La banda que movió la carga de droga más grande de la historia espera juicio

Son cuatro y juntos batieron todos los récords, aunque no se trata de algo precisamente valorable ni terminará con medallas o premios. Todo lo contrario, le valdrá años de cárcel. Tres de ellos están detenidos y esperan fecha de juicio, mientras un cuarto nunca fue identificado.

El 14 de febrero del 2018, los misioneros Cristhian Gonseski, Mario Alberto Agüero y Gerardo Schmitt fueron atrapados en distintos controles de Gendarmería Nacional, luego de una investigación de más de seis meses coordinada por el Juzgado Federal de Eldorado. Más allá de ser un término cliché, ese fue un verdadero golpe al narcotráfico, el más importante de todos respecto a las cantidades.

El imputado Schmitt manejaba un camión que fue interceptado en San José. En su interior no había servilletas, como indicaba la documentación apócrifa con la que contaba la banda, sino toneladas y toneladas de marihuana a granel. El pesaje exacto arrojó 11.923 kilogramos, por lo que se convirtió en el mayor decomiso de la fuerza y la historia argentina.

Los otros dos implicados, en tanto, fueron atrapados en un control rutero a la altura de Santo Tomé. Según acreditó la investigación, en un Ford Focus estaban punteando la ruta para advertir sobre controles, lo que en la jerga comúnmente se denomina “barrido”.

Según pudo saber este medio en base a fuentes judiciales, luego de la instrucción llevada adelante por el juez Miguel Ángel Guerrero, la causa está ahora en Tribunal Oral Federal de Posadas, quien debe establecer una fecha para la realización del juicio. Por las estimaciones, ese debate se realizará en el transcurso del 2021.

Según determinaron los efectivos de  Unidad de Investigación de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales Eldorado de Gendarmería Nacional, la maniobra empezó a materializarse en los primeros días enero de ese año, cuando Gonseski y Agüero cruzaron a Paraguay por Piray. Se cree que entonces fueron a buscar 2 millones y medio de pesos para comprar el vehículo para mover la droga.

Al día siguiente los dos imputados viajaron a la provincia de San Luis, donde compraron un semirremolque térmico Bonano. Agüero fue anotado como titular del vehículo, aunque se hizo una autorización para Schmitt, que tenía un carné de conducir profesional.

Por esta razón el conductor fue a buscar el vehículo a Buenos Aires, para traerlo luego a Posadas, a mediados de enero. En el mes siguiente la banda gestionó todas las habilitaciones para mover el camión y consiguió todos los documentos falsos para evitar los controles.

La pantalla era una carga de servilletas que tenía como destino final a Uruguay. También consiguieron precintos y documentación trucha y cargaron la droga, que ingresó desde Paraguay. En su momento, fuentes de la investigación señalaron que la marihuana pudo haberse cargado en Garupá.

Mediante las escuchas y seguimientos a la banda, se determinó que Gonseski era el líder en suelo misionero y que respondía a un financista en Paraguay que no fue identificado. El hombre, oriundo de Eldorado y con antecedentes por narcotráfico, gestionó y organizó toda la logística.

Los investigadores de Gendarmería siguieron todo mediante las escuchas directas y seguimientos. Así que los recaudos de la organización, que siempre se movió con mucho sigilo, fueron en vano. Cuando finalmente decidieron mover el imponente cargamento, la noche del 14 de febrero del 2018, fueron interceptados exitosamente.

Gerardo Schmitt fue atrapado en un camino de tierra, a metros de la rotonda de San José, que une las rutas provincial 105 y nacional 14. Al parecer quiso evitar ese control, donde siempre está apostada la fuerza federal. A Cristhian Gonseski y Mario Alberto Agüero los atraparon en Tapebicuá, donde venían punteando.

Entonces surgieron algunos datos que develaron apuro o imprudencia para traficar semejante cantidad de droga. Es que de los dos accesos que se tienen a la caja térmica, el que se ubica en la parte lateral y del lado del acompañante, no llevaban colocado los precintos aduaneros correspondientes, como sí tenía el portal ubicado en la parte trasera del semirremolque.

Junto a esta irregularidad se notó además que dicha caja térmica no se encontraba encendida al momento de la inspección y que, a su vez, estaba desconectada. El camionero, oriundo de 9 de Julio, expresó que tenía que manejar hasta Entre Ríos y que allí se iba a hacer cargo otra persona.

El pesaje de la droga se llevó a cabo en el Escuadrón 50 de Posadas y llevó más de 30 horas. Los bultos de la droga ocuparon todo el estacionamiento, a tal punto que tuvieron que mover varios vehículos para que entren todos. El olor, en tanto, era insoportable. Se sentía a varios metros del lugar, incluso en la vereda opuesta a la avenida.