Reutilizan colillas de cigarrillos y las convierten en insecticida

Las colillas de cigarrillos representan un gran problema para el medioambiente a nivel global y son la mayor causa de basura en el mundo. Se cree que simbolizan entre el 30 y 40% de todos los residuos recogidos cada año en la limpieza urbana y en la de las playas a escala internacional. Una sola puede llegar a contaminar hasta 50 litros de agua.

Es por ello que ya varios municipios de Misiones impulsaron campañas para combatir este problema con la colocación de contenedores donde los fumadores pueden desecharlas sin necesidad de arrojarlas en la vía pública. Tal es el caso de Puerto Rico, donde lo recolectado se convierte en insecticida para combatir las plagas, mediante el trabajo de profesionales de la Municipalidad.

Si bien en los últimos meses los comercios se ocuparon de que sus clientes no arrojen las colillas de sus cigarrillos en la vía pública y de barrer las veredas para que al amanecer del día siguiente Puerto Rico siga siendo a los ojos del turista limpia y ordenada, los cigarrillos continuaron siendo un problema a la hora de descartarlos.

Aprovechando esta situación, Jonatan Vega, director de Agro, Producción y Medioambiente comunal, decidió instalar ‘cigarrillos de PVC’ en puntos estratégicos de la ciudad.

“Prefiero que sea usado como insecticida y no que termine contaminando arroyos. Como insecticida tiene un tiempo de durabilidad de cuatro días. Es decir, le aplico a mi lechuga hoy y en cuatro días puedo cosechar, lavar y comer sin problemas. Esta es una gran ventaja que tiene este insecticida que además al mezclarlo con el ajo se adquiere un producto más natural”, explicó Vega.

Este insecticida, como cualquier producto fabricado de manera casera, no tiene mucha duración en el tiempo y debe ser elaborado en el día. “Si hay un pedido de algún productor agroecológico, por ejemplo un martes, preparamos ese mismo día como para entregarlo el jueves. Primero tenemos que recolectar todas las colillas de nuestros cigarrillos de PVC, luego se procede a quitar el filtro para utilizar todo el tabaco, reposado en agua de 24 a 48 horas, luego se hierve en ajo para ampliar el espectro abarcando una mayor cantidad de plagas y ya estaría listo para utilizarlo. La idea es entregarlo a los productores agroecológicos locales y además reflotar la huerta municipal”, resumió.

Además de insecticidas, Vega contó que en el municipio de Puerto Rico existen distintas campañas para minimizar el impacto negativo en el medioambiente, como la entrega de plantines hortícolas a cambio de pilas, contenedores para botellas de plástico y recolección de aceite domiciliario para la producción de biodiesel.