“Tengamos un día de reflexión y de emoción por estar vivos”

Este año nos toca un Día del Médico, que seguramente nadie esperaba o imaginaba. Un virus, llegado de la exótica China, viajó por todos los continentes hasta que llegó a nuestro país.

Y como era de esperar, de a poco empezó a infectarnos, los más expuestos a las complicaciones son los mayores. Se estableció una cuarentena, en todo el país, solo salían las personas con actividad esencial, por supuesto los médicos estábamos en ese grupo. Muchos de nosotros fuimos a la primera línea de exposición, y de ser trabajadores de la salud, pasamos a ser pacientes contagiados de Covid-19 (esa es la denominación).

No existían gobernanza de Nación sistematizada. Y en plena pandemia, nos encontramos que las Leyes del mercado y el no control administrativo, fueron los motivos del aumento descontrolado y la carencia del alcohol, de los barbijos quirúrgicos, de las botas de género descartables, de los delantales de tela impermeable a los líquidos orgánicos, de las antiparras, de los guantes de cirugía y otros elementos de protección personal E.P.P.

¿Cómo se conseguían los EPP?, ningún financiador se hizo cargo, nadie reconocía los gastos extras, los médicos de sus bolsillos debimos comprar para nuestra protección, y la de nuestros familiares cuando regresábamos a nuestro domicilio.

Y un día, uno de nuestros colegas, falleció de Covid-19, intubado, conectado a un respirador, con la angustia de la insuficiente ventilación y entendiendo que su muerte estaba próxima y sin el abrazo de su ser querido.

Y los casos se empezaron a sumar, hubo provincias vecinas en las que la colectividad médica se vio diezmada.

Se enviaron notas de nuestras instituciones madres, Confederación Medica de la República Argentina, al ministro de Nación, que intercediese ante quien fuera para hacer llegar a los hospitales EPP, y nunca llegaron. Hoy tenemos una gran cantidad de infectados Covid-19 desde que comenzó la pandemia entre nuestros colegas, y un número significativo de fallecidos.

Todos ellos, hoy deben ser reconocidos por quien corresponde, recordados como verdaderos soldados que dieron su vida en la batalla (que aún continua). Por ellos, y por todos los integrantes del equipo de salud que han muerto, debiéramos tener días de duelo nacional.

Como un ramalazo de buena ventura, nuestra provincia no registra fallecidos del equipo de salud, motivado por Covid 19 al día de la fecha.

Pero no nos descuidemos, que estadísticamente, y de acuerdo a los datos del ministerio, los casos han ido en aumento.

De todos modos, el 3 de diciembre sigue siendo el Día del Médico. Tengamos un día de reflexión, de emoción por estar vivos, y guardemos en nuestra memoria a los colegas que ya no están.

Con las medidas protocolares existentes y con nuestros amigos médicos en la mesa, brindemos por la finalización de esta peste, por el reconocimiento a la tarea del galeno dentro de la sociedad, y ante la necesidad de una reconversión del sistema de salud argentino, que nos tengan en cuenta, para aportar nuestra experiencia, antes que algunos oportunistas se erijan en los ideólogos de una nueva experiencia sanitaria, seguramente para su propio beneficio.

Hermanos médicos, levantemos las copas y brindemos, hay muy poco para festejar, aunque el hecho de seguir vivos a veces es un buen comienzo para mejores épocas.

Por Ubaldo Astrada, presidente del Círculo Médico de Misiones