“Tanto esperamos este momento para demostrar nuestra inocencia y llegó”

sábado 28 de noviembre de 2020 | 1:00hs.
Por Jorge Posdeley
“Tanto esperamos este momento para demostrar nuestra inocencia y llegó”
“Tanto esperamos este momento para demostrar nuestra inocencia y llegó”

Quizás desde ayer el mundo sea un poquito menos injusto y quizás una pizca de esa sensación se deba a la absolución dictada por el Tribunal Penal Dos de Posadas en favor de los hermanos Carlos Horacio “Titin” (26) y Miguel Ángel Machado (22), acusados de un homicidio que en realidad pareció tratarse de una tragedia.

La sentencia que decretó la absolución por el beneficio de la duda para los dos imputados se dio conocer ayer al mediodía y también ordenó la inmediata liberación de los hermanos después de casi tres años de encierro en una unidad penitenciaria de la provincia.

“Nosotros no tuvimos nada que ver con la muerte de Yoni, fueron todas acusaciones por malosentendidos. Nuestros compañeros nos decían que aceptemos el abreviado porque sino acá nos iban a martillar, pero firmando eso nosotros nos hacíamos culpable de eso y no fue así, por eso queríamos llegar a juicio”,expresó Miguel a El Territorio apenas unos minutos después de oír el fallo que lo volvía a dejar como hombre libre y tras entregarse en un abrazo envuelto en lágrimas con su hermano.

Los Machado estaban siendo juzgados desde el miércoles en el marco de un expediente que investigaba la muerte de su vecino José Yonathan “Yoni” o “Casqueño” Machado (21), que el 4 de enero de 2018 falleció ahogado en una turbulenta zona del río Uruguay ubicada cerca de un lugar conocido como Puerto Yacaré, en la localidad de San Javier.

El caso había sido instruido inicialmente como homicidio culposo pero luego la Justicia de Leandro N. Alem resolvió procesar a los hermanos por el delito de homicidio simple al considerar que, bajo amenazas e intimidaciones proferidas desde la costa, los Machado habían impedido que la víctima pudiera salir del agua para evitar ahogarse.

El grado de esa imputación fue objeto de tratamiento y debate durante el transcurso de la pesquisa, pero finalmente los jóvenes llegaron a juicio por el delito de homicidio simple (que prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión), aunque el propio fiscal del tribunal, Martín Rau, difería con ello y decidió apartarse, por lo cual para participar del debate oral hubo que convocar a la fiscal de instrucción del caso, María Gisela Casafus.

La acusación

Justamente, previo al dictado de la sentencia se había desarrollado la ronda de alegatos, donde Casafus mantuvo la hipótesis acusatoria planteada en el requerimiento de elevación a juicio de la causa y solicitó que los hermanos sean condenados a la pena de 8 años de prisión.

En su reconstrucción del hecho, la fiscal indicó que ese 4 de enero, mientras Casqueño estaba solo en una piedra al borde del río llegaron los hermanos Machado, con quien “tenía problemas”. Allí, Miguel Ángel portaba un machete y Carlos Horacio una gomera, describió Casafus.

“Al verlos, Casqueño se arrojó al río y ahí empezó una discusión. Él era muy buen nadador, pero le tiraban piedras y le esgrimían el machete. Dominaban la acción de la víctima. Era un acto de hostigamiento”, dijo la fiscal ante las partes.

Y continuó: “Casqueño se acercaba a la costa y ellos lo amenazaban y hostigaban. Así lograron que Machado nadara río abajo, hacia un remolino y ahí desapareció”.

Casafus señaló que “la causa de muerte fue el ahogamiento”, pero resaltó que “la causa real fue el hostigamiento. