Compromiso con la idiosincracia

domingo 29 de noviembre de 2020 | 1:30hs.
Compromiso con la idiosincracia
Compromiso con la idiosincracia

Una nueva manera de sentir lo que nos pertenece, de manifestar el arte de nuestra tierra. Así considera Luis Marinoni las fusiones que incluye en sus obras y la estampa del Ballet Folklórico del Parque del Conocimiento que dirige.

De este modo, con el profesionalismo y la versatilidad que los caracteriza, hoy presentarán un fragmento de una profunda obra sobre la vida entera de Andrés Guacurarí, mientras ensayan distintas puestas para el próximo Festival Nacional de la Música del Litoral, que se emitirá el 20, 21 y 22 de diciembre en un especial por Canal 12.

“El ballet se ha puesto la camiseta de Andrés Guacurarí y hemos sacado la obra en muy poco tiempo, con una maduración excelente”, adelantó Marinoni sobre lo que se verá hoy a las 21 transmitido, desde el monumento de la Costanera, a través de las redes de Cultura Misiones. La presentación se llama Artigas X Andrés y es un fragmento de la obra Eterno Andrés que estrenarán lo más pronto posible.

“Es la vida de Artigas contada por Andrés, inclusive fuera del término Andresito, de la minimización del nombre, que puede sentirse como algo con cariño pero en realidad no deja de ser una minimización”, estimó Marinoni haciendo foco en las múltiples coincidencias entre las vidas de ambos caudillos. “Pensamos que la palabra es Andrés con toda la grandeza de alguien que asumió una responsabilidad tan grande en nombre de todos los habitantes de estas tierras”, sumó en la previa de la vigilia en honor al indio.

Además de la pasión y el trabajo de los bailarines, se suman las palabras de Luis Lavalle en su libro Andresito y la Melchora y la música del uruguayo Luciano Supervielle, autor de la banda sonora de la película Artigas, la redota. “Vamos a escuchar una música nueva, que está pensada justamente para la epopeya libertadora de Artigas y Andrés desde una cosmovisión magnífica”, juzgó el coreógrafo.

La diversidad del folclore

Noviembre solía ser sinónimo de festival multitudinario, desde el anfiteatro posadeño a orillas del Paraná. Sin embargo, el 2020 destronó todos los rituales periódicos que conocíamos. Pero tal como definió el referente de la danza, “folclore significa saber del pueblo, toda manifestación que parte de la sabiduría popular es considerado parte de la identidad de los pueblos”.

Por ende, a pesar de que se agiten los pañuelos desde los hogares, el espíritu festivalero busca mantenerse intacto.

“Es muy importante ofrecerle al público diferentes formas de manifestar el arte y que no quede solamente en un rigor hermético de ‘lo que debe ser’”, profundizó el prolífico maestro, al detallar la diversidad de conceptos que incluye en sus obras.

Con el norte de sintetizar lo que significa el Festival del Litoral y la visión misionera desde diferentes miradas, repondrán en escena, Nervura. Una danza visceral, estrenada en el Manuel Antonio Ramírez en 2019, que recuerda, en representación de un casamiento ucraniano, a los inmigrantes que también dieron forma a la cultura misionera. Se suma la obra Remanso Litoraneo “que es un poco el espíritu de nuestros humedales de nuestra tierra de costas y de agua”, según refirió Marinoni. Y como broche de oro, a pesar de que el tiempo en televisión es tirano, estrenarán Monte infinito, una creación que parte de la música de Cecilia Pahl junto a La Big Nant.

“Es una fusión entre el jazz y el folclore desde la impronta de Ramón Ayala. Tomamos esa musicalidad, esta nueva manera de escuchar al folclore, a las cosas de nuestra tierra y salió Monte Infinito que tiene que ver un poco con los colores la orquídea, la idea del polen, de esto que vuela en el aire, de la fuerza de la naturaleza”, graficó el director del ballet. En ese marco, entendiendo que es una obra revolucionaria, precisó que “pudimos sacarla adelante por la calidad de bailarines que tenemos”. “Pensamos que le va a gustar mucho a la gente porque es una nueva manera de sentir lo que nos pertenece, nuestra identidad”, concluyó.

Construir, a paso bailado

El director más vanguardista del Litoral asumió, convencido, que año a año el crecimiento del ballet que dirige es exponencial “porque crece el compromiso con el arte”. “Hoy el bailarín asume permanentemente responsabilidades grandes con respecto a la cultura”, explicó al tiempo que relató como, si bien en el grupo suelen ser 12 parejas y hoy la mayoría de las obras se realizan con un máximo de 10 personas,  hay bailarines que decidieron convivir, para poder seguir trabajando juntos. “Tiene que ver con una conciencia y un trabajo de un bailarín profesional. Tenemos cuatro parejas que conviven en función de cuidar el abrazo de nuestra danza. Y me parece un acto maravilloso porque es una manera de salvar nuestra identidad. Nuestra danza folclórica de nuestro Litoral, no es danza si no nos tomamos y abrazamos”, ensalzó.

Es así que poco a poco la danza se posiciona en lo más alto del arte, también en suelo misionero.

“Cada uno de estos pasos es una construcción de la provincia. No es solamente subir y bailar o hacer una propuesta para entretener a alguien, es un paso a paso que tiene que ver con una construcción cultural, con darle a la gente conocimiento, con todos los condimentos y con romper estructuras, por ejemplo, poniendo  al artista en el lugar profesional, donde debe estar”, sentenció.

En tiempos enlentecidos, anestesiados, donde cada paso está ‘protocolarizado’, el vuelo de la danza se eleva como un respiro de libertad con anclaje a nuestra tierra. 

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