pasé más de tres horas hablando con el detenido ya se lo llevaron de vuelta. Está es el arma homicida, habría que hacer las pericias. La primera la pasé tratando que volviera al mundo hablándole en guaraní, en la comisaria no les dijo nada en castellano y no había quien le entendiera, caratularon el expediente “MOREIRA, Tomas s/ Homicidio”

- ¿Un machete? ¿De dónde sacó un machete aquí en Buenos Aires?

- Lo trajo de su pueblo, San Luís de Palmar en Corrientes, aunque está apenas a veinte kilómetros de la capital, es tan pequeño que aún sigue siendo muy rural y familiar

- Bueno pero ¿cómo sucedió la cosa? Esto lo planeó, no fue que terminó de tomar mate y se preguntó ¿Ahora qué puedo hacer? y entonces, para no aburrirse, fue hasta la construcción y lo mató.

- No, lo encontró sin querer en la obra donde llegó a pedir trabajo. Como muchos dejó su provincia, primero buscó donde conchabarse en Resistencia, después en Rosario hasta que recaló aquí, en la capital.

- Ajá ¿Y?

- Le dijeron que en Retiro había muchos correntinos que sin duda lo iban a ayudar. Vio vendedoras de chipa y caburé, ese olor lo llevó de nuevo a su pueblo, se acercó a hablarles, pero eran paraguayas, y ese recelo ancestral de hablar con mujeres extrañas para pedirles ayuda lo hizo alejarse.

- Machista el correntino, ni por necesidad iba a pedir auxilio a mujeres ¡varón de ley!

- Después no encontró más que bolivianos. Perdido y solo lo único que se le ocurrió fue ir a la Boca, tenía la Sube del Chaco. Era lo que más había escuchado nombrar de la capital.

- Bueno ahí sí que se perdió del todo, Núñez le quedaba más cerca

- Fútbol aparte, tuvo suerte. Al pasar mirando el movimiento del lugar, por casualidad escuchó a un mozo en un restorán que le hablaba a otro en guaraní. Se acercó y les explicó que estaba perdido y sin trabajo, que solo le quedaban unos pesos. Que quería encontrar gente de la provincia que lo ayudara.

-Me estás hablando de la Boca y el hecho ocurrió en la Villa Olímpica, una punta y la otra de la ciudad.

- Los mozos, le dijeron que allí no había trabajo pero que fuera a la pensión donde vivía uno de ellos, que era barata y que desde ahí buscara trabajo. Estaba por Once, le dieron de comer, y lo pusieron en el 8A, con todas las indicaciones.

- Tuvo suerte. Hasta ahí parece un tipo tranquilo, con una historia repetida cientos de miles de veces.

- Un hombre de la pensión le dijo que había visto una obra grande yendo a su trabajo en el supermercado. Que le indicaría el lugar si iba con él en el micro al día siguiente.

-Sigue de suerte el hombre.

- Lo tomaron porque llegó justo para bajar ladrillos, después cargó cemento y le prometieron una quincena de trabajo con comida.

- Por supuesto, en negro

- Sí, pero como muchos necesitaba comer y la jubilación estaba lejos como para pensar en ella en ese momento.

-  Empezó a hacerse amigo de los demás obreros en el almuerzo. Les contó su historia, parecida a la de muchos. Al rato mencionó que iba a extrañar no estar en la procesión a  la Virgen de Itatí, le preguntaron de  qué  pueblo era, cuando contestó, uno dijo que  su padre había nacido en Corrientes pero que el abuelo lo trajo a Buenos Aires  siendo  un bebé apenas, que nunca  volvió porque  el abuelo se lo había prohibido. Que en la casa y en el barrio hablaban guaraní por eso él también lo hablaba aunque mezclado con castellano.

-Hasta ahí todo me recuerda a una telenovela falta que aparezca el paraguayo Arnaldo André y se completa la escena.

- Lo que sigue le va recordar otra novela en que no aparece ningún paraguayo.

- Mirá Ramírez que acá tenemos temas para más de un libreto- dijo riéndose el juez.

- Este muchacho, casi de su edad, apenas dos años mayor, le contó, entre risas, que había algo de un engaño y una muerte.

- Cosas que en Corrientes no se olvidan ¿No es cierto Ramírez?

- Es cierto Juez. Como es cierto que en Corrientes una muerte en pelea y a cuchillo no es para cobrar venganza, las otras sí.

- ¿Y entonces que pasó? Se está haciendo largo el relato

- Este no es un caso como todos los que pasan por aquí.

- Mantenerme intrigado no es una de las mejores formas de ascender en este juzgado, así que seguí que ya es la hora de almorzar y me parece que estás buscando que te invite para conocer el final.

- No se me había ocurrido, pero, la idea no es mala.

- Dale seguí, terminá, porque igual te invito.

- Cuando le preguntó cómo se llamaba, la historia de su vida tuvo, veintisiete años después, un final.  Su padre le dijo que quedó huérfano, siendo bebé y que por suerte lo crió, a pesar de la pobreza en que vivía, Ña Paulina, su tía, a la que este correntino, que por cierto su nombre es Tomás, llamaba abuela.

- Eso no es raro, la solidaridad provinciana es proverbial.

- Su padre, que tenía un rencor lógico no dejaba de recordarle su suerte; él había conocido al suyo y a su madre y estos lo habían criado, que a los suyos los habían matado por un asunto de amores.

- Una tortura terrible. Freud escribiría un libro con esto.

- Ni que pensar Shakespeare.

- Seguí que ya me quede sin cigarrillos.

- En los lugares públicos no se puede fumar…

- Este no es un lugar público es mi despacho, seguí o te quedas sin feriado largo.

- Llamarse Araujo en Corrientes no es difícil pero llamarse Rosario y ser varón sí. Cuando su amigo contó esto riéndose y diciéndole que por eso a él su padre le puso Jesús, le cayó la ficha a Tomás, que no tuvo mejor idea que vengar a sus abuelos. Su abuela Lucía, había abandonado a Rosario Araujo y a su bebé para irse con su padre. Este hombre los  buscó durante dos años, hasta hallarlos en ese pueblito de Corrientes, degolló a ambos y desapareció.  

Tomás le gritó esto a Jesús Araujo cuando comenzó la pelea, quería que supiera porqué lo iba a matar.

Sin duda a este hombre, solo en la ciudad, estresado, le cayeron encima todos los relatos de su padre, el sufrimiento de su vida, sintió que era su obligación vengarlos y para eso llevó el machete a la obra.

- Espera, acá se equivocaron, estoy leyendo de nuevo el expediente, veo que cambiaste la caratula, los nombres del asesino y el muerto no coinciden con lo que decís.

- El muerto es Tomás Moreira y el matador en defensa propia es Jesús Araujo que le sacó el machete y se defendió cuando continuó atacándolo con un hierro de la obra.  En estado de shock solo habla guaraní, su idioma familiar y los muchachos creyeron que el bolso, donde estaban los documentos, era suyo, ya me parecía demasiado esfuerzo mental el de los guardianes del orden.

*Sangre en guaraní

Inédito. Baigorri es miembro de Aristóbulo del Valle Escribe (AVE), de la Fundación Cultural Argentina. Tiene publicado los libros: “Soy yo a Pesar de mí” y “Las Cabañas”, entre otros.

Vasco Baigorri

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