Desde la Fundación Tupá Rendá destacan la nececidad del acompañamiento profesional

Hermanitos fueron devueltos a un hogar pero los adoptó otra familia

Los primeros adoptantes de los niños, que tienen entre 2 y 8 años, decidieron no continuar con el proceso, pero días después una joven pareja les dio otra oportunidad
martes 01 de diciembre de 2020 | 6:00hs.
Hermanitos fueron devueltos a un hogar pero los adoptó otra familia
Hermanitos fueron devueltos a un hogar pero los adoptó otra familia

La noticia de la pareja argentina que dejó dos hermanitos africanos en la comisaría de la Mujer de Bahía Blanca conmovió al país hace unos días. Sin embargo, la situación se repite con frecuencia, y en Posadas, por ejemplo, durante la pandemia, tres hermanitos fueron devueltos (proceso excluyente) por sus adoptantes al hogar San José Obrero de la Fundación Tupá Rendá.

“Es una realidad y todos debemos asumir la responsabilidad de eso. Lo más lamentable es que siempre salen perjudicados los más desprotegidos, que son los pequeños”, se apenó Neni Valdez, presidente de la fundación.

Son dos varones y una nena de entre 2 y 8 años que sufrieron abandono y durante su estadía en la residencia -casi un año-, no recibieron visitas de ningún otro familiar. Afortunadamente, la historia tomó otro rumbo y los niños al poco tiempo fueron adoptados por una pareja joven del interior de la provincia.

“Esa historia tuvo un final feliz, los adoptantes hicieron la vinculación con nuestra fundación y tuvieron tiempo de hablar, de contarles los pro y los contra de cada chico, las limitaciones que tenía uno de ellos”, contó a El Territorio.

Neni no quiso especificar a qué localidad fueron trasladados los chicos pero destacó que se encuentran muy bien, que tienen padres jóvenes y viven en una chacra con mucha actividad al aire libre.

La adopción no es fácil
Neni hizo hincapié que de nada sirve juzgar la situación de los padres que deciden no continuar con el proceso de adopción puesto que se trata de un camino complicado desde lo administrativo y que es muy necesario el acompañamiento de un profesional en la adaptación.

“Las familias adoptantes necesitan acompañamiento permanente de psicólogos, y trabajadores sociales y psicopedagogos, que pueden ayudar a contener tanto a los niños como a los padres, y darle herramientas para que puedan seguir adelante”, dijo al respecto.

En esa misma línea, expresó: “El primer día de la adopción todo el mundo es feliz, después se va presentando lo cotidiano, los problemas que genera la vida familiar, las obligaciones, los límites. Es un despertar a un montón de cosas y hay que apagar el incendio”.

Sobre la pareja que devolvió a los tres pequeños, indicó: “Esos padres sufrieron mucho por no continuar con el proceso de adopción. Es una cosa que puede suceder. No hay que asustar a las familias adoptantes pero sí acompañarlas, darles respuestas”.

Y ejemplificó: “Puede pasar que el chico sea violento, pero claro, si la violencia le ayudó a sobrevivir. Hasta que entienda que eso no lo conduce a ningún lugar es todo un proceso y quizás el amor y la buena voluntad no alcanzan; se necesitan herramientas”.

Más de 200 niños, niñas y adolescentes de Misiones viven en hogares convivenciales. Abusos, maltrato o abandono encabezan la lista de las razones por las que son apartados de sus progenitores y buscan ser adoptados desde las organizaciones en las que viven.

Tal es así que a pesar de estos sinsabores que pueden ocurrir, también hay alegrías como la adopción de cinco hermanitos por una familia de Buenos Aires y de otros dos que se fueron a vivir al Sur. En estas dos experiencias el desarrollo del vínculo transcurre más que bien.

“Tenemos chiquitos que llegaron al hogar y se escolarizaron por primera vez, es todo un andar y no es fácil, porque encima los padres sueñan con tener un estudiante de Harvard en su casa y hay que ser realistas, hay veces que se da y otras que no”, señaló.

 

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