Se aplicaron dosis en autos y domicilios a aquellos que tenían problemas de movilidad

Una apuesta a la vida a los 100 años

La primera jornada de inmunización se desarrolló sin sobresaltos. Las personas resaltaron poder sentirse más seguras y poder abrazar a los suyos sin miedo
sábado 20 de febrero de 2021 | 6:08hs.
Una apuesta a la vida a los 100 años
Una apuesta a la vida a los 100 años

La esperanza de poder volver a vivir sin miedo y de abrazar con tranquilidad a sus seres queridos fue el motor de la primera tanda de 200 personas mayores de 75 años que acudieron ayer al Polideportivo Finito Gehrmann de Posadas, para recibir la primera de las dos dosis de la vacuna rusa, Sputnik V. Lo mismo sucedió en los centros de vacunación apostados en Oberá, Apóstoles, San Vicente, Leandro N. Alem, Eldorado y Puerto Iguazú, iniciándose así la ampliación del Plan Estratégico de Vacunación contra el Covid-19 a esta población de riesgo.

La convocatoria arrancó en simultáneo en los siete centros de vacunación a las 8 de la mañana. Acudieron los ancianos que tenían el turno que se les fue asignado entre el miércoles y el jueves hasta agotar el stock que tenía disponible cada municipio antes mencionado, pero también hubo otros que por la confusión también lo hicieron.

En el caso de Posadas, los ancianos ingresaban por una de las puertas del polideportivo en el que se constataba que efectivamente estén en la lista del día y luego entraban primero a un salón con capacidad de unas 20 personas sentadas y con distanciamiento; después de a cinco iban ingresando a otro similar donde los agentes de salud volvían a tomarle los datos y le entregan su libreta de vacunación. Por último, de a tres, pasaban al sector específico de vacunación y luego se retiraban por una puerta designada para la salida.

Dado que algunos tenían problemas para movilizarse por distintas cuestiones de salud, se resolvió salir a la calle a vacunarlos en los autos desde donde aguardaban, o bien, en la vereda y en algunos domicilios.

Estas inmunizaciones se están haciendo con el lote de 9.600 dosis del primer componente de la Sputnik V que llegaron el martes a la provincia de la última partida traída desde Rusia de 400 mil vacunas. Además, llegaron otras 500 del componente 2 para reforzar al personal de salud que ya se había aplicado la primera dosis.

En primera persona

Eugenia Sitar (100) tiene una historia digna de una película, como casi todos los inmigrantes que llegaron a la Argentina huyendo de las guerras que se desataban en Europa. Nació en República Checa pero de chica se mudó a Polonia.

Sin embargo, antes de que naciera Eugenia, los Sitar pudieron escapar de la Revolución Rusa, según relató ella en un libro de memorias que escribió a sus 80 años.

Con el antecedente de la Primera Guerra Mundial, y presintiendo que algo peor se venía -no le erró-, su padre decidió vender todas sus cosas y emprender un viaje hacia la Argentina con su esposa y ocho hijos.

 La travesía se concretó en 1936, cuando tenía 15 años.

“Estábamos preparados para venir porque siempre teníamos miedo de la guerra”, aseguró en diálogo con El Territorio, y comparado con eso, aplicarse la vacuna más que generarle temor la inunda de alegría. “Pasé tanto en la vida, no le voy a tener miedo a la vacuna”, aseguró.

La mujer fue una de las 200 personas que ayer recibió la primera dosis.

Apoyada en su bastón para no perder la elegancia que la caracteriza y acompañada de su hija Mary Lopaczek, formó parte de un momento histórico.

En ese contexto, recordó con pesar el fallecimiento a causa de la tuberculosis de las madres de sus amiguitas en Polonia y los casos de polio que le tocó ver ya viviendo en Misiones. Para ella, “la vacuna salva vidas”, según repitió. Y por eso confía en ellas, para además poder seguir disfrutando de sus cinco hijos, 16 bisnietos y 17 bisnietos.

Como se casó muy joven, Eugenia tiene hijas que están dentro del rango de esta vacunación pero que viven en otros municipios y esperan poder ser inmunizadas a la brevedad.

