Sufrió otro golpe infernal

River sufrió otra desilusión: tras la dura derrota ante Palmeiras en la Copa Libertadores, el equipo de Marcelo Gallardo perdió por 2-0 ante Independiente y no pudo clasificar a la final de la Copa Maradona. El Rojo, con Fernando Berón como entrenador interino tras la ida de Lucas Pusineri, cerró el certamen con una sonrisa y privó al Millonario de una de sus grandes ilusiones de la temporada.

El partido comenzó eléctrico con chances para los dos bandos. Primero inquietó la visita con un remate cruzado de Velasco que Franco Armani, con nuevo look, mandó al córner con un guantazo.

Enseguida, River contestó y fue Borré quien probó los reflejos de Sebastián Sosa luego de un centro rasante de Jorge Carrascal.

El Millonario dominaba en el campo y acechaba el área del Rojo, pero era el equipo de Fernando Berón, quien asumió el interinato en reemplazo de Lucas Pusineri, el que llegaba más a fondo. Así fue cómo llegó la perlita de Velasco, que afuera del área, se sacó la marca de encima y sin pisar el área clavó el derechazo arriba, contra un palo, para dejar sin chances a Armani.

Enseguida, el pibe siguió preocupando pero su cabezazo, luego de un centro bombeado desde la izquierda, no tuvo la precisión necesaria para volver a poner en aprietos al uno de River.

River merodeó el empate con una buena aparición de Carrascal, que fue trabado justo cuando se aprestaba a fusilar a Sosa. Todo el local pidió penal, pero no hubo infracción.

Endiablado, Velasco volvió a aparecer para estirar las diferencias. Corrían 40 minutos cuando el pibe recibió de Lucas Romero sobre el sector derecho del ataque y, sin dudarlo, se acomodó y probó desde el vértice del área. La pelota no salió fuerte, pero el pique traicionó a Armani, quien calculó mal y no tuvo otra que ir a buscarla adentro de su arco.

En el arranque del segundo tiempo, Gallardo puso más titulares. Entraron Nicolás de la Cruz y Matías Suárez por Bruno Zuculini y Julián Álvarez. Y comenzó a presionar a Independiente. Pero la faltó la puntada final.

Lo tuvo Borré que lo perdió de manera increíble en la boca del arco. Después pasó cerca un cabezazo de Paulo Díaz tras un córner. Y más tarde Matías Suárez exigió a Sosa en una jugada que si hubiese sido gol sería anulada por el offside de Borré, quien obstaculizaba la visión del arquero uruguayo.

Los locales mejoraron levemente su desempeño, pero los minutos corrían y la desesperación aumentaba. La impotencia podía palparse en cada avance trunco.

Además sobre los 38’, Abal expulsó al Muñeco del banco, episodio que graficó casi a la perfección la frustración que se vivía del lado riverplatense que finalmente se quedó con las manos vacías.