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El procedimiento se hizo en febrero de este año

Detenido en Brasil como el Rey del Lanza se defiende: “No tienen nada”

Con documentos que acreditan que no tiene antecedentes en Argentina y Brasil, Roberto Grondona (65) brindó una entrevista a El Territorio, en la que contó su verdad

lunes 21 de diciembre de 2020 | 6:03hs.
Detenido en Brasil como el Rey del Lanza se defiende: “No tienen nada”
Grondona se movilizaba en su camioneta cuando fue detenido en Brasil.
Grondona se movilizaba en su camioneta cuando fue detenido en Brasil.

“Cuando me detuvieron en Brasil pasaba constantemente. Inclusive en junio del 19 yo estuve en la Policía Federal de Dionísio Cerqueira, estuve algunas veces ahí sacando permiso para irme a un médico en Francisco Beltrão. Dijeron que yo era un prófugo de la Justicia, pero había estado en la Policía Federal haciendo la documentación para viajar, meses antes. ¿Quién iba a sacar el permiso estando prófugo?”

Quien habla es Roberto Grondona (65), un empresario misionero de la localidad de San Antonio, en la frontera con Brasil. El 3 de febrero el hombre fue detenido por la Policía Militar y Federal en la localidad lindante, Santo Antonio do Sudoeste, y rápidamente trascendieron graves acusaciones. Medios y fuentes de la fuerza dijeron que era un traficante de lanzaperfumes -una droga de uso extendido en el  vecino país- desde hace 15 años y que desde hace diez lo buscaban.

Apodado “El rey del lanza” -o rei do lança -, se movilizaba en una camioneta que fue interceptada en la avenida principal y  alojado en Francisco Beltrão, a unos 100 kilómetros de la frontera, a disposición de la Justicia local. Se dijo que tenía varios procesos abiertos y las autoridades le incautaron cantidades de dinero en pesos y reales.

Grondona -dijo- tiene comercios en la zona desde el año 84 y desde hace diez vive en Puerto Iguazú, donde administra un hotel. Además, vivió 18 años en Brasil, donde también cuenta con propiedades y a donde - antes de la pandemia - iba casi cotidianamente, como todos en la frontera seca. Expresó que estuvo doce días detenido, pero que luego lo liberaron porque no había ninguna prueba.

En una entrevista con El Territorio presentó documentación donde consta que no tiene antecedentes penales en Argentina ni en Brasil. Aseguró que su nombre pudo haber aparecido en las investigaciones después que alguien lo incriminó y detalló que le afectó mucho verle ligado a esas circunstancias.

La Policía de Brasil decía que usted estaba acusado de tráfico de lanzaperfumes. ¿Qué responde a estas afirmaciones?

No es ninguna verdad. Me acusan porque en la frontera antes se vendían esas cosas, pero yo nunca tuve contacto con eso. A ellos - a las autoridades - le consta eso, que yo nunca tuve contactos porque estoy todos los días en Brasil y aparte soy comerciante de la frontera, a mí nunca me agarraron con un frasco, inclusive yo no sé lo que es el lanzaperfume.

Para mí ellos le pusieron el nombre de lanzaperfume a los aromatizadores de ambiente, que se vendía antes pero que después dejaron de fabricar o se prohibió, no sé qué pasó. Eso existía hace muchos años atrás.

¿Usted niega ser un traficante como aseguró la Policía?

La Policía no debió haber asegurado nada y creo que no aseguran nada. Creo que alguien hizo una denuncia o alguien compró a mi nombre. Por ejemplo, en un control fijo de Gendarmería que está a 40 kilómetros de Puerto Iguazú detuvieron un día una camioneta cargada con ese tal de lanzaperfume y a esa persona -el conductor- que le agarraron dijo que la mercadería era mía. Como soy una persona muy conocida, que ando por todos lados, soy respetado gracias a Dios por todas las autoridades y nunca tuve un antecedentes, entonces la Gendarmería bien podría haberme citado a mí, o irme a buscar.

Pero las acusaciones son en Brasil, no en Argentina.

Si, si, pero estoy hablando de eso como testimonio de que compraban a mi nombre, tal vez. Y decían allá que me compraban a mí los que caían presos. Yo para probar de que la mercadería esa que ellos me acusaron la gente compraba, las personas compraban y tal vez ponían a mi nombre, por eso salieron con ese martes 13.

