Antonio Tarragó Ros y Julio Cáceres de ‘Los de Imaguaré’ reflexionan sobre el movimiento

El chamamé, la eternidad en la tierra

Manifestación que trasciende todas las fronteras y forma parte de la idiosincracia regional. La cultura chamamesera, a punto de consolidarse patrimonio inmaterial
domingo 13 de diciembre de 2020 | 6:00hs.
El chamamé, la eternidad en la tierra
El chamamé, la eternidad en la tierra

Una expresión que se extiende más allá de las fronteras: las físicas, las temporales, las que impone la sociedad. El chamamé es una manifestación cultural que une, convoca, trasciende e identifica.

Ahora, a punto de declararse Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, el chamamé, más que nunca, hermana a la región que lo representa y vive. Y algunos exponentes del ritmo, lo conceptualizan.

Es que “lo único inmortal que hay en vos es el chamamé”, deslizó en pocas palabras Antonio Tarragó Ros, exponente chamamesero, en diálogo con El Territorio, haciendo referencia a la manifestación como una expresión que surgió muchos años atrás y que continúa en plena vigencia y transformación, latente en todo el nordeste argentino y en distintos países como Brasil, Paraguay y Uruguay.

“El chamamé constituye Ñanderekó (nuestra manera de ser, en guaraní)”, resumió por su parte Julio Cáceres, quien desde hace varias décadas le da voz al reconocido grupo correntino Los de Imaguaré. Grupo que lleva esa denominación porque traducida al guaraní significa antiguo, “porque reconocemos al chamamé como una herencia legada de generaciones anteriores que han venido gestando este movimiento y creo que hemos puesto también nuestro granito de arena para que, los que vienen después de nosotros (nuestros hijos, nietos y más) sigan también en la misma línea”, agregó Don Julio, denotando un profundo amor por la música.

En ese sentido, ambos chamameseros coinciden en que la declaración de la Unesco será una herramienta para que el mundo entero pueda acceder, conocer y experimentar un movimiento -que se representa fundamentalmente en música, el canto y la danza- que no fue inventado en ningún estudio de grabación, sino que se originó y tomó forma por ser el producto de la resistencia y la cultura viva de una región.

“El chamamé sobrevivió a todo, fue resistencia siempre. La Unesco será una herramienta para que el mundo tenga el privilegio de conocerlo”, destacó Tarragó Ros. Mientras, Cáceres apuntó que, a partir de la declaración, que esperan que consagre el próximo 16 al chamamé como patrimonio inmaterial, los chamameseros asumen el compromiso de ofrecer lo mejor del movimiento: “porque ponernos en la vidriera mundial nos compromete a ofrecer lo mejor de nosotros, lo mejor del chamamé”.

Sentido de pertenencia
“Creo que, más que el Litoral, todo el Cono Sur Americano conoce y disfruta del chamamé. Brasil, Paraguay, la Campaña uruguaya, y ahora también me han contado que en Chile y Bolivia también participan de este amor a nuestra música. Estamos hablando de un territorio muy amplio y estamos muy contentos de que así sea”, detalló Cáceres. Es que su condición de aglutinar, “de ligar a las personas, a las familias y a la comunidades le brinda un valor y una función muy importante al chamamé”, alegó.

Porque: “El chamamé es de quien lo ama. Le pertenece a quien demuestra que lo ama y a quien el propio chamamé ama. Es el corazón cantando; una manera de sentir, de pensar, de ver la vida. El chamamé es una religión”, acotó Tarragó Ros.

Con sus viejas raíces, sienta precedentes, cala la historia, le da forma, la construye. Y con sus grandes ramas se expande, se transforma, influye y repercute.

El chamamé genera sentido de pertenencia, es la música de nuestra tierra, la expresión del alma. El chamamé comunica los valores con los que nos regimos, es nuestra herramienta de expresión, nuestra historia y horizonte, nuestra idiosincrasia.

 

En Corrientes se unen para celebrar

‘Los invitamos a celebrar un acontecimiento histórico’, reza el comunicado emitido por el Instituto de Cultura de la provincia vecina que convoca

a todos los correntinos y la comunidad chamamesera en general a festejar el próximo miércoles lo que es prácticamente un hecho: el chamamé proclamado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La iniciativa impulsa distintas formas de compartir y celebrar este momento. Colocar pasacalles, banderas, usar remeras, vinchas y banderines alusivos. También proponen ornamentar casas y comercios, y colocar además elementos en espacios públicos, alusivos a la expresión chamamesera.

Está previsto que en el momento en que la Unesco realice la declaración, haya un toque simultáneo de sirenas y repique de campanas durante un minuto, además de un recorrido de varios carros músicos que tocarán en vivo.

El chamamé, la eternidad en la tierra
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