General Alvear

“Mañana empiezan las clases y mis hijos no tienen calzados”

Desesperado pedido de una madre. Tras ser abandonada por su marido, una mujer y sus dos pequeños hijos sobreviven en una chacra gracias a la caridad
lunes 08 de marzo de 2021 | 16:26hs.
“Mañana empiezan las clases y mis hijos no tienen calzados”
“Mañana empiezan las clases y mis hijos no tienen calzados”

Teresa Cantini (40) se quiebra al relatar los sufrimientos que viene padeciendo con sus dos pequeños hijos, de 8 y 2 años, en una chacra en la localidad de General Alvear donde subsisten gracias a la caridad de algunos vecinos y familiares.

Hace un año y medio, la mujer y los niños se mudaron desde Capilla del Señor, provincia de Buenos Aires, donde residían con el padre de los menores.

“Mi nene de 8 años tiene retraso madurativo y el más chiquito nació prematuro, por lo que estuvo muy delicado durante varios meses y eso me generó un cuadro de mucho estrés. Sufrí una crisis, mi marido trabajaba todo el día y estaba lejos de mi familia. Entonces con él consensuamos que para los nenes y para mí sería bueno que vengamos a Misiones para tener más contención de mi familia, mientras que él se quedaba trabajado en Buenos Aires”, detalló.

Así, Cantini y los pequeños se mudaron a General Alvear y durante los primeros meses contaron con el apoyo económico del padre.

“Él me decía que estaba ahorrando y cuando juntaba suficiente plata se venía para Misiones, o por ahí nosotros volvíamos. Pero pasaron los meses y dejó de responder los mensajes. A principios de año me dijo que formó otra familia y que no me podía ayudar más con los chicos. Y nunca más me atendió el teléfono”, lamentó. 

A la deriva

Asimismo, mencionó que tampoco percibe la asignación universal por hijo ya que el padre de los menores cuenta con un trabajo registrado, lo que impide el acceso al beneficio.

Al respecto, indicó que “recurrí a la Anses para explicar mí situación, pero recién dentro de un mes tengo turno para hacer mi reclamo. Ahora estamos subsistiendo gracias a la ayuda de algunos vecinos y familiares, porque no tengo ningún ingreso”.

Por eso subrayó su intención de conseguir un trabajo, pero choca la dificultad que reside a cinco kilómetros del caso urbano de Alvear y no tiene con quien dejar a sus hijos.

“Incluso la escuela nos queda a tres kilómetros y no hay colectivos. Mañana empiezan las clases y mis hijos no tienen calzados”, reconoció apenada.

Entre otras dificultades, mencionó que tuvo que suspender el tratamiento psicológico de su hijo con retraso madurativo, ya que la profesional que lo atiende en Oberá cobra 700 pesos por consulta. Por su parte, el más chico “nació con el frenillo pegado, por eso le cuesta mucho hablar y deberían operarlo, pero ahora es imposible”.

“Soy técnica en seguridad e higiene, toda mi vida trabajé y no tengo problemas para limpiar casas o barrer la calle. Necesito trabajar en lo que sea para mantener a mis hijos. No quiero limosna, quiero una oportunidad”, remarcó.

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