El Tribunal Penal Uno ordenó el traslado a otra dependencia

Una mujer denunció que su ex pareja la acosa desde la cárcel

“Me empezó a escribir por messenger, me decía que estaba linda y que me extrañaba”, detalló. Ante el rechazo, el implicado comenzó a acosarla y la amenazó
lunes 14 de diciembre de 2020 | 6:03hs.
Una mujer denunció que su ex pareja la acosa desde la cárcel
Una mujer denunció que su ex pareja la acosa desde la cárcel

Primero fueron piropos, pero los mensajes fueron subiendo de tono, se convirtieron en acoso sexual y, finalmente, en amenazas. Para colmo, el remitente está preso y purga una sentencia por robo calificado.

A pesar de ello, contaba con teléfono celular y acceso a las redes sociales, lo que violaba todo protocolo carcelario. Un escándalo institucional y un riesgo para la seguridad pública.

Ante la gravedad del caso, la semana pasada una mujer radicó una denuncia contra su ex pareja, identificado como Zacarías Morais, quien cumple condena en la Unidad Penal II de Oberá.

Tras la correspondiente notificación, el Tribunal Penal Uno ordenó el traslado del interno a otra dependencia del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).

Previamente, las autoridades carcelarias requisaron la celda del implicado y hallaron el teléfono celular con el cual acosaba a su ex pareja, situación que puso al descubierto falencias en la seguridad del penal obereño.

“Me empezó a escribir por messenger, me decía que me estaba linda y que me extrañaba. Le dije que no quería saber más nada con él, que no me moleste más. Ahí empezó a acosarme. Me decía cosas muy feas, que iba a ver cuando saliera y me dio miedo, por eso hice la denuncia”, comentó la damnificada.

Precisó que Morais fue condenado por robo calificado en perjuicio de dos mujeres a las que asaltó en el puente de calle Piedrabuena, en las inmediaciones del polideportivo municipal de Oberá.

Ahora, además del traslado del implicado a otra cárcel del SPP, las autoridades de la fuerza ordenaron una investigación interna para determinar quién o quiénes permitieron el ingreso del celular con el que el recluso acosó a la víctima.

Antecedentes

Tampoco fue la primera vez que se registra una denuncia de tales características.

Tiempo atrás una mujer de 24 años denunció que su pareja la amenazó de muerte a través de mensajes de texto que enviaba desde la Unidad Penal II de Oberá, donde el hombre se encontraba purgando una condena por homicidio.

En consecuencia, el personal penitenciario realizó una requisa y dio con varios teléfonos celulares, elementos cortantes y hasta varios litros de “yakiko”, una bebida alcohólica que preparan los internos con fruta fermentada, alcohol puro y hasta colonia.

Radicada la denuncia las autoridades judiciales iniciaron una nueva causa por “amenazas de muerte”, lo que complicó la situación del detenido.

En la denuncia, la mujer relató que en una visita íntima que tuvieron el hombre habría tratado de convencerla para que le lleve elementos prohibidos por el régimen carcelario. La mujer aseguró que ante su negativa, el sujeto la golpeó y amenazó de muerte.

“Ese día la señora no dijo nada, pero una vez en su casa comenzó a recibir mensaje de texto amenazantes. Le decía que iba a salir y le iba a matar, que ya le faltaba poco y que ahí le iba a conocer. Eso le dio miedo y decidió hacer la denuncia policial”, precisaron.

En su denuncia, la damnificada aseguró que “la propia madre el internos hizo entrar el celular LG con que la amenazaba. Él quería que ella haga entrar cosas, por eso empezaron las discusiones que terminaron en amenazas”.

Mala costumbre

Además del contacto con el exterior, la posibilidad de organizar un escape y hasta secuestros virtuales, algunos internos usan sus celulares para presionar a sus abogados.

Al respecto, un profesional obereño comentó que recibió un mensaje que decía: “Dr. tiene que apurar mi causa. Yo tengo  familia, como usted. Usted tiene dos hijas, como yo. Acuérdese, métale con mi tema”.

El profesional se mostró preocupado por una situación que persiste desde hace tiempo y reconoció que recibe mensajes y hasta llamadas por parte de algunos clientes que están alojados en diferentes penales de la provincia.

 “Parece que se está volviendo una costumbre de los muchachos. Comentando con colegas, varios me dijeron que les pasa lo mismo. Es parte del folclore de la cárcel, sabemos que entran celulares y otras yerbas, pero el tema es cuando te nombran a la familia. Como que ahí ya cruzan un límite que preocupa”, indicó el letrado.

Tras solicitar la reserva de identidad para proteger su integridad y no entorpecer la causa de su defendido, reconoció que el hallazgo de un celular en poder de un interno constituye una falta grave.

“Pero de alguna manera se ingenian para entrar celulares, no es que hagan magia”, señaló con ironía, dejando entrever la complicidad de integrantes del SPP.

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