Por el crimen de Antonella Bernhardt podría ser condenado a perpetua

Último revés judicial para Vargas, que será enjuiciado por el delito de femicidio

La Cámara de Apelaciones ratificó la calificación endilgada. El hombre pretendía llegar a debate acusado de homicidio simple, figura que prevé menos años de prisión
jueves 24 de diciembre de 2020 | 6:03hs.
Último revés judicial para Vargas, que será enjuiciado por el delito de femicidio
Último revés judicial para Vargas, que será enjuiciado por el delito de femicidio

Finalmente, Cristian Daniel Vargas (30), detenido por el crimen de Antonella Bernhardt (27) en un inquilinato posadeño, se sentará en el banquillo de los acusados para responder por el delito de femicidio, que prevé una pena a prisión perpetua, luego del fallo de la Cámara de Apelaciones de Misiones. La novedad fue confirmada ayer a este medio por diferentes fuentes ligadas al proceso.

La calificación del hecho siempre fue una cuestión central en el expediente. Vargas, que confesó el crimen en una entrevista con El Territorio, fue imputado en primera instancia con el agravante, pero el juez Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas, dictó la prisión preventiva por homicidio simple en noviembre del 2019, entendiendo entonces que no había mediado violencia de género.

Sin embargo, la instrucción continuó y tanto la fiscalía -a cargo Adriana Verónica Herbociani- como la querella -conformada por las abogadas Ivana Lundvist y Roxana Rivas-, que representa los intereses de la familia de la víctima, solicitaron la elevación a juicio por inciso 11 del artículo 80 del Código Penal Argentino, que contempla que “se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que mataré a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.

El juez Verón hizo lugar a esta solicitud y finalmente elevó la causa a juicio por este delito, pero la defensa apeló argumentando, a grandes rasgos, que no había relación de pareja ni odio a la víctima por su condición de mujer.

Finalmente, en la víspera se conoció la decisión del tribunal de alzada. La Sala II de la Cámara de Apelaciones, con el voto del juez José Alberto López y la adhesión de su par José Jacobo Mass, desestimaron el recurso interpuesto. Al detalle, se rechazó el pedido de sobreseimiento, el cambio de calificación legal y no se hizo lugar a la oposición de elevación a juicio.

Mediante esta carátula, Vargas ahora es pasible de recibir 35 años de prisión, diez más de lo que prevé el máximo previsto por homicidio simple. Respecto a esta cuestión, en su momento la abogada Rivas dijo a este medio que si la figura menos gravosa se mantenía, Vargas podría negociar una pena mucho menor en un juicio abreviado. “Eventualmente la pena se va modificando y accede a otros beneficios”, concluyó.

Crimen y filmación

El femicidio de Antonella fue cometido el 4 de abril de 2019, en un departamento del barrio El Brete, donde alquilaba la víctima. Momentos después del hecho, el hombre el acusado salió del lugar y fue filmado por la dueña del lugar, que había escuchado ruidos, se preocupó y fue a ver. En ese audiovisual, que se hizo viral, Vargas simuló desde la ventana que hablaba con Antonella, pero la joven ya estaba muerta en su habitación.

Vargas luego declaró en audiencia indagatoria que había conocido a Antonella por una oferta laboral. Le iba a pagar 1.000 pesos por un book de fotos, pero además la joven iba a cobrar una comisión si vendía en colegios posadeños su servicio de fotografía a grupos de egresados. Se hizo una primera sesión y el día del crimen -dijo-, la segunda.

En ese punto, relató que tuvieron relaciones sexuales y que la joven lo amenazó con que lo había filmado todo.

En una entrevista exclusiva con El Territorio, el acusado relató que la víctima buscó chantajearlo y que en ese momento “me desesperé de que mi mujer se dé cuenta de que yo estaba siendo infiel y entonces le dije que sí. Empezamos a forcejear con el teléfono y quedamos que ella iba a borrar y yo le iba a dar la plata. Quedó ahí, yo empecé a juntar mis cosas y ella me dijo sonriendo que todavía tenía el video”.

Sobre el momento del crimen detalló una secuencia bastante endeble: “Cuando estábamos forcejeando, yo le agarro la mano a ella y le traigo hacia mí -ella es petisita y el hombre tiene más fuerza que la mujer-; la idea era sacarle el cuchillo de una vez por todas, pero cuando la traigo directamente le clavo el cuchillo en la garganta. Ella cae con el cuchillo en el borde de la cama”.

“Yo le saco el cuchillo -de la garganta- y empieza a golpear la puerta la dueña del alquiler. Nunca estuve en esa situación, nunca vi un cuerpo ni fui jamás a un velatorio y de repente ver eso, que estaba temblando y agonizando -por la víctima-. Estaba yendo a abrirle la puerta a la señora con la mano llena de sangre porque primero le tapé con una remera y luego con mi mano”, agregó.

Pese a la gravedad de lo que contó, en su momento el acusado no mostró variaciones en su voz, ni mucho menos se quebró. Dijo que buscó mover a Antonella, que había caído boca arriba, para que ésta no se ahogue en su sangre. Entonces, antes de abrir la puerta, se lavó las manos y simuló esa conversación que fue registrada por los vecinos.

Al respecto, desarrolló: “Le atendí a la señora desde la ventana para que no vea mi mano mojada. En el transcurso que yo supuestamente hablo con Antonella lo único que quería era irme porque ya sabía lo que iba a pasar si me quedaba ahí y pedía una ambulancia. Pero eso es lo peor que hice, abandonarle a ella a su suerte”.

No hubo video

Después de salir del lugar y momentos antes de ser detenido, el joven reseteó toda la información del teléfono celular de la víctima, pero los efectivos de la Secretaría de Apoyo de Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial pudieron recuperarla. Eso hizo desmoronar parte de su coartada.

Tal y como informó este medio oportunamente, el análisis de esos aparatos confirmaron que la víctima y el asesino mantenían una relación meramente comercial y los intercambios de mensajes nunca evidenciaron siquiera una insinuación de parte de ninguno de ellos. Incluso, la joven mantenía de igual manera conversaciones con la esposa del implicado.

Más allá de eso, al decir de un investigador, el dato más importante es que nunca existió un video sexual de los protagonistas con el que supuestamente la joven amenazó a Vargas, tal y como éste señaló ante las autoridades y a este medio. Tampoco hubo amenazas o chantajes detectados en las conversaciones. 

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