Hoy, mañana y el lunes, desde las 18.30, en el Parque del Conocimiento

Un escenario cósmico para un fenómeno histórico

Hasta el martes se verá en el cielo la conjunción de Júpiter y Saturno, un evento astronómico que, por la cercanía a la Navidad, se lo asimila a la estrella de Belén
sábado 19 de diciembre de 2020 | 0:10hs.
Un escenario cósmico para un fenómeno histórico
Un escenario cósmico para un fenómeno histórico

El cielo entero moviéndose eterno para que el esperado encuentro tenga lugar en este preciso tiempo-espacio.

La vista dirigida a la nada o al todo distingue en el oeste y a lo alto dos astros vecinos que brillan como colgados de la luna creciente.

Son Júpiter y Saturno aproximándose segundo a segundo para alcanzar el grado máximo de cercanía el lunes de noche.

El evento astronómico es la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno, un espectáculo celeste singular que tiene valor científico e histórico y también espiritual, ya que acontece a días de la Navidad y su brillo se asimila a la estrella de Belén que guió a los reyes magos hasta el humilde pesebre donde nació Jesús y se inició la era cristiana.

El último suceso de este tipo se documentó hace 800 años, en 1226, y se prevé que deberán pasar 60 años para que se repita.

Actividad convocante
Para vivir este hito astronómico, el Observatorio de las Misiones del Parque del Conocimiento de Posadas, organizó tres jornadas de proyección de audiovisual, show de luz y sonido y observaciones al aire libre con telescopio, que tendrán lugar hoy, mañana y el lunes desde las 18.30.

La propuesta es gratuita aunque con cupo limitado por protocolo preventivo de Covid-19.

La convocatoria se hizo el miércoles por las redes sociales y las entradas se agotaron en pocas horas.

El fenómeno
Acerca del fenómeno de la conjunción planetaria charló con El Territorio el astrónomo Luis Martorelli, responsable del Observatorio de las Misiones y docente del Observatorio de La Plata, ciudad donde reside.

“La conjunción Júpiter-Saturno es un momento astronómico en el que ambos planetas se aproximan y llegan a su punto máximo de acercamiento a 0,1° de distancia, es un fenómeno maravilloso”, consignó.

Los dos planetas estuvieron en nuestro cielo todo el año hasta llegar a este punto donde se da la conjunción.

“La conjunción de Júpiter y Saturno es el acercamiento aparente en el cielo de estos dos objetos. Decimos aparente porque de ninguna manera es una cosa real. Lo verdadero es que Júpiter está más cerca de la Tierra que Saturno. Y es en el eterno movimiento que hacen las órbitas alrededor del sol que se alinean con la Tierra alguna vez. Bueno, alguna vez es ahora, está sucediendo desde hace unos días hasta el 22”.

El científico expresó que “mirar el cielo y desconectar un poco de tanta pantalla es muy saludable”. Y este cielo que tenemos ahora con Marte rojo, con la luna creciente y con los dos astros asomándose en el mismo panorama es un concierto de asombro.

Este fenómeno puede vivenciarse a simple vista sin necesidad de ningún instrumento o con largavistas mejor, también con telescopio.

La hora ideal de observación es al anochecer desde las 20 a las 22, hacia el oeste a un lado de la luna.

“Ocurre algo fantástico porque tenemos en el mismo campo visual a la luna y a la conjunción de Júpiter y Saturno. Son dos puntos brillantes, el primero es más claro, grande, blanco brillante y a Saturno se lo ve más pequeño como detrás”, describió.

La estrella de Belén
En el último tiempo se ha llamado a esta conjunción de planetas, la estrella de Belén.

“Es un dato curioso muy bello y también anecdótico, porque sucede ahora a días de Navidad. Pero hay que decir que realmente no hay registro de que la misma conjunción se haya producido en aquel momento del nacimiento de Jesús, en esa misma hora, día, año del comienzo de la era cristiana”, puntualizó.

Sin embargo, aportó: “Siempre tenemos que tener en cuenta que la fecha del nacimiento de Jesús fue puesta por la religión en algún momento y no necesariamente coincide justamente con el 24 de diciembre a medianoche en el año cero”.

Lo comprobado -refirió- es que unos pocos años antes y después de esta fecha del nacimiento hubo en el cielo fenómenos astronómicos que pudieron llamar la atención de los reyes magos.

“Los reyes magos eran astrólogos, venían de Oriente caminando. Y como estudiosos que eran, tenían unos conocimientos y cálculos de eventos del cielo y de hecho hubo algo que llamó su atención. La astronomía todavía no encuentra en esa fecha precisa ningún objeto como conjunción. Pero sí poco antes y poco después, por eso es que de forma anecdótica a esta conjunción que hacía 800 años que no ocurría se la llama la estrella de Belén”.

La buena señal
Acerca de la importancia de este portento del cielo para el campo del conocimiento científico como para las tradiciones y costumbres y para la astrología, que considera la conjunción como la llegada de un nuevo ciclo, Martorelli reflexionó: “Yo creo que este fenómeno tiene, en este momento que estamos viviendo, más que ver con todo eso que culturalmente rodea a los acontecimientos del cielo que con la ciencia”.

Y así evidenció que “para la ciencia es interesante porque es el movimiento de los cuerpos celestes. Es el cálculo matemático exacto de por qué pasan tales cosas. Es tener la base científica para comprobar y registrar que eso que iba a pasar, finalmente pasó y también para calcular en adelante. Eso es materia de la astronomía. Y por otro lado, está nuestra necesidad como humanos de tener algo más firme en que creer, algo en la mano a lo que aferrarnos que nos da seguridad. Pero lo cierto es que a lo largo de la historia, las pestes, la caída de imperios o el evento que fuera fue una consecuencia del obrar humano y no de un designio del cielo”.

Parte de la divulgación científica tiene ver -ponderó- con desentramar creencias arraigadas y analizar sus elementos constitutivos uno a uno para conocerlos mejor, para entenderlos, para resignificarlos o fortalecer su significado.

“Para el caso de las señales del cielo, ¡yo qué voy a decir!, ¡que el cielo es hermoso! Que ojalá veamos señales positivas que nos permitan avanzar hacia un tiempo mejor. Y que también recuperemos esa costumbre de mirar al cielo, de salir un rato de las pantallas y conectarnos con la naturaleza”.

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