Circulaba a contramano, atropelló a un niño y se escapó dejándolo tirado con múltiples lesiones

Sucedió en Nochebuena, en el barrio Villa Cristian de Oberá. Luciano (4) iba junto a otros chicos a un kiosco cuando fue atropellado. La pasividad policial motivó a los vecinos a iniciar una pesquisa propia para identificar al automovilista. El niño sigue internado en el hospital Samic.
lunes 28 de diciembre de 2020 | 14:20hs.
Circulaba a contramano, atropelló a un niño y se escapó dejándolo tirado con múltiples lesiones
Circulaba a contramano, atropelló a un niño y se escapó dejándolo tirado con múltiples lesiones

Mientras aún resuenan ecos del interminable pedido de justicia para Manuel “Peque” Benítez (12), asesinado por un automovilista que después de atropellarlo sobre la vereda donde jugaba se dio a la fuga, en la Nochebuena de 2016 en Eldorado, en la ciudad de Oberá un niño permanece internado desde el 24 a la noche por un hecho parecido.

Se llama Luciano, tiene 4 años. Fue atropellado por un conductor que circulaba a contramano y excedido de velocidad por la calle Río Cuarto del barrio Villa Cristian. Debió ser operado y enfrentará una dura recuperación para volver a caminar, de acuerdo a lo que le anticiparon los médicos a sus padres.

El protagonista principal, lejos de detenerse, se dio a la fuga dejando al pequeño sangrando sobre el asfalto. Un hermano que le dobla la edad y fue testigo de toda la secuencia lo cargó en sus brazos hasta la casa -a pocas cuadras de donde ocurrió el atropellamiento- desde donde lo llevaron al hospital.

Sobrevivió, aunque con fractura expuesta en una pierna producida por las ruedas del coche, además de heridas leves y raspones.

Pero la tranquilidad de tenerlo con vida no menguó la indignación y el deseo de justicia en el barrio porque si no era por la reacción de la criatura que pese al susto hizo un movimiento inverso para esquivar el impacto, estaríamos ante un nuevo hecho mortal con el automovilista fugado. Una epidemia en Misiones.

“Pudo ver que íbamos”

“Fuimos a comprar al kiosco de la otra cuadra, éramos 6 o 7 amigos, todos chicos, cuando caminábamos por el costado de la Río Cuarto apareció el auto a toda velocidad y a contramano. Era gris o negro, podría ser un Corsa, no recuerdo bien porque me asusté y me centré en atender a mi hermano”, detalló Bruno (12), quien levantó al niño herido del asfalto.

“Pudo ver que íbamos, a todos. Cuando lo atropelló frenó más adelante, la gente empezó a salir de sus casas por los gritos, el llanto de Luciano y aprovechó para escaparse”, recordó afirmando una vez más que se centró “en atender a mi hermano” y “perdí de vista el auto”.  

Investigación vecinal

Son los propios vecinos quienes ante el relajamiento policial decidieron investigar por cuenta propia qué auto era, en relación a la marca y modelo, además de la identidad de quien manejaba.

La búsqueda de datos fue motorizada por las redes sociales además del boca a boca, aunque hasta las primeras horas de esta tarde nada concluyente había surgido.

“Un patrullero de la policía dio unas vueltas esa noche y se fue. Nosotros estamos buscando datos para saber quién era, por qué se fugó dejando a mi hijo tirado después de haberlo casi matado”, expresó Daniel Pedrozo, papá del niño herido.

En ese punto las hipótesis que más fuerza cobraron tienen que ver con que manejaba alcoholizado o se trataba de un menor al volante.

“Sea quien sea lo vamos a descubrir. No se hace eso. De milagro mi hijo terminó con la pierna rota solamente pero pudo haber muerto en manos de este animal”, lanzó.

Reductores de velocidad: ¡Urgente!

La calle Río Cuarto conecta a dos de las avenidas importantes de la ciudad: Piedrabuena (que sale a la ruta 103) y Misiones (con salida hacia la ruta nacional 14).

Hace alrededor de cuatro años está asfaltada en su tramo principal generando el tránsito fluido de todo tipo de vehículos de pequeño, mediano y gran porte.

No existen veredas, por lo que los vecinos de ven obligados a caminar en fila sobre el cordón cuneta.

Eso, además de las curvas cerradas y pendientes, la convierte en un peligroso circuito para varios que aprovechan para acelerar sin tener en cuenta la presencia de personas.  

Los vecinos se cansaron de pedir la instalación de reductores de velocidad exponiendo los accidentes pero hasta ahora no han logrado convencer a las autoridades comunales.

“Es cada vez peor. Necesitamos que se construyan lomos de burro, se instalen semáforos o algo que obligue a los automovilistas a bajar la velocidad”, dijo un vecino coincidiendo con otro que enumeró varios choques con heridos desde que el asfaltado agilizó la circulación.

“Nos vemos obligados a caminar por la calle porque no existen veredas y si a eso le sumamos la peligrosidad de los autos a toda velocidad, es una bomba de tiempo. Creo que en cualquier momento va a suceder una tragedia mayor que nos vamos a lamentar por siempre. Por eso el pedido es directo a las autoridades. ¡Hagan algo, por favor!”, exclamaron.

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