Se la relaciona con Marcelo Piloto, uno de los líderes del Comando Vermelho (CV)

Vida de una mula misionera: viajes por el mundo y vínculo con el temible Piloto

Adriana Lopes Rodrígues cayó en Puerto Iguazú en febrero de 2019. Llevaba en una valija 18.000 pastillas de éxtasis pero, sobre todo, mucha información en su celular
jueves 31 de diciembre de 2020 | 6:03hs.
Vida de una mula misionera: viajes por el mundo y vínculo con el temible Piloto
Vida de una mula misionera: viajes por el mundo y vínculo con el temible Piloto

Cuando la oficial de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) tomó la valija de Adriana Lopes Rodrigues (37) notó inmediatamente que estaba muy pesada. Había visto por el escáner que traía poca ropa, por lo que el peso para nada se correspondía con ese equipaje. Fue el segundo indicio que le llamó la atención, ya que antes había detectado una sustancia orgánica de alta densidad, bien al fondo del carry on, que no lograba identificar qué era.

Finalmente, cuando abrieron esa maleta, esas imágenes que parecían porotos eran 18.000 pastillas de anfetaminas naranjas y verdes ocultas en un doble fondo prolijamente acondicionado y cubierto con papeles de aluminio y carbónicos. Entonces, Lopes Rodrígues, que ese jueves 7 de febrero de 2019 cumplía 36 años, quedó inmediatamente detenida y nunca abordó el avión con destino a Buenos Aires.

Ese procedimiento, llevado adelante en el aeropuerto de Puerto Iguazú, fue el fin de los viajes por el mundo por parte de la misionera oriunda de Bernardo de Irigoyen pero, sobre todo, el descubrimiento de la relación -o al menos un vínculo sexual-, con uno de los delincuentes más temibles de Sudamérica: Marcelo “Piloto” Pinheiro Veiga, líder de la organización narcocriminal Comando Vermelho (CV).

Piloto es oriundo de Río de Janeiro y sus antecedentes delictivos datan desde los 90. Es un confeso traficante de armas y drogas, pero también tiene en su hoja de antecedentes asesinatos y robos de gran magnitud, como el impactante asalto a Prosegur en Ciudad del Este, donde operó como proveedor de sus enemigos del Primer Comando Capital (PCC). Se instaló en Paraguay en 2012, fue detenido en octubre del 2017 y extraditado a su país en noviembre del 2018.

Su expulsión la había definido la Justicia en octubre y, al conocerla, Pinheiro mató de 16 puñaladas en una cárcel a una joven de 18 años llamada Lidia Meza, que ofrecía servicios sexuales y que había ido a visitarlo por segunda vez en su lugar de reclusión en Asunción. Su idea era postergar su salida del país, aunque no lo logró y el propio presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, ordenó su traslado.

Según los investigadores consultados, la misionera tenía contacto con el líder del Comando Vermelho desde antes de que sea detenido en Paraguay, cuando éste se movilizaba con identidades falsas y en connivencia con las autoridades paraguayas, a quienes les pagaba miles y miles de dólares para que le liberen zonas o le avisen dónde iban a hacer procedimientos. 

No se pudo establecer, debido a las tarjetas SIM con las que se manejan, si estuvieron en Misiones, aunque se sospecha que la Justicia brasileña puede tener esa información. La mujer hoy espera en su casa el juicio por contrabando agravado de drogas en concurso aparente con transporte, luego de que la Justicia Federal le otorgara la prisión domiciliaria debido a que tiene hijos a su cargo.

Investigación

Como informó este medio cuando cayó Lopes Rodrigues, se pudo reconstruir que había ingresado al país desde Brasil por el puente internacional Tancredo Neves poco antes de llegar al aeropuerto, por lo que la valija con las pastillas ya había sido acondicionada en el extranjero. También establecieron que la última vez que había salido del país fue el 18 de enero por el mismo paso fronterizo. Al ser descubierta llamó a familiares para contar que había sido detenida, lloró y dijo que lo hacía por necesidad. 

Luego, el análisis de su celular reconstruyó varias cuestiones que fueron adelantadas por el periodista Alejandro Marinelli y confirmadas por El Territorio.

Las autoridades del Juzgado Federal de Eldorado establecieron que, sin ingresos y con un oficio declarado como ama de casa, la mujer había viajado 17 días por toda Europa. También tenía previstos embarques a Israel y África. Surge de las comunicaciones que le pagaban entre 10.000 y 30.000 pesos por los viajes y que incluso estaba planeando un vuelo a Ushuaia con una amiga.

