Activarse en la naturaleza sin ir lejos

Misiones y sus encantos presentan una alternativa turística-deportiva con actividades náuticas y terrestres por la selva que llevan al disfrute, con tinte terapéutico, en tiempos de pandemia
domingo 03 de enero de 2021 | 6:05hs.
Activarse en la naturaleza sin ir lejos
Activarse en la naturaleza sin ir lejos

Deleitarse con el verde misionero, conocer lugares bellos y a la vez hacerlo en movimiento, es la premisa de este verano. La pandemia hizo que el turismo interno, sumado a diferentes actividades físicas, sea un combo de alta demanda sobre todo por el bienestar que genera estar al aire libre en estos tiempos en que la pandemia golpeó fuerte en el ánimo de las personas.

De esta manera, se abrió un abanico de opciones para vivenciar el placer, como resultado beneficioso de la adrenalina, en un marco natural imponente, ya sea por agua o por caminos vecinales e impregnarse de tierra colorada.

En los ríos, arroyos, cascadas y senderos, la vivencia se hace única. El estrés de estos meses se olvida en esos instantes en que la naturaleza envuelve a cada persona en un entorno maravilloso, ya sea por primera vez, con sensaciones nuevas, o en actividades como el cicloturismo, que hacen que ese momento sea el esperado de la semana o el mes para disfrutar en grupo del entorno mientras el cuerpo renueva el oxígeno.

Nadar mirando el Teyú

Una de estas actividades que impactan a los sentidos es el llamado ‘bautismo de aguas abiertas’ con el peñón del Teyú Cuaré como testigo.

Tantos años realizando travesías en distintos rincones de la provincia hacen que Sergio Balatorre, reconocido profesor de educación física, entrenador de natación y guardavida, sea hoy promotor de esa actividad tan arraigada a la cultura misionera como la natación en aguas abiertas.

“Es un bautismo que organizo para mis alumnos de natación. La mayoría viene con la intención de nadar en el río, algunos porque quieren correr triatlón y otros porque quieren tener la experiencia de nadar en aguas abiertas. La actividad se realiza frente al Club de Río, en San Ignacio, en una cancha súper protegida y segura, y aparte paisajísticamente maravillosa”, explicó Balatorre.

Además, debido a la sequía, el agua en ese lugar se encuentra con un color verde que lo hace paradisíaco, “está tan limpia que es como un lago del sur en este momento y la idea es esa, vivir la experiencia de nadar en ese entorno de manera segura”, agregó.

La primera salida de este verano fue el pasado 26 de diciembre y fue tan buena la repercusión que este 23 de enero saldrá un nuevo grupo en busca de esos instantes inolvidables.

“El objetivo es principalmente terapéutico, que se muevan emociones, que generen hormonas de la felicidad y es fundamental la actividad física”, apuntó el entrenador.

Y añadió que otras de las metas pautadas para las salidas de este año entrante se realizan “ bajo el concepto de ‘resilience trip’, salidas a la naturaleza para sanar las heridas de la pandemia”

La actividad, que se comercializa a través de una agencia de turismo, se realiza bajo protocolo con un cupo máximo de diez nadadores. “Cada uno va con su kayak y navegan en la cancha -entre el club y el Peñón- que no tiene correntada, está protegida del viento, es súper seguro”, aseveró el profesor.

Además, la sensación en cada brazada es impactante y Balatorre la describe: “Es increíble, van nadando y como está tan limpia el agua se ven las piedras abajo de la parte que fue inundada del Teyú Cuaré. También los paredones de los peñones son imponentes, la verdad que la sensación es de una plenitud y libertad tremenda”.

El recorrido de la travesía es de 1.500 metros nadando y después cada nadador tiene su vuelta al punto de partida, por el mismo recorrido, remando en su kayak. En el medio, hay una parada en una piedra que emerge en el río Paraná “para ver cómo está el grupo, descansar y después seguimos”, explicó el referente de diferentes actividades deportivas en la provincia.

Esta acción turística, deportiva y terapéutica está destinada a personas de distintas edades, que sepan nadar, y lo llevan adelante con elementos de flotación, el kayak de acompañamiento y previamente hay que presentar el apto médico.

“Por ejemplo fue una señora de Oberá con la hija de 10 años y una amiguita a hacer la actividad y yo me encargué de que la hagan sin problema, es mi especialidad. Hacer la logística de una actividad segura”, finalizó Balatorre, que sabe de travesías con varias hazañas en su haber, como a unión a nado entre Puerto Rico y Posadas y el recorrido en bicicleta por la Reserva de Biósfera Yabotí.

 

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