Cartas de lectores

Aporofobia

sábado 12 de diciembre de 2020 | 6:04hs.

La filósofa española Adela Cortina inventó la palabra aporofobia. En una charla TED, contó que tras 20 años de proponerla, recién en el año 2017 la Real Academia la aceptó. ¿Qué es la aporofobia? Es el rechazo a los pobres, a los desvalidos, a los mal situados.

En el año 2017 fueron a España 81 millones de turistas extranjeros, pero no produjeron xenofobia, sino que se los recibió, se los trató con esmero, incluso, se los cuida porque vienen con recursos. Ese año fueron otros extranjeros en pateras, muchos de ellos muriendo en el intento, pero despertaron toda suerte de rechazos, nada de hospitalidad ¿Se les rechaza porque son extranjeros o porque son pobres?

El cerebro es xenófogo, tiene autointerés en la supervivencia, intentamos rodearnos de gente similar a nosotros, con la misma lengua, fisonomía; el diferente nos genera rechazo. Pero el ser humano es capaz de cuidar y de ocuparse de los otros, tenemos un gen egoísta y otro altruista, depende cuál cultivamos serán los frutos que tendremos. Estamos dispuestos a ayudar a otros, incluso fuera del parentesco, siempre esperando recibir algo a cambio; nuestras sociedades son cooperativas, contractuales, estamos dispuestos a cumplir con nuestros deberes siempre y cuando el estado proteja nuestros derechos ¿Qué pasa con aquellos que parecen no poder dar nada a cambio? Quedan excluidos, son los pobres, los que no tienen dados para jugar al juego del intercambio

¿Que podemos hacer? El cerebro humano es plástico, va transformándose según la influencia social, podemos asimilar las ideas que surgieron en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, incorporar en nuestra ética cotidiana que todos los seres humanos estamos provistos de dignidad. La aporofobia es un atentado contra la dignidad humana; despreciar y relegar a grupos de personas porque no tienen medios suficientes es un ataque contra la democracia. La clave de la democracia es la igualdad y no puede haber sociedades desiguales en donde unos están bien situados y los demás son relegados. Tenemos la mejor herramienta para arreglar nuestras sociedades, la educación. Hay que educar la compasión, la capacidad de sentir con otros; es necesario cultivar la mirada lúcida, porque como decía Helder Cámara, no hay nadie tan pobre que no tenga nada para dar y nadie tan rico que no tenga algo que recibir.

Pablo Martín Gallero
Puerto Rico

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