Analistas revisan los efectos del aislamiento en el país

Economistas afirman que tras el 2020 habrá reactivación pero no crecimiento

Consideran que puede venir un alivio a corto plazo pero se notarán las secuelas por el efecto rebote. Advierten que habrá suba de precios y falta de capacidad de ahorro
jueves 10 de diciembre de 2020 | 6:04hs.

El 2020 se va cerrando y lleva consigo las expectativas de una recuperación a corto plazo. Los números están en rojo y las perspectivas no vaticinan un crecimiento real, por lo menos en lo que refiere a la primera parte del 2021.

La pandemia del Covid-19, las fuertes cargas impositivas que desmotivan la inversión y el desequilibrio financiero que viene arrastrando el país, dejan como saldo una caída de alrededor del 11% en el PBI y una inflación que rondará el 37%, con una proyección que ascenderá al 50% en 2021.

En consecuencia, los economistas y analistas vislumbran un panorama complejo para el próximo año. Advierten que si bien se estima una reactivación de la actividad –que ya comenzó a reflejarse en los diferentes sectores– la inflación seguirá haciendo estragos en el bolsillo de los argentinos, impidiendo nuevamente el ahorro y la inversión.

Por eso, un recorte en el gasto público y el incentivo al sector privado aparecen como las soluciones urgentes y concretas a implementar para que la reactivación se materialice en un verdadero crecimiento y no siga produciendo un efecto rebote en la economía, como lo que se estima que pasará indefectiblemente en el inicio del año entrante.

Fin de año

Expertos en economía manifestaron a El Territorio que el año, financieramente hablando, fue uno de los peores a lo largo de la historia argentina, igualándose y superando incluso en ciertos aspectos a lo que fue la crisis del 2001/2002.

Al respecto, el analista financiero, Christian Buteler aseveró que se termina un “pésimo año, con una fuerte caída del PBI. No había manual previo para saber qué hacer estos casos, con el Covid, pero con el tiempo vemos los resultados”.

“El déficit fiscal por el gasto que provocó la pandemia se disparó, los dólares terminan con muy pocas reservas t subiendo la inflación. El balance anual es muy malo”, indicó.

En tanto, el economista Guillermo Knass, graficó que “las variables exógenas no las podés controlar pero te influyen, como la pandemia, que produjo un parate en la actividad y va a generar la caída más grande en la historia de la Argentina. El PBI se cae un 11% este año. Pero la mayoría de los problemas que tenemos son endógenos. Porque a todo el mundo le agarró la pandemia pero a nosotros nos agarró mal parados. Todo el mundo se endeudó para zafar y nosotros no podemos hacerlo porque ya gastamos todo el endeudamiento antes”.

“A pesar de que renegociamos la deuda, el mundo no ve que nosotros podamos pagar, por ende, nadie nos va a prestar. La presión impositiva argentina es una de las más altas, por lo que tampoco podés aumentar impuestos. Y la emisión genera inflación por más que algunos quieran decir lo contrario”, dijo.

Por su parte, Darío Díaz, director de estadísticas del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec), remarcó en diálogo con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7: “Sabemos que terminamos un año muy duro en términos de actividad económica, empleo, pobreza. Cuando uno analiza lo que fue particularmente el segundo trimestre, ahí vemos un impacto fuertísimo no solo en la actividad económica total país, con una caída que supera la crisis del 2002, sino también en nuestra provincia”.

“Para el tercer trimestre, ya comenzamos a ver que hay algunos sectores que se comienzan a recuperar parcialmente y se debe a medidas que permitieron que nuevas actividades comenzaran a operar, con protocolo sanitario”, puntualizó.

No obstante, determinó que al analizar la situación actual respecto a la dinámica que había pre-pandemia “todavía estamos 25 a 35% por debajo”. “Eso significa que se ha tocado un piso y estamos saliendo, pero todavía no estamos a los niveles pre-pandemia. Hay que recordar que el país venía ya de una crisis económica, recesión, donde también teníamos problemas en pleno default de la deuda, de inflación y empleo”, agregó Díaz.  

