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Histórica jornada en el marco de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia

Después de casi 44 años, Franzen y Parodi Ocampo descansan en paz

Los restos de ambas víctimas de la Masacre de Margarita Belén fueron restituidos a sus familiares durante emotivas ceremonias en distintos cementerios de Posadas

viernes 11 de diciembre de 2020 | 2:33hs.
Después de casi 44 años, Franzen y Parodi Ocampo descansan en paz
Los restos habían sido intercambiados por el Ejército en 1977 y ayer fueron entregados correctamente. Fotos: Marcelo Rodríguez
Los restos habían sido intercambiados por el Ejército en 1977 y ayer fueron entregados correctamente. Fotos: Marcelo Rodríguez

Eran exactamente las 10.12 de la mañana cuando se lanzaron las primeras puntas de pala contra la roja tierra del cementerio La Piedad y dieron inicio a un día histórico en el marco de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia en la provincia.

A esa hora comenzó la ceremonia de restitución de los restos de Arturo Franzen (24) y Manuel Parodi Ocampo (24), misioneros asesinados en la denominada Masacre de Margarita Belén y cuyos cuerpos habían sido intercambiados por el Ejército al momento de la entrega de sus féretros.

La jornada tuvo su inicio en el cementerio municipal de Posadas, donde los familiares de ambas víctimas comenzaron a llegar cerca de las 9.30 y lentamente fueron ingresando hasta la parcela de los Franzen.

En esa tumba debía estar Arturo junto a su padre, pero la urna que allí fue depositada en enero de 1977 -un mes después de la masacre-, en realidad contenía los restos de su compañero de militancia, de lucha y de muerte, Manuel Parodi Ocampo, que a su vez debía estar en el cementerio Tierra de Paz con su familia.

El cruce de los cuerpos fue descubierto en 2018 mediante el proceso de identificación de los restos óseos realizado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), cuya labor además sirvió para obtener una muestra más de lo perverso que fue el accionar de los militares de aquel momento.

Perverso porque la situación no se habría tratado de un simple error, sino que habría sido algo intencional y sistemático que comenzó a quedar en evidencia al conocerse un caso anterior, el de Carlos Alberto Duarte (también víctima de Margarita Belén), cuyos restos entregados nunca fueron realmente suyos y su familia aún hoy no sabe dónde está su ser querido ni tampoco se sabe a quién pertenecen esos huesos que habían sido enterrados a nombre de suyo.

Reparación

“Esto es reparar un poco o mitigar el dolor que ellos tienen de haber perdido a su familiar. Además, de alguna manera también sirve para demostrar de qué manera cada uno de estos seres humanos fueron destratados y desconocidos por el propio Estado, que tenía la obligación de dar seguridad a la sociedad y que terminó arrojándolos en distintos lugares, llegando al punto de despreocupadamente entregarle cualquier cuerpo a las familias. Es decir, hasta lograr una despersonificación”, expresó a El Territorio ayer la magistrada Zunilda Niremperger, del Juzgado Federal 1 de Resistencia (Chaco), que intervino en la causa y ordenó la medida.

Justamente, fue Niremperger quien autorizó el comienzo de la  exhumación de la urna con los restos de Parodi Ocampo que estaban en la tumba de Franzen.

“Esto lo vivimos con un gran dolor porque es como remover heridas que creo que nunca van a cerrar, por las circunstancias que rodearon todo. Por todo lo que él sufrió antes de morir. Es muy triste, muy grave y es inaceptable. Es tremendo recordar todo y más aún saber de esta injusticia que se cometió con los cuerpos. Hoy, por fin, él va a reposar donde debió estar siempre, con papá y con mamá”, sostuvo Clotilde Parodi, hermana de Manuel.

El proceso de excavación llegó hasta los restos de Parodi Ocampo a las 10.39 y fueron extraídos al grito de “Viva la patria” y al son de cánticos entonados a la par entre viejos compañeros de las víctimas y nuevos jóvenes militantes que fueron a acompañar esta cita con la historia. 

