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En el marco de la fuga de detenidos en Villa Bonita registrada el 19 de enero

Le robaron la moto y no puede ir a la terapia oncológica

El rodado era el único medio de movilidad de Mauro Quintillano. Aseguró que por una cuestión de costos no puede acudir a control en Posadas. Sus suspicacias

viernes 05 de marzo de 2021 | 6:05hs.
Le robaron la moto y no puede ir a la  terapia oncológica
La moto robada es una Honda New Titan, dominio A-067-OYQ.
La moto robada es una Honda New Titan, dominio A-067-OYQ.

El pasado 19 de enero, Mauro Quintillano (52) se dirigió a la comisaría de Villa Bonita, municipio de Campo Ramón, para retirar la motocicleta que tres semanas antes efectivos de la misma dependencia secuestraron de su domicilio por orden del Juzgado de Paz local.

Tras reunir la documentación que acreditaba que el rodado tenía todos los papeles al día, no poseía multas impagas ni estaba implicado en ningún ilícito, el propietario de la Honda New Titán, dominio A-067-OYQ, se presentó ante la sede policial creyendo que todo se reduciría a un simple trámite. Pero nada salió tal y como pensaba.

“Llegué temprano porque tenía varias cosas para hacer y el policía que me atendió me dijo que espere. Enseguida apareció el jefe y me dijo que hubo un problema, que no me podían devolver mi moto. Ahí le mostré la autorización de la jueza, que tenía todo en regla, pero me respondió que era imposible porque esa madrugada dos presos se escaparon y se robaron mi moto. Yo no entendía nada”, detalló el damnificado.

Precisamente, según lo informado por la Unidad Regional II el 19 de enero, esa madrugada dos jóvenes que estaban detenidos en Villa Bonita hicieron un boquete en el baño de la celda, accedieron al patio exterior y se fugaron a bordo de una moto secuestrada que se hallaba en resguardo de la dependencia.

El rodado no era otro que la Honda de Quintillano, quien ese mismo día -según la disposición judicial- estaba autorizado para retirar su moto de la comisaría. 

“Me llama la atención que justo ese día se fugaron los presos. Hicieron un boquete con una pata de la cucheta y los policías no escucharon nada. También es raro que en pleno escape se pusieron a elegir la mejor moto que había, como supuestamente hicieron”, remarcó.

Sin movilidad 

Según precisó Quintillano, el secuestro de su moto se produjo el 26 de diciembre pasado en procedimiento algo confuso, ya que en un primer momento los efectivos intervinientes le manifestaron que buscaban la Honda de su hijo.

Al respecto, mencionó que “estábamos almorzando y llegó un móvil con varios policías con una orden de la jueza de Paz para secuestrar una Honda Titán negra de mi hijo. Les dije que mi hijo vendió la moto, que la que estaba era la mía, que aparte es más nueva. Llegaron muy prepotentes, no me dejaron hablar mucho y se llevaron mi moto, siendo que buscaban otra”.

Además de cuestionar el procedimiento policial, donde incluso su hija de 12 años habría sido empujada por un uniformado, según reclamó, también expresó serias suspicacias sobre la llamativa desaparición de su moto.

“Soy ayudante de albañil, hago changas y compré esa moto cero kilómetro con muchísimo esfuerzo. Hoy esa moto vale casi $300.000. Es demasiado para una persona humilde como yo. Otra cosa que me llama mucho la atención es que detuvieron a los muchachos que se escaparon, pero la moto no aparece”, lamentó.

En ese sentido, explicó que tras ser notificado del robo, se dirigió hasta el Juzgado de Paz y se entrevistó con la jueza, quien le habría prometido una solución que aún no se concretó.

“La jueza de Paz me dijo que me quede tranquilo. Que si la moto no aparecía, ella y el jefe de la comisaría se iban a hacer cargo y me iban a comprar una nueva. Pero pasó un mes y medio y nada”, reclamó.

En tanto, comentó que es paciente oncológico y usaba la moto para trasladarse a Posadas para cumplir con su tratamiento en el Hospital Madariaga, lo que debió interrumpir por falta de movilidad.

“Por una cuestión de costos iba con la moto, pero ahora me es imposible y no estoy yendo a control. La verdad que me dejaron en la vía”, graficó Quintillano.

Escape y suspicacias

La fuga y robo de la moto de la comisaría de Villa Bonita se registró en la madrugada del 19 de enero pasado y fue alertado por otro detenido que compartía celda con los evadidos, identificados como Darío Iván Rodríguez (19) y Matías Daniel Correa (19).

El primero fue recapturado a las pocas horas, mientras que el segundo permaneció prófugo durante una semana. Pero la motocicleta aún no fue hallada.

A raíz del hecho, considerado un verdadero escándalo institucional, los efectivos que estaban en la guardia fueron pasados a disponibilidad, al tiempo que se decidió el relevo del hasta entonces jefe de la dependencia, el oficial principal Luis Días Da Silva.

Sobre la evasión, el boquete por donde escaparon fue hecho con una barra de hierro que fue extraída de una de las cuchetas dispuestas en la celda.

Ocurre que al tratarse de una dependencia antigua, la misma aún conserva el mobiliario original, mientras que las construcciones más modernas tienen camas de cemento o directamente carecen de las mismas y los presos disponen colchones en el piso.

Llamativamente, los policías que se hallaban en la dependencia declararon que no escucharon ningún ruido, ni de los golpes del hierro contra la mampostería ni la posterior sustracción de la moto que se hallaba en el patio.

Tampoco se precisó el horario exacto de la fuga, aunque se sabe que a las 6.25 del día 19 de enero el personal de guardia fue alertado del hecho por otro de los detenidos que compartía el calabozo con Rodríguez y Correa. En total eran cuatro los presos en el lugar.

Así constataron que en el baño del calabozo había un boquete que daba al patio de la dependencia, donde más tarde hallaron una barra de hierro. Pero no sólo eso, ya que al revisar el predio notaron el faltante de una moto. 

Negligencia o complicidad
Sobre las circunstancias del escape en Villa Bonita, luego de dar con los evadidos, las autoridades policiales también pusieron el foco en determinar las responsabilidades internas del caso.

“Es gravísimo lo que sucedió, primero por la violación de la seguridad interna, al punto que hicieron un boquete y el personal de guardia no escuchó un solo ruido. Y como si eso fuera poco, después se robaron una moto que estaba en resguardo de la dependencia, lo que a su vez le generó un perjuicio a un tercero. Por eso se está investigando si fue negligencia o hubo algún tipo de complicidad del personal policial de turno”, confió una alta fuente en las horas posteriores al hecho.

La comisaría de Villa Bonita se encuentra en pleno corazón del pueblo y es lindera a la plaza principal. Se trata de una edificación antigua y el patio interno donde se hallaba la moto carece de cerco perimetral.

Incluso, una vez que concretaron el boquete y salieron al exterior, los evadidos no tuvieron que sortear ningún otro obstáculo.

En tanto, llegado el momento será importante escuchar su versión de los hechos y qué tienen para decir sobre el supuesto robo de la moto que le endilgaron desde la Policía.

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