Panorama y desafíos

En referencia a lo que ocurrirá en 2021, Díaz explicó que se puede anticipar la caída en la dinámica de la canasta básica. “Si uno hace el análisis del aumento que hemos tenido este año, es del 26%. Pero vamos a tener que evaluar también no solo los ingresos de hogares sino también la cantidad de personas que perdieron su empleo, que también afecta a la pobreza. Para poder tener un dato preciso tenemos que esperar este mes”, sostuvo.

Empero, anticipó que en materia inflacionaria se estima que este año cierre con un 37%, mientras que para el próximo, las estadísticas ascienden al 50%. “Esto se debe a la explosión de oferta de dinero que tuvo que hacer el Banco Central para volcar dinero a la calle, financiar el gasto público y déficit fiscal, para salud y contención social”, resaltó el referente del Ipec.

Mientras que determinó que “cuando uno analiza lo que tiene que ver con el crecimiento de oferta de dinero, en el último año se ha crecido al ritmo del 75% y eso en el mediano y largo plazo se canaliza en aumento de precios. Cada vez que aumenta la demanda de dólares, la gente huye del peso, entonces vemos una combinación fuerte: aumento de la oferta de pesos y de la demanda de dólares, por lo que veremos las consecuencias el año que viene, donde aunque veamos una recuperación de la actividad económica, no la vamos a sentir palpable porque también vamos a tener un aumento de precios”.

Knass coincidió en que va a haber un rebote, que no es lo mismo que recuperación. “Siempre que la actividad cae muy fuerte al otro año se recupera. Lo que vivimos haciendo es la maldición de los años pares, crecemos un año un 4% y al otro año caemos 4%, al final nuestro crecimiento es cero. Argentina rebota y cae pero a largo plazo no hay tasa de crecimiento porque no tiene inversión”, afirmó.

Y destacó que “seguimos teniendo inflación cuando el mundo no la tiene. El mundo ya aprendió que emitir dinero no es la solución pero nosotros no aprendemos más. La realidad nos está mostrando eso”.

Por su parte, Buteler señaló que para el 2021 se esperan “puros desafíos”. “Va a tener un rebote económico, que la apertura de las diferentes actividades va a generar, pero eso no va a llegar a cubrir la caída que se tuvo este año. Nos va a dejar en un nivel más bajo de actividad que teníamos en 2019, siendo este el tercer año de caída de la Argentina, de seguido”, argumentó.

Plan económico

La reducción en el gasto público y un fuerte plan económico basado en el incentivo al sector privado aparecen como el camino a seguir para comenzar a revertir de a poco este escenario de incertidumbre financiera.

Knass se refirió a esto al indicar que “las proyecciones de inflación son más altas y es un problema grave porque la gente no ahorra. Si la gente no ahorra no deposita en los bancos, no hay créditos, y no hay inversión, ese es el círculo. El ahorro de la gente va a las instituciones financieras que prestan para que las empresas inviertan. Pero como acá no se ahorra, la única fuente de inversión- como esperaba Mauricio Macri- era la lluvia de inversiones desde afuera. Pero eso no pasa, la inversión extranjera siempre es un 20%”.

“La solución es que el argentino invierta, porque tienen guardados abajo del colchón o afuera los dólares. Si lográs eso en base a incentivos, se genera el cambio. La plata la tienen pero hay que generar un contexto de clima de negocio”, dijo.

En tanto, para Buteler, la solución está en un plan sustentable que incentive la producción, facilite la generación de nuevas empresas y que no ahogue al sector privado.  Dijo que para ello, “necesitamos un Estado que ajuste sus gastos, porque cada vez que surge un gasto, genera un impuesto. Siempre corriendo de atrás, gastando más de lo necesario, lo que termina en la emisión descontrolada, el endeudamiento”.

“El Estado tiene un importante ingreso pero gasta de más. Uno puede entender los excesos por la pandemia pero también sabemos que esto no pasa por primera vez en la Argentina. Si era el único año que el gasto superaba a los ingresos no tendríamos los 80 años de problemas que venimos teniendo”, concluyó.

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