Dará talleres de cerámica en febrero

Natural bondad del barro a prueba de fuego

Luján Oliveira produce piezas utilitarias únicas, que resultan del proceso de estudio e indagación en las tradiciones milenarias de alfarería y del entorno
martes 19 de enero de 2021 | 1:47hs.
Natural bondad del barro a prueba de fuego
Natural bondad del barro a prueba de fuego

Un mundo entero girando en el jardín. A sombra y sol entre casa y árbol. Un complejo equilibrio de organismos vivos nutriéndose del mineral y expresándose de la raíz al verde, del murmullo a las alas.

“La naturaleza siempre me gustó, pero fue en la cuarentena que la descubrí con toda su magia. Me aproximé al universo del patio de una forma única. Un montón de plantas y flores y de bichitos viven en este pedacito de suelo. A partir de ahí quise reflejar toda esa diversidad en mis piezas de cerámica”, contó la artista posadeña Luján Oliveira, escultora, ceramista.

Fue a partir de ese redescubrir la naturaleza “más cercana” que se acercó a la producción de piezas utilitarias “desde el arte y desde un concepto ancestral de respeto al entorno”, sostuvo.

Los resultados de su indagación por el conocimiento y el hacer, la artista los comparte en sus redes sociales de Instagram y Facebook, en forma de pequeños videos explicativos de los procesos de transformación de la materia prima.

Además, desde que se habilitó el regreso de los cursos de arte, desarrolla talleres para la confección de enseres propios. Los próximos encuentros serán en febrero con cupo de asistentes limitado en cumplimiento de las disposiciones sanitarias vigentes, y continúa abierta la inscripción.

“El principio del aislamiento fue medio caótico, a mí me pasó que empecé a tener más tiempo en el taller y, sin poder ver a nadie ni dar los cursos, encontré en las redes un espacio para compartir el trabajo. Claro que no es lo mismo que estar trabajando juntos en un taller, pero se dio un intercambio lindo y mucha gente se interesó por la cerámica”.

Oliveira tiene una producción artística diversa que va desde joyería y piezas pequeñas de cerámica a esculturas, de utilitarios como bachas de baño a una línea de carteras y accesorios de cuero.

“Ahora estoy muy volcada a realizar piezas utilitarias de cocina, que son juegos de té, también sets de mate, fuentes, ollas. Las piezas están pintadas con acuarela. Para la alfarería desarrollar piezas de encastre -que son, por ejemplo, teteras con sus tapas, fuentes con sus tapas- requiere ya de un trabajo más complejo, más sofisticado por así decirlo. Estuve investigando un montón. También hice talleres online”.

Mariposas y pitangas. Ambay, güembé, mburucuyá, maduran saludables en tazas de té, platos, azucareras. Cada uno de los trazos con pigmentos diluidos en agua son el hallazgo por la investigación y la experimentación con la arcilla, el fuego, los colores.

Dúctil

“Yo me baso mucho en la cerámica china y japonesa, que son tradiciones que tienen siglos y gran maestría en la técnica. Yo voy investigando por esa línea y le incorporo iconografía local, sobre todo vegetal”.

En el proceso de elaborar piezas que se emplearán de manera cotidiana y formarán parte de las mesas, la artista relató que se hizo más consciente “de la bondad y ductilidad” del barro.

“Es un material que abunda en Misiones, que hay gran variedad de colores según la zona y que esa composición nos habla del lugar de origen, si el barro es más negro es porque tiene mucha materia orgánica, hojitas, raíces; también nuestro suelo tiene una arcilla rica en hierro que le da ese color rojizo característico. También se puede mezclar arcilla con basalto, que es una piedra y se encuentra molida por un proceso natural. Todo eso te lo da la naturaleza”, describió.

Además, ocupa arcillas de diferentes zonas del país.

Aprendizaje

Acerca del proceso de transmisión de conocimientos en los cursos que da en su taller, profundizó: “Empezamos de cero, no hace falta tener conocimientos previos. Los participantes aprenden la técnica del manejo del barro, del modelado, del secado, de llevarlo al horno. Y hay algo muy importante, que es aprender a hacer la propia arcilla. Porque la técnica uno aprende y más o menos que puede producir, pero es muy importante procurar la mejor materia prima”.

En este punto, ponderó que “sólo mirando un poco, cerca de los cursos de agua, se encuentra arcilla en Misiones. En Posadas por eso las olerías estaban cerca del río, muchas de estas tierras quedaron bajo agua. Uno se vuelve un poco alquimista, tomando un puñado de barro y lo amasás, si lográs obtener una tira y podés cerrar un anillo, entonces tenés arcilla, y hay que limpiarla”.

Destacó que Misiones tiene un legado de trabajo con el barro de los guaraníes, que hacían sus propias piezas utilitarias de barro. Muchas de esas antiguas piezas se pueden ver en el Museo Arqueológico Guacurarí de Posadas. “Es sano preparar los alimentos, que vienen de la tierra en recipientes de cerámica, que también viene de la tierra, El proceso de producción es artesanal y amigable con el ambiente y es durable y rico y único. Y esa piezas que usás pasaron todo un camino. Muchas otras se rompieron en el secado o se quebraron con el calor del horno, explotaron para enseñarnos el desapego”. En redes @Lujáncerámicas.

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