Ayer se suspendió la audiencia ingadatoria

Sanabria y un crimen con tintes de venganza

La víctima, Roberto Giménez (42), declaró contra Arnaldo Sanabria cuando este último casi mata a un vecino del barrio Tacurú. Por ese hecho el acusado recibió cuatro años de cárcel
viernes 11 de diciembre de 2020 | 6:05hs.
Sanabria y un crimen con tintes de venganza
Sanabria y un crimen con tintes de venganza

“Váyanse todos de acá, llevá ese equipo de porquería y piérdanse”. Era la madrugada del martes cuando Arnaldo “Roger” Sanabria (39) echó de su casa a los vecinos del barrio Cruz del Sur en Posadas. Sólo se quedó con Ramón Alberto Giménez (42), a quien había ido a buscar con su moto al barrio Tacurú la mañana del lunes para invitarlo a comer un asado.

Esos habrían sido los últimos momentos de vida de Monchi Giménez. El cuerpo que creen que le pertenece fue hallado totalmente carbonizado en el patio de la casa de Roger, adherido a los filamentos de acero de neumáticos con los que fue cubierto.

El crimen que ocupó todos los portales del país no se enmarca en una discusión en medio de una ronda de tragos. Los implicados, víctima y presunto asesino, no se desconocieron. Todo lo contrario, detrás asoma una historia de venganza que tiene que ver con los antecedentes del homicida.

Declaración y bronca

Según confirmaron diferentes fuentes ligadas a la investigación a El Territorio, Ramón Giménez fue uno de los testigos en la causa de homicidio en grado de tentativa que terminó en una condena a cuatro años de prisión en 2018 para Sanabria. Como informó este medio, en 2015 el acusado le disparó a quemarropas a un vecino de Tacurú en el pecho, pero finalmente la víctima pudo sobrevivir.

En ese expediente figura la declaración de Giménez, que dijo que mientras estaban compartiendo un asado entre tres personas llegó el acusado, sacó el revólver y disparó a su amigo. Ahora, investigadores judiciales y policiales están cada vez más seguros de que esa situación le terminó costando la vida cinco años después.

Pero no se trata de una simple sospecha. Varias testimoniales dan crédito a que el acusado, que tiene otra condena por un homicidio del 2002, ya había manifestado su bronca e incluso anticipando que la víctima “iba a pagar” por acusarlo.

Los familiares de Monchi dijeron que él había manifestado que Sanabria le tenía bronca.

Hay un antecedente reciente.  Sanabria roció el pie de la víctima con combustible y luego lo prendió fuego. Las llamas fueron apagadas por los presentes -al parecer ocurrió en la cancha-, pero significó un macabro presagio de lo que ahora se investiga.

A Giménez muchos lo definieron como “inocentón”, en relación a un retraso madurativo que tenía. Eso explica porque se subió a la moto cuando recibió la invitación para ir a comer un asado en la nueva casa de Sanabria, sin tener en cuenta su integridad. Esa fue la última vez que lo vieron en el barrio.

Cuerpo irreconocible

Con la hipótesis del móvil definida, aún resta saber cómo fue asesinada la víctima. La hijastra del acusado, que vivía con su hija menor de edad en la misma casa, declaró que se fue a dormir en un avanzado estado de ebriedad y dejó a los dos solos, por lo que su aporte en la investigación no iluminó ese punto.

El estado del cuerpo tampoco arrojó certezas, porque estaba totalmente destruido por el fuego. Tanto se consumió que no saben si fue quemado inconsciente o muerto. Sólo se supo que no tenía fractura de cráneo.

No obstante, se sospecha que Roger Sanabria atacó a botellazos, ya que había dos envases -uno de gaseosa de litro y medio y otro de cerveza- rotos en el lugar.

En el interior de la vivienda se incautaron ropas del acusado con manchas de sangre, botellas, vinos tetrabrick en cantidad y una escopeta. También había un pisón para compactar tierra ensangrentado que también podría haber sido utilizado en la agresión.

Como viene informando este medio, la única forma de identificación fehaciente se hará mediante cotejos de ADN, ya que tampoco quedaron piezas dentarias. En los próximos días se le extraerá muestra a los familiares de la víctima, para que sean cotejados. También se pidieron exámenes toxicológicos, que serán incorporados en los próximos meses. 

El juez Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres, al frente de la investigación, ordenó de todas formas que el cuerpo sea entregado para la inhumación como NN. Una vez que se confirme lo que todos sospechan, el certificado de defunción se corregirá.

Indagatoria frustrada

Ayer, cerca de las 10 de la mañana, Sanabria llegó al edificio del Juzgado de Instrucción Tres, en el microcentro posadeño, para completar la audiencia indagatoria.

El sospechoso designó abogado defensor, pero no pudo completar la audiencia indagatoria debido a que el sistema Siged, la plataforma informática del Poder Judicial misionero, se cayó en toda la provincia.

Por esta razón, el acusado será trasladado hoy nuevamente a completar la formalidad. Allí escuchará los elementos que hay en su contra, será imputado formalmente por el crimen y tendrá la posibilidad de dar su versión de los hechos.


Un disparo con calibre 22

La pena de 4 años de cárcel que firmó Sanabria fue homologada por el Tribunal Penal II en noviembre del 2018.

El hecho, según la investigación del Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, ocurrió el 26 de agosto del 2015 sobre la calle Neuquén de Posadas.

Roger se hizo presente en una motocicleta junto a un acompañante y tras una discusión con uno de los dos acompañantes de Giménez sacó un arma y disparó.

El tiro impactó en el pecho de la víctima, que fue asistido por sus amigos y llevado luego al Hospital Madariaga para su atención. Finalmente, gracias al trabajo de los profesionales, sobrevivió.

Las autoridades judiciales allanaron después la casa del implicado y secuestraron un revólver calibre 22 utilizado en el hecho.

Roger Sanabria ya registra una condena por homicidio. Foto: Sixto Fariña
El cuerpo de Giménez fue hallado calcinado en la casa de Roger. Foto: Natalia Guerrero
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