De allí, la ceremonia se extendió hasta el cementerio Tierra de Paz, hacia donde se dirigió un gran caravana que arribó al lugar a las 11.25. En ese viaje, después de casi 44 años, los restos de Parodi Ocampo se dirigían finalmente a su lecho final y Franzen estaba a apenas unos instantes de comenzar el suyo.

Despedida y reflexión

“Esto es vida. Vida que siguen estos jóvenes maravillosos de hoy. Gracias jóvenes, jóvenes de corazón, jóvenes de mente. No importa la edad. La juventud y la vida se llevan en el alma, el corazón y la mente”, expresó antes todos Graciela Franzen, hermana de Arturo, militante y también presa política en varias oportunidades.

Acompañada de sus demás hermanos e hijos, la mujer sostuvo que “ellos se fueron con alegría y con la esperanza que otros íbamos a seguir la lucha. Cuando él -por Arturo- tuvo que pasar a la clandestinidad nos dijo ‘me voy tranquilo porque sé que tengo seis hermanos de reemplazo’. ¡Y cuántos jóvenes nos acompañan hoy! Él está presente. Está hoy con nosotros. Él no murió por ser nuestro hermano, murió por ser nuestro compañero de lucha”.

Acto seguido, el féretro con Parodi Ocampo fue depositado en su lugar correcto y allí el que habló fue su hermano Roberto, que durante la dictadura incluso tuvo que exiliarse.

“Creo que es un momento en que nosotros tenemos que reflexionar para encontrar un camino verdadero, donde no sea vocinglería de nuestra razón la que se imponga, sino la razón que construyamos entre todos. Es una idea que seguramente Manuel y Arturo, con quienes caminamos juntos en la vida, van a estar satisfechos”, expresó.

Agregó, además, que “tanto Arturo como Manuel necesitan ser explicados y conocidos en la vida, porque muchas veces sólo vemos el camino del dolor que transitaron y no vemos el sentido que tuvo esa vida. El dolor no es para reinvindicar. Yo no quiero reinvidicarme como víctima, yo me reinvindico como un protagonista de la historia. Quiero festejar que, por fin, Manuel y Arturo hoy van a descansar con sus familias”.

Jorge Trainer, docente y ex preso político, fue otro de los que tomó la palabra en la última despedida a los misioneros asesinados en Margarita Belén.

“Esto tuvo vida, tuvo proyectos y tuvo un proyecto revolucionario. No era cualquier cosa. No era coquetear con la historia, era comprometerse hasta la victoria siempre. Esa victoria que todavía logramos a medias, está en todos nosotros, está en la facultad, en cada curso, en cada clase, en cada docente, en cada director o en cada comedor, donde haya un pobre, de los miles que tenemos”, expresó.

Luego, resaltó el valor de la memoria y la búsqueda de justicia en las causas por delitos de lesa humanidad cometidos en todo el país.

“En el juicio en Corrientes nos dijeron que debíamos mirar el crucifijo y no a los torturadores, a uno de los que fusiló en Margarita Belén. Sí hay que mirarlos, de frente, ellos son los que tienen que bajar la mirada. Ellos son los violadores, los torturadores. No son 30.000, son muchos más y tenemos razón, porque los que salían en libertad nos tenían que traer un paquete de yerba y mucho no nos mandaban. ¡Son muchos más!”, añadió.

Con Parodi Ocampo ya en su lugar correcto, la caravana regresó hacia La Piedad con los restos de Franzen, pero esta vez la urna fue llevada por su familia y no en la morguera de la Policía por expreso pedido de Graciela.

“Ellos ya nos hicieron mucho daño, Arturo no querría subirse nuevamente a un móvil de ellos. Lo queremos llevar nosotros”, dijo entre sentimientos de bronca e impotencia que aún brotan a pesar de los 44 años transcurridos. Para muchos, el tiempo no sana.

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