La Gendarmería bien podría haberme citado o llamado, pero no. Se tomaron el trabajo de irse hasta mi hotel en Iguazú y de ahí me preguntaron. Incluso me dieron el nombre de la persona, que tampoco tengo problema de decir. “Dijo que cargó con usted, que cargó o le vendió, no llegó a explicar bien pero dijo que cargó en su hotel”, me dijeron. Le dije que era mentira y que sabía quien era el muchacho, que era de mi pueblo, San Antonio. Pero no, nada que ver. Le dije que le podría mostrar el lugar, para que revisen, les enseñé los depósitos y nunca me llamaron para nada, ni para preguntar nada porque no era verdad. Porque después el muchacho comentó de dónde había sacado. Había mentido. 

A eso voy, que me acusaron a mí porque seguro habrán comprado y como soy una persona muy visible y tengo negocios en San Antonio, tengo el hotel en Iguazú, viajo todos los días o al menos tres veces por semana, creen que pueden decir mi nombre porque soy un hombre que pasa por ahí siempre.

¿Qué le informó la Policía de Brasil al momento de su detención?

Estuve doce días preso, pero cuando le pregunté al secretario de la jueza por qué estaba detenido me dijo “usted está detenido por estar prófugo de la Justicia hace 10 años”. Y ahí le dije, pero nunca ocurrió eso, si me detuvieron en Santo Antonio, Brasil, en la avenida principal. Aparte tengo testimonios de que estoy siempre acá. Los mejores testimonios míos son de la Policía Federal de Dionísio Cerqueira, pueden averiguar allá. Ahí iba a sacar los comprobantes para viajar más de 50 kilómetros de la frontera para ir a un médico que me hizo un tratamiento de los pulmones.

Inclusive apareció una multa de cuando me fui a Cascavel hace unos cinco o seis años. Me olvidé de devolver un papel, porque cuando uno vuelve tiene que presentar esa autorización. Me hicieron una multa nada más, pero yo no tengo ningún problema en Brasil. Nada. Voy y vengo cuando se me da la gana. Ahora no se puede lastimosamente.

¿Cómo tomó que su nombre aparezca relacionado a esta causa?

A mí la verdad no me perjudicó en nada. A mí lo que más me preocupó fue que pusieron que era un traficante internacional. ¿Cómo traficante internacional? Cualquiera al final puede acusar a una persona, acusarlo de algo que no existe. Un traficante internacional no puede estar una semana preso y después largarlo.

Me afectó, tengo familia, hijos, mujer. Queda mal, me preguntan y algunos vecinos hablan. “Fíjate, era un traficante, por eso tiene esto, hace aquello y así”. La gente aprovecha. Pusieron que era buscado por Interpol, pero saqué mis antecedentes y no consta nada. Son palabras que el viento lleva, pero llega a los oídos de la gente y queda.

Yo pienso que fue una maldad. Como este muchacho que le agarró Gendarmería, andá a saber cuántos cayeron preso en Brasil y dieron mi nombre.

¿Le dieron alguna información de cómo quedó el proceso  judicial?

En la Justicia me habían denunciado por tráfico de lanzaperfume, entonces la Justicia mandó a detenerme, me detuvieron, pero nunca tuvieron nada, nunca supusieron que yo vendía algo y no van a saber tampoco y nunca lo hice.

Me detuvieron porque dijeron que fue un oficial de Justicia a citarme en mi casa y yo no me presenté, pero el oficial nunca fue a mi casa. En Brasil las leyes funcionan más o menos así: va un oficial de Justicia a citarle a una persona a la casa, una vez, dos veces, tres veces y no le encuentra entonces tiene que preguntarle a los vecinos linderos si no le vio al de la casa. Y nunca le preguntaron a mis vecinos. Tal es así que le demostré que había estado en la comisaría siete u ocho meses antes.


Lanzaperfume y su venta en Brasil

El lanzaperfume es una droga muy popular en el vecino país, asociada sobre todo a los carnavales. Se trata de un pequeño sifón que contiene cloroformo, cloruro de etilo, éter y en algunos casos perfumes. Quienes lo consumen lo aplican sobre una pedazo de tela y se inhala por la nariz o la boca. Su efecto alucinógeno es muy fugaz.

Según diferentes medios de Argentina y Brasil causa desinhibición, falsas percepciones o ilusiones, pensamiento confuso, somnolencia y ocasionalmente amnesia. Popularizado en los carnavales de Río de Janeiro, se fabricaba en Argentina a principios del siglo pasado pero en la actualidad el producto se trae desde Paraguay.

Quienes conocen el comercio de esta sustancia refirieron que el precio de cada “tubito” cuesta cerca de 20 reales en Brasil. En la frontera su consumo no es exclusivo de los brasileños, ya que se puede ver en fiestas en localidades como Bernardo de Irigoyen, San Antonio o Puerto Iguazú.

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