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Una ermita para renovar la fe en suelo misionero

martes 08 de diciembre de 2020 | 2:53hs.
Sociedad
Foto: Sixto Fariña
Foto: Sixto Fariña

Hoy 8 de diciembre el calendario litúrgico católico celebra la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, una de las fechas más importantes para los creyentes que arman el árbol de Navidad y se movilizan por miles a los centros de oración.

Sin embargo, este año, atravesado por la pandemia de coronavirus y las medidas sanitarias para mitigar los contagios, debió suspenderse la multitudinaria caravana en bicicleta a la Basílica de Itatí, que suele salir desde la rotonda posadeña para arribar al santuario en la ciudad correntina homónima situada a unos 270 kilómetros. 

Para participar de la procesión en bicicleta y también de la caravana náutica por el Paraná, los misioneros se preparan meses en un ritual que forma parte de la cultura regional y que en esta ocasión quedó trunca. 

Homenaje

Para preservar la costumbre de homenajear a María y dar respuesta a la fe popular, se organizó una vigilia y serenata a la Virgen en la ermita que es una pequeña réplica del portal del templo de Itatí en el Barrio Hospital de Itaembé Miní, respetando los protocolos vigentes de distanciamiento social y uso de barbijo. 

La misa que estaba prevista para las doce de la noche sería oficiada por el sacerdote Gervasio Silva, que en diálogo con El Territorio explicó: “Me convocaron para hacer esta misa de bendición de los ciclistas y peregrinos en una ermita del barrio que es una pequeña réplica de la Basílica de Itatí ya que no se pudo ir a Corrientes. Y dije que sí, claro, y los vecinos y los ciclistas organizaron una vigilia para la Madre de Jesús a las 0, en el primer minuto del día 8 y luego un chamamé de Moni Encina”.

El padre Silva destacó que “en Misiones y en la región la devoción a María es enorme y es parte de la tradición y de la religiosidad que cada 8 de diciembre haya movilizaciones hacia el santuario de Itatí en Corrientes, tanto así que en Corrientes la llaman la ‘peregrinación de los misioneros’. Esta vez al no salir la peregrinación la gente buscó igualmente tener la bendición y poder orar, agradecer y hacer sus peticiones”.

La festividad de la Inmaculada Concepción -dijo- “es un signo del amor de Dios que decidió involucrarse con la humanidad para rescatarnos de la muerte a partir de varias personas.

Una de ellas que es muy importante es María, que fue elegida por Dios desde su concepción en el vientre de Santa Ana y preservada del pecado original para ser la madre de Jesús, madre del hijo eterno de Dios”.

La fiesta de la Inmaculada Concepción y la Navidad se vinculan -refirió- y el tiempo que transcurre entre estos dos hitos cristianos es dado a la reflexión y la oración.

“En general la gente arma el árbol de Navidad el 8 y es un momento muy lindo porque se comparte en las casas. En una época en donde cada uno anda muy metido en sus cosas, en sus problemas, en donde estamos muy conectados a las pantallas pero a veces no encontramos tiempo para el diálogo con los cercanos, armar el árbol, el pesebre, convoca a reunirse en familia, es una vivencia especial sobre todo para los niños”.

El portal de Itatí

La ermita que es una réplica del portal de la basílica de Itatí está ubicada en la plazoleta Juan Pablo II del Barrio Hospital en la entrada de Itaembé Miní.

El oratorio es una ofrenda de la familia Rodríguez para la protección de la barriada y en agradecimiento por la salud y el trabajo. Hace unos años Omar Rodríguez fue a pie a buscar la imagen de Itatí que ayer a la noche iba a recorrer las calles en procesión y vestida de flores. 

“Yo soy de la Bajada Vieja, ahí me crié y aprendí de los mayores a respetar las tradiciones a compartir entre vecinos. Acá en el barrio siempre hacemos un locro, también festejábamos con baile las fiestas, ahora por la pandemia no se puede. En general la gente vive más para adentro, ya no se comparte tanto y bueno acá en el barrio queremos cuidar esas costumbres”.

La cúpula de la ermita se finalizó el domingo y se pintó para que se pueda hacer el homenaje. “La ermita empezó como un lugar chiquito, después hicimos las puertas y ahora se puso la cúpula. La idea es que sea el portal de Itatí pero acá en Posadas, que la gente pueda rezar y encontrar paz”.

Omar heredó la fe de su madre, y recordó que “mi papá se enfermó y se fue joven, mi mamá salió adelante con ocho hijos. Ya de grande cuando todos teníamos trabajo, ella nos pedía que la llevemos a Itatí. No quería otra cosa ella, sólo quería ir a Itatí. Falleció hace 16 años y la ermita es  también dedicada al amor y a la fe de mi madre”.

“La fe mueve montañas”

Este año, marcado por la pandemia de coronavirus, la bicicleteada que año tras año convoca a cientos de peregrinos hacia la Basílica de Itatí se ha suspendido. Sin embargo, Néstor Negro decidió emprender solo la travesía para “cumplir con Mamá María”.

El hombre que desde el 93 pedalea dos veces al año hasta la ciudad correntina salió de Posadas el domingo a las 4.30 y llegó a Itatí, sin hacer una sola parada, alrededor de las 19.30 de ese mismo día. Allí se quedó para esperar a la misa de la mañana, a las 8, pero no pudo ingresar a la Basílica ya que el templo sólo permanece abierto para los fieles locales.  “El viaje fue muy lindo, traje a la virgencita en un trailer pequeño y también vine con la remera del hijo de un amigo, que está enfermo. Así que me sentí muy acompañado. Ellos me ayudaron a empujar el camino”, detalló en diálogo con Radioactiva.

Respecto a la preparación, teniendo en cuenta que este año viajó sin equipo de apoyo, Negro señaló que hizo los 270 kilómetros sin inconvenientes ya que es ciclista competidor. “Tengo experiencia y la fe mueve montañas, así que por Evan decidí largarme igual”, cerró.

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