Dos pandemias

Entre los primeros en ingresar estuvo Daniel Soto, un trabajador de la salud retirado, de 80 años, que fue protagonista en dos epidemias en la tierra colorada. En 1966 fue parte del operativo para enfrentar la fiebre amarilla y luego, en 1978, fue jefe del operativo para erradicar la viruela.

Tras recibir su dosis, Soto afirmó: “Para mí es muy particular porque esta es la segunda pandemia que me toca vivir, ya que fui jefe de operativo en la erradicación de viruela en el 78 y responsable del operativo epidémico de fiebre amarilla del 66”.

Tras contar esto aseguró que “cualquier vacuna trae esperanza, por eso es importante que apoyemos todo lo que se pueda hacer en materia de vacunación”.

Sobre cómo pasó estos once meses la pandemia, señaló que lo vivió acordándose “lo que me enseñaba el profesor de Epidemiología cuando decía que una de las cosas que hay que hacer ante una pandemia es ser ordenado y respetuoso de las líneas que recomiendan las autoridades”.

El saber que la incertidumbre está a poco de acabarse y que la vacuna representa una luz en el camino no tienen precio para Otilia Alli (75).

“Principalmente me siento muy emocionada y ojalá que sea por el bien de todos porque lo que uno quiere es eso, la salud. Tengo una emoción que me desborda, no sé cómo explicarlo porque es algo que nunca me pasó, es algo muy hermoso lo que siento, estoy aliviada”, dijo a este medio mientras esperaba su turno para ingresar, acompañada de otros familiares de su misma edad.

Por su parte, Beatriz Grossi (79), contrajo Covid-19 junto a su esposo pero afortunadamente no sufrieron complicaciones en su cuadro y se recuperaron.  “Espero que sea efectivo y podamos salir adelante de este virus que nos atacó a todos. Nos cuidamos en la casa, somos dos personas mayores, costó estar lejos de los afectos y hoy justamente está mi hija en mi casa después de un año”, compartió.

En tanto, Benita Florentín (78), sosteniendo con firmeza su libreta donde consta la dosis aplicada, resaltó: “Es una esperanza por lo menos, estábamos esperando vivir con menos miedo de poder salir, de recibir a los hijos y que te den un beso, porque por ahora no se puede”.

“Siento mucha satisfacción porque es un peligro estar expuestos a un virus de estas características. Siempre me pongo todas las vacunas que se necesitan, es importante y por algo fueron hechas; entonces me tomo el atrevimiento de aconsejar al pueblo que cumpla con esto”, indicó Rubén Carlos Arami (85), otro de los vacunados en la mañana de ayer en la capital misionera.

Continúa hoy y el lunes
El cronograma continuará hoy y el lunes en localidades como Posadas y San Vicente. Pero para esta jornada se cuentan con otras 200 dosis en Posadas, 100 en Puerto Iguazú, 100 en Eldorado y otro centenar en San Vicente.

En Apóstoles se inmunizó ayer a los 100 adultos mayores que formaron parte de esta primera etapa de vacunación. Y en Oberá, se acercaron al polideportivo Ian Barney hasta el mediodía del viernes, 139 adultos para recibir su vacuna contra el Covid-19, de los 300 cupos para esta primera etapa. En Leandro N. Alem el cupo era de 200 en esta primera etapa.

Además, quienes se comunicaron a las líneas y dejaron sus datos pero no fueron contactados para esta primera tanda de vacunación, no tendrán que inscribirse de nuevo ya que quedan registrados para una próxima etapa de vacunación que se espera que sea la semana que viene.

Respecto de las recomendaciones que se le hicieron a los vacunados, Thelma Róttoli, directora de la Zona Capital de Salud, indicó: “Puede que se les aparezca alguna sintomatología a las 12 horas de aplicación, similar a una gripe: fiebre, dolor muscular. En ese caso les recomendamos que tomen sólo paracetamol y se hidraten mucho”. Y añadió: “Al aplicarse este primer componente no quiere decir que estén inmunizados, se alcanza la mayor inmunidad con la segunda dosis, que se puede aplicar después de 21 días pero eso va a depender del envío”.

 

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