Las DT que dejan huella en su comunidad

Las DT que dejan huella en su comunidad

Norma Samudio y Margarita Acuña se convirtieron en directoras técnicas. A pulmón, sacan adelante sus escuelitas de fútbol y ayudan a muchos niños a cumplir sus sueños
lunes 08 de marzo de 2021 | 6:00hs.
Las DT  que dejan huella en su comunidad
Las DT que dejan huella en su comunidad

Hacer algo por el barrio y por la comunidad fue lo que motivó a Norma Samudio, del Caacupé Ideal, y a Margarita Acuña (Pila) -del barrio Fátima- a trabajar para que los niños tuvieran su escuelita de fútbol en sus respectivos barrios. Rompiendo todos los estereotipos y con muchas ganas de hacer, ambas mujeres se convirtieron en directoras técnicas y hoy son las referentes de varias generaciones en la localidad.

Samudio utilizó gran parte de su terreno para construir dos canchas de fútbol, una para todas las edades, y otra para los más pequeños, que van desde los 2 años. Es el único lugar deportivo que hay en el barrio, al lado de un espacio verde municipal. Allí los niños, jóvenes y adultos asisten para aprender, entrenar, y hasta hacer torneos, siempre respetando a la DT que les cedió el lugar. “Son como mis hijos, los conozco desde que nacieron”, cuenta Norma, quien con sus 56 años comparte su pasión por la pelota dedicando su vida al fútbol para todas las edades.

“Yo soy la que les enseña, les doy clases, no soy profesora, sólo que siempre me gustó este deporte, desde muy chiquita jugaba, fueron pasando los años y todo el conocimiento que tengo lo comparto ahora en este lugar”, contó emocionada. “Participé del pre Evita, varios torneos provinciales y desde el año pasado estoy como directora técnica de la asociación civil 9 de Julio, pero todavía no pudimos competir por la pandemia”.

Respecto de Caacupé Ideal, comentó que “es un barrio humilde, los chicos no pueden pagar para venir a aprender, así que yo hago cosas para vender, como facturas, alfajores y esperemos que este año podamos conseguir más elementos, ya que estuvo paralizado por la pandemia, queremos comprar tortuguitas, pelotas y conitos, que se utilizan para que los chicos vayan haciendo zig zag y aprendan a manejar la pelota”.

Norma entrena a más de 80 chicos de ambos sexos en su barrio, “para que se puedan divertir”, y los días de entrenamiento son de martes a viernes desde las 16 hasta oscurecer. “Tenemos la promesa del intendente de que nos va a poner la luz, porque están las chicas que estudian y salen de la Epet muy tarde y cuando llegan está prácticamente oscuro. Nosotros hacíamos turnos a la mañana para los que van a la escuela normal, y a los de la Epet los llevábamos al polideportivo hasta que comenzó la pandemia, ahora no tienen lugar y mi cancha no tiene iluminación, pero le vamos llevando”, reflexionó.

Respecto de sus alumnos, “son muy tranquilos, no me puedo quejar, si hay alguien enfermo en casa les decimos que vengan en otro horario y ellos comprenden, son muy obedientes, son todos chicos que conozco desde que nacieron, la mayoría siempre vivió acá así que son como mis hijos y respetan”.

Norma lleva adelante este emprendimiento sola, “nunca hubo en el barrio alguien que ayude a los chicos de manera permanente, entonces mi hijo y mi sobrino de la misma edad pedían que les acompañe a los encuentros, hasta que me empezó a gustar y como yo antes jugaba y me encanta, presenté un proyecto en T y C de Garuhapé, y después acá para torneos locales en dos años consecutivos salimos campeones con los sub 12, y ahí vino la pandemia, y los chicos sin jugar y desesperados”, lamentó.

“Tenemos este espacio reducido y estamos tratando de agrandarlo, estas canchas están en mi terreno, una para los más pequeños, para que no se cansen tanto al correr hasta el otro arco, y la otra para los más grandes”.

En la asociación civil 9 de Julio entrenan sólo mujeres, “ahí hay sólo chicas, mas de 30 en sub 14, sub 16 y categoría libre”. En este momento se desarrollan torneos con equipos de Somos Puerto Rico, El Rejunte, integrado por chicas de Garuhapé, Capioví y Puerto Rico, después San Miguel y Garuhapé-Mí.

“La municipalidad colaboró arreglando los arcos grandes y los arcos chicos le pedí a mi hermano que tenía un poco de hierro y colaboró. No hay otra actividad deportiva en el barrio”.

Con todas las pilas
En el barrio Fátima de Puerto Rico, con 32 años y muchas pilas está Margarita Acuña, conocida popularmente como Pila, quizás por el énfasis con el que arranca cada día para poner lo mejor de sí.

Margarita es DT de la escuelita del barrio Fátima desde hace siete años, entrena a más de 200 chicos de distintos puntos que se acercan hasta el playón para participar, vienen desde San Francisco, Mirador, Municipal, Loteo Weber y Cerro Azul. “Mayormente antes de la pandemia venían todos acá y ahora vamos al complejo polideportivo, que es mas amplio y se garantiza mas el distanciamiento, vamos al complejo todos los días menos los jueves, desde las 16 hasta las 20. Las edades de los chicos van desde los 2 años hasta 13 años”, contó, mientras dirigía a un encuentro de niñas en el playón deportivo del barrio.

“El playón estaba muy deteriorado y los padres trajeron cemento, arena y rellenaron donde juegan los chicos, y la iluminación es la del alumbrado público, sólo que la Municipalidad cambió los faros y ahora se ve muy bien para jugar a la noche”, festejó.

Pila trabaja como empleada doméstica a la mañana y a la tarde entrena a los chicos, y para enseñar cobra una pequeña cuota destinada a pagar los gastos de la escuelita y a un colaborador que la ayuda con los chicos. La inscripción para participar de su escuela de fútbol es de 200 pesos y 150 la cuota mensual. “Con eso sostenemos nuestra escuelita, además hay que comprar pelotas, son 50 chicos por grupo y las pelotas no alcanzan, también hacemos bonos, los auspiciantes se encargaron de comprar los conos, red, pelotas, escalera, barra, y los padres la indumentaria”.

“El fútbol se está reactivando, estamos jugando amistosos en lugares como Oro Verde, Loteo, se armó una comisión que viene muy bien, nosotros vamos, ellos vienen, hacemos amistosos, meriendas con los chicos, cada uno lleva algo y se comparte”, explicó la mujer, que se empeña en dar siempre lo mejor de sí.

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