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Denunció que su ex violó medida judicial y escapó con su beba de un año

martes 15 de diciembre de 2020 | 5:30hs.
Denunció que su ex violó medida judicial y escapó con su beba de un año
Sebastián Giménez conoció a su ex pareja en 2018 cuando trabajaba en Río de Janeiro. Foto: Nicolás Oliynek
Sebastián Giménez conoció a su ex pareja en 2018 cuando trabajaba en Río de Janeiro. Foto: Nicolás Oliynek

“Se me terminó de caer el mundo de las manos, a veces veo la cuna o la cama y me pongo muy mal. Trato de estar bien pero a veces me agarra el bajón y empiezo a tener esa incertidumbre de que quizás no la pueda volver a ver”. Con esa cruda frase resumió Sebastián Giménez (36) el calvario que padece desde el último viernes cuando su ex pareja de 21 años desapareció junto a su hija Luna de un año de vida. Todo esto, luego de que la joven no regresara de una de las visitas semanales que tenía permitido mediante el régimen que estableció la Justicia tras una serie de denuncias que meses antes realizó el progenitor por distintos episodios de maltratos, amenazas y violencia psicológica por parte de la mujer.

Con el asesoramiento y acompañamiento constante de su abogada particular, Yanina E. Kratty, el angustiado padre dialogó con El Territorio y no ocultó la fuerte preocupación que tiene en relación al paradero de la criatura y de Lavinia Pereira Da Silva (21), a quien conoció en noviembre de 2018 en Río de Janeiro, de donde la joven es oriunda, cuando trabajaba en un emprendimiento turístico del vecino país.

En primer lugar comentó que los problemas iniciaron cuando la pareja decidió abandonar Brasil para buscar un mejor futuro en España. En el Viejo Continente “ella ejerció mucha violencia, desde el primer mes de nacimiento de nuestra bebé. Hubo forcejeos, discusiones y hechos de violencia psicológica hacia otra gente. Y en eso hay testigos, hay audios, hay pruebas, todo quedó asentado en la Policía Federal de Cercedilla, que esto pertenece a las sierras de Madrid”.

“Unos meses antes de que nazca Luna, ella intentó abortar ingiriendo pastillas. A los siete meses de embarazo yo le insistí para ir a un psicólogo, a los médicos no quiso ir, hasta ese entonces yo no sabía nada si ella estaba bien con la beba o si se había complicado algo con lo que había ingerido. Después estuvimos en Madrid en donde recibimos toda la ayuda posible. La Cruz Roja intentó ayudarnos pero fue imposible porque ella se negó a todo”, recordó el denunciante, quien además señaló que en medio de todo este conflicto se encontró con el avance del Covid, lo que le imposibilitó de seguir teniendo un empleo en España.

Ante esta situación, contó que mediante un contacto que mantuvo con el propio presidente Alberto Fernández, pudo tener diálogo con la embajada para iniciar los trámites de repatriación de los tres hacia el país.

Fue así que a mediados de junio, gracias a la ayuda de la embajada, la familia pudo regresar a Buenos Aires. Aunque recordó que estando en cuarentena en un hotel de Buenos Aires “ella vuelve a tener un ataque y quiere denunciar a salubridad con la Policía Federal porque nos tenían en un hotel. Ella quería irse de ese lugar. Decía que se iba a llevar a la bebé, que nadie la iba a parar, que no le importaba nada”.

Y añadió que los problemas se agravaron cuando pisaron territorio misionero y en plena semana de aislamiento por los cuidados sanitarios ante el Covid 19.

Allí, los maltratos de la joven hacía la criatura volvieron a recrudecer, lo que obligó a la familia de Sebastián a iniciar una denuncia policial al respecto. Sebastián comentó que fue el comienzo del trabajo junto a la Defensoría de los Derechos del Niño, que también tomó intervención en este caso. “Tenía que hacer la denuncia, me guste o no porque en cualquier momento ella la iba a lastimar, le podía hacer cualquier cosa o se la podía llevar y nos iba a echar la culpa a nosotros”, confió.

Viaje a Brasil

Siempre desde el relato cronológico del denunciante, en un primer momento de la estadía de los tres en la capital provincial, la joven decidió tomar sus cosas y regresar sola a su país. “Un día ella agarra y dice ‘me voy’, ‘te dejo a la bebé’. Llamó desde las redes sociales a un taxi de Irigoyen y se fue. Cuando me entero que sí cruzó la frontera y que estaba en Brasil reviso los bolsos y me entero que se había llevado todo el dinero de la ayuda que nos había dado la embajada. Y luego empieza a mandar fotos que se iba a la peluquería, que se compró una notebook, etcétera”, narró con bronca Sebastián quien en ese momento se quedó con unos pocos pesos para sobrevivir junto a su pequeña.

También sostuvo que semanas después, Lavinia se comunicó nuevamente con él y le pidió que hiciera cruzar al Brasil a la criatura por alguno de los pasos clandestinos de Bernardo de Irigoyen. Pedido al que no accedió el posadeño.

“Ahí empiezo a recibir llamados de ella y de otras personas, a su vez, mi familia empieza a ser atosigada y amenazada por ella y por hombres. Uno de ellos su padre. Al primer día de amenazas fuimos a la Comisaría de la Mujer, todo eso dejamos asentado porque dejé dos exposiciones. Después pedimos el botón de pánico porque sonaba el timbre de mi casa y salíamos aterrados, no andábamos por la calle porque no sabíamos con quién podía venir porque ya tenía antecedentes de violencia en España y en Brasil”, agregó el entrevistado.

Ya en cercanías a noviembre, y mediante el asesoramiento de una abogada posadeña, la joven regresó a Posadas e inició los trámites con la Justicia de Familia para poder ver a Luna.

“Yo desde un principio accedí a que la vea, y todo porque es la madre. Pero en la mediación yo le pedí por favor a la abogada de ella y al juez que sea bajo la tutoría de una trabajadora social y que pase por la pericia psicológica, como la pasé yo. Pero ella nunca vino con trabajadora social, nunca pasó una pericia”, dijo el denunciante.

Fue así que desde el 20 de noviembre pasado, por orden de la Justicia, la joven accedió a un régimen de comunicación y contacto especial que comprendía tres veces a la semana, de 16 a 18 y con fines de semana intercalados. Sobre dicho régimen, Sebastián reconoció que siempre estuvo latente el temor a un rapto, pero pensó que quizás su ex pareja podría cambiar.

También recordó que en ese lapso “había días que ella llegaba tarde. Había días que Luna no se quería ir, se iba llorando y no se quería desprender de mis brazos. Siempre está mi familia, siempre era mi tía la que la recibía y me decía que volvía llorando y sin comer”.

A raíz de lo ocurrido, la Policía de Misiones inició una fuerte investigación para dar con el paradero de la joven y la beba. Y si bien el registro de cámaras de seguridad  de distintos puntos de la ciudad brindó datos a la pesquisa, desde la fuerza se mantienen cautos a la hora de brindar detalles a la familia por el momento.

Además, se identificó a una mujer que habría acompañado en varias oportunidades a la madre a retirar a la pequeña a casa de Sebastián y que al parecer sería la persona que ayudaba a Lavinia en Posadas. Se cree que esta colaboradora podría estar dando refugio a ambos, aunque tampoco se descarta que madre e hija hayan salido del país con ayuda de terceros.

Ante esto último, ya se emitió un pedido de alerta a Migraciones y a Interpol para dar con el paradero de ambas.

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