El MDMA o éxtasis, según diversas publicaciones, expertos en la materia e investigadores que participaron en esta causa, viene de Europa, principalmente Holanda, e ingresan por Brasil al país, donde generalmente se venden -o vendían antes de la pandemia por el coronavirus- en fiestas electrónicas. Lo que se sabe de las organizaciones como Comando Vermelho es que, más allá de pagarlas en grandes cantidades, también las cambian por cocaína.

Es decir, las denominadas mulas como la misionera Lopes Rodrígues llevan cocaína y vuelven con éxtasis. Se trata, por lo general, de personas vulnerables, de orígenes muy humildes y con hijos que crían en soledad.  Justamente quienes la trataron la describieron de esa forma, “muy humilde”,  y ella aseguró durante su detención  -y también luego- que todas las operaciones y los encargos se coordinaban con una aplicación en su teléfono celular, por lo que no conocía a nadie en persona.

Más allá de eso, se sabe que tenía previsto visitar un laboratorio donde aparentemente estiran o cortan el estupefaciente traído del Viejo Continente.  Tal vez, cuando se siente en el banquillo de los acusados, se revelen más secretos.


Perfil de un criminal diversificado y sanguinario
Marcelo “Piloto” Pinheiro Veiga fue capturado en Encarnación por la Secretaría Nacional Antidroga en colaboración con la Policía Federal de Brasil y la DEA (Administración para el Control de Drogas de EE.UU.) en octubre del 2017, luego de estar 10 años prófugo de la Justicia brasileña, que lo consideraba uno de sus criminales más buscados.

Según el medio especializado InSight Crime, en Río de Janeiro empezó en los 90 con el narcomenudeo y los robos, donde era el encargado de conducir los vehículos que los delincuentes utilizaban para huir. De ahí su apodo. Sin embargo, con el correr de los años su poder en la organización criminal Comando Vermelho (CV) fue escalando, al punto que lo señalan como el heredero directo de Fernandinho Beira-Mar, el fundador.

Tiene procesos por tráfico de armas, de drogas, asaltos y homicidio, por el cual recibió una pena de 21 años.

A Paraguay habría llegado en 2012, luego de la militarización de las favelas de Río y un enfrentamiento con las fuerzas policiales en suelo carioca. Allí se erigió, según se desprenden de varios reportes de prensa, como el mayor proveedor de estupefacientes a Brasil desde Paraguay. Sin embargo, sus negocios se extendieron ampliamente.

Luego de ser detenido, confesó ante la prensa asesinatos y tráfico de todo tipo, aunque aclaró que no era un “terrorista” porque su agrupación CV no lo permitiría. Dijo que fue detenido por las autoridades de ese país en 2015, pero que lo liberaron después de darle a un policía de alto rango 200.000 dólares y una camioneta.

En una conferencia de prensa donde buscaba atribuirse crímenes y delitos en Paraguay para evitar su extradición, señaló que desde entonces pagaba mensualmente 2.000 dólares a la Policía paraguaya para que lo proteja. También, a cambió de 10.000 dólares, consiguió una identidad paraguaya: “No fue muy buena esa documentación porque no hablo bien guaraní ni español. Al presentar una cédula paraguaya con un portugués cerrado la Policía desconfiaba”, dijo entonces.

“Paraguay es el país de la impunidad, de la corrupción. Yo maté y me absolvieron. Marito (Abdo) va a tener muchos problemas para acabar eso”, describió en noviembre de 2017.  Se descubrieron al menos dos planes para intentar rescatarlo cuando estaba en Asunción.

Contrastista

Algo que llamó mucho la atención de investigadores judiciales paraguayos y brasileños fue la participación de Piloto en el megaasalto a Prosegur en en Ciudad del Este, ocurrido meses antes, en abril del 2017. El golpe fue realizado por el Primer Comando Capital (PCC), facción enemiga, pero fue él quien les proveyó las armas.

Fusiles, municiones y hasta explosivos utilizados en ese ataque llegaron desde Bolivia y Venezuela en un avión hasta Pedro Juan Caballero, donde el propio Piloto ayudó a cargarlos en los vehículos que luego se movilizaron hasta Ciudad del Este. Por eso, entonces concluyeron que se habían convertido en un criminal freelance o contratista de quienes requerían sus servicios criminales.

Desde noviembre de 2018 Piloto está recluido en una cárcel de máxima seguridad en Brasil, a donde llegó luego de matar Lidia Meza (18) en la Agrupación Especializada de Encarnación, donde estaba recluido, con la intención de retrasar el proceso de extradición. La Justicia de ese país, aceptó juzgarlo por ese crimen y lleva adelante el proceso.  

Piloto fue extraditado de Paraguay a Brasil a fines de 2018. Foto: Extra Paraguay
Marcelo Pinheiro Veiga.
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