El hecho ocurrió en Guaraní

Preventiva y traslado a Loreto para policía acusado de grooming y abuso

La denuncia fue radicada en abril. El análisis de los celulares fue clave para el avance de la causa. Fue ubicado en un pabellón exclusivo para ex uniformados
jueves 07 de enero de 2021 | 2:17hs.
Preventiva y traslado a Loreto para policía acusado de grooming y abuso
Preventiva y traslado a Loreto para policía acusado de grooming y abuso

Tras permanecer detenido seis meses en la Seccional Quinta de Oberá, el pasado 18 de diciembre el agente de la Policía de Misiones Joaquín S. (24) fue trasladado a la Unidad Penal I de Loreto como imputado por grooming y abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de un menor de 11 años.

La denuncia que disparó la investigación se registró el 23 de abril ante la Comisaría de la Mujer de Oberá, aunque los hechos habrían sucedido en la localidad de Guaraní, donde residían ambos implicados.

Hasta el momento de su detención, el agente prestaba servicios en la División Policía Montada de Posadas. Luego la Jefatura de la Policía ordenó el pase a situación de disponibilidad.

El hecho tuvo enorme repercusión en el ámbito de la Unidad Regional II de Oberá, puesto que el acusado es hijo de un retirado de la fuerza, la misma que integran un hermano, una hermana y un cuñado. Pero no sólo eso, ya que el padre y un tío del menor también son policías.

La declaración del menor en Cámara Gesell y el análisis de los teléfonos celulares de ambos, resultaron claves para el avance del expediente. 

Así, para el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá se hallaron elementos suficientes para el dictado de prisión preventiva y la causa fue elevada a juicio, instancia que podría concretarse en el segundo semestre del presente año.

En consecuencia, el 18 de diciembre fue trasladado a la cárcel de Loreto, donde por tratarse de un funcionario público y para resguardo de su integridad física, fue alojado en un pabellón exclusivo para integrantes de las fuerzas de seguridad, según confirmaron desde el Servicio Penitenciario Provincial (SPP).

Modus operandi

Asimismo, fuentes judiciales precisaron que Joaquín S. podría afrontar una pena de hasta 20 años de cárcel, ya que la imputación en su contra se agrava por tratarse de un integrante de una fuerza de seguridad que debe velar por el bienestar de la comunidad donde se desempeña.

Con relación al caso, el menor y el acusado se conocían del pueblo y por la pertenencia de sus respectivas familias a la Policía.

En tanto, se produjo un hecho puntual que habría propiciado el acercamiento del agente hacia el niño, quien a principios de abril recibió un celular por parte de sus padres para que pudiera realizar las tareas escolares en el contexto de la pandemia.

“Fue así que el chico terminó cayendo en las garras del depravado”, precisó una fuente.

Y agregó: “El chico iba a jugar a la pelota a una canchita con sus amigos y el policía aprovechó su inocencia para captarlo. Cuando notó que tenía celular le pidió el número y le empezó a escribir. También interactuaron en un juego de internet, otra táctica que usan los pedófilos”.

Los detalles del caso son aberrantes y se preservan para salvaguardar al menor, quien desde un primer momento contó con asistencia de profesionales.

Su madre notó cambios de conducta y comenzó a indagar, revisó el celular y entendió lo que estaba pasando, por lo que inmediatamente decidió radicar la correspondiente denuncia.

Detenido infraganti

Según la acusación, el policía le exigía al menor fotografías de sus partes íntimas y posteriormente habría utilizado dicho material para amenazarlocon hacer trascender las imágenes por grupos de WhatsApp.

Por ello, luego de la insistencia y presiones del imputado, el menor lo habría acompañado hasta un descampado donde se produjo el ultraje que derivó en la acusación de abuso sexual con acceso carnal.

Con serios indicios y radicada la denuncia, los investigadores informaron que diseñaron un plan para identificar al sospechoso y hasta atraparlo infraganti.

Por ello se mantuvo activo el celular del chico y el 23 de abril el agente volvió a contactar con el mismo número, aunque en esa ocasión el aparato ya estaba siendo monitoreado por efectivos de la División Investigaciones de la UR II.

Confiado en que seguiría impune, el acusado pactó el encuentro en la propia casa del nene, creyendo que estaría solo y sería presa fácil.

Pero lejos de ello, en paralelo se tendió un amplio operativo con personal encubierto y se procedió a la captura dentro de la propiedad de la familia de la víctima. Además, en el lugar se secuestraron dos celulares que estaban en poder del acusado, con uno de los cuales se contactaba con el menor.

Posteriormente, en allanamiento de su domicilio se secuestraron otros tres teléfonos, todos elementos que fueron peritados y permitieron dar con mayores elementos de prueba.

Por otra parte, en los meses posteriores la familia del detenido denunció que fue víctima de apremios y amenazas a manos de sus propios camaradas en su lugar de detención, ante lo cual elevaron los correspondientes reclamos a las autoridades judiciales y de la UR II. 

¿Que opinión tenés sobre esta nota?