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J Mammon: “En los medios todos somos personajes”

Juan Martín Rago, su nombre real, habló de sus personajes más reconocidos en la escena artística: Estelita y J Mammon. En íntimo, contó cómo maneja, desde el humor, las distintas problemáticas sociales

jueves 04 de marzo de 2021 | 1:54hs.
J Mammon: “En los medios todos somos personajes”

Juan Martín Rago, como figura su nombre en el documento, nació el 6 de diciembre de 1976 en el seno de una familia de clase media en el barrio de Palermo. Segundo de tres hermanos, le gusta contar que pasó por más colegios que mudanzas, y que su padre Roque, ingeniero mecánico, era músico, aunque su abuelo le cerró el piano con llave y lo mandó a la facultad.

“El músico viene un poco de ahí, también la ironía, el humor, la acidez. Si bien mi padre no lo desarrolló a nivel profesional, era como un Jey Mammon más grande en todo sentido, ¿viste? Mejor, mejorado también”, cuenta a La Nación.

Arrancó su carrera como músico. Tocaba en la parroquia de su barrio y trabajaba como catequista ad honórem. Años después formó una banda de música que llamaron Mammon, donde hacía canciones propias con letras escritas siempre desde el humor, pero diciendo cosas en serio. Allí nacieron también sus primeros personajes como la popular Estelita.

“En la misma banda me decían que asumiera que era un proyecto unipersonal, pero no mal, me lo dijeron bien, como diciendo ‘hacete cargo de vos mismo’. Y de a poquito se fue construyendo y a la vez fue todo bastante rápido, porque la verdad es que no empecé la búsqueda muy temprano, sino en algún momento donde yo estaba seguro de mí mismo, de mi identidad en todo sentido, sabía lo que quería decir, sabía quién era, estaba bien conmigo, y ahí salí a la búsqueda”, señala.

La música formó parte de tu trayectoria en la radio, en el teatro, en la televisión. ¿Cómo te forjó este oficio de músico y comediante todos estos años?

Me parece que en el ejercicio. No te digo que soy autodidacta, pero casi te diría que sí. Sobre todo, con la música, quizás por tener mucho oído que heredé de fábrica. Y en relación a la actuación, se me dio más por observar que por estudiar -que no deja de ser estudiar también- y de no saber exactamente qué es lo que quería, pero todo para mí es un experimento, un juego. Me gusta hacer música, me gusta conducir, me gusta entrevistar, me gusta actuar, personificar, entonces es como tan diversa la cosa que termina siendo casi imposible focalizar (se ríe).

¿Te sentís identificado con el personaje de Jey Mammon o hay diferencias con el Juan Martín del documento?

No, yo considero que todos los que formamos parte de este medio no somos cien por cien lo que mostramos. Todos somos personajes en el medio. Lo que hacemos es todo muy virtual, o sea, no hay nada de la realidad ahí. Jey Mammon es lo que cada uno quiera. Uno puede creer que es alguien que no le importa nada y tal vez otro puede llegar a ver la sensibilidad que tiene ese personaje o esa persona, nadie termina de saber al cien por cien acerca de cada uno de nosotros.

¿Cómo definís a Estelita, tu personaje más popular?

Hace muy poquito, charlando con [Martín] Bossi, le digo ‘pará, esta es una drag queen’, y él me dice: ‘Ah, ¿recién te diste cuenta?’. Y termino asumiendo que es una drag queen, con el respeto supremo que le tengo a la movida porque hay drag queens que son maravillosas, espectaculares. Estelita es un cachivache, pero no deja de ser una drag queen. Tiene vida propia, es una entidad que cuando aparece le habla a los técnicos, a los invitados antes de hacer la nota; un año nuevo salió a bolichear con amigos míos. Cuando es ella, yo desaparezco, y es muy lindo ver cómo todo el mundo juega a eso naturalmente.

¿Cómo descubriste que eras gracioso?

En la escuela me pasaba, pero no lo registraba. Tampoco registré que me gustaban los hombres y creía que me gustaban las mujeres, o sea, no estaba muy registrador. Una vez presenté una banda que eran amigos míos, hice un personaje, vi que la gente se reía y fue un flash. Antes de mandarme a hacerlo lo pensé ochocientas veces: ‘¿por qué deberían reírse?’ Una máxima de Chespirito que siempre amé es: ‘Si a vos te causa gracia, si a vos te gusta, va por ahí, y no te importa lo que le pase a los demás’. Está bueno porque sos convincente, le ponés el pecho, como los vendedores del colectivo. Y ahí arranqué con la banda y los personajes, hablaba entre tema y tema y la gente se reía.

¿Qué cosas te hacen gracia?

-Bueno, como concepto general, lo que me hace gracia es el absurdo, lo que no tiene sentido. En mi adolescencia miraba mucho a Casero, a Capusotto. Benny Hill me hacía reír, pero también me reía con Calabromas. Me parece que me hacían gracia muchas más cosas cuando era chico que ahora.

¿Y qué situaciones te ponen de mal humor?

Trillado, pero la injusticia me pone de muy mal humor, desde la injusticia que puede ser social o la injusticia relacionada con la condición sexual de una persona, o el que está laburando rompiéndose todo el día y cobra dos mangos, esas cosas. No suelo ponerme de mal humor, aunque por ahí un amigo mío te diría que te estoy mintiendo, pero todos tenemos momentos. Me pasa que me puedo poner de mal humor por cualquier cosa y enseguida darme cuenta que no tiene que ver puntualmente con lo que está pasando y retrocedo al instante, en dos segundos se me pasa.

¿Qué significa el humor para vos?

Primero es una manera de comunicarse, una herramienta de comunicación más agradable. Se pueden decir cosas muy serias a través del humor. Y después es una manera de transitar la vida un poco más relajado. Me parece que el humor es paliativo, no cura (o sí, no lo sé), es algo que acompaña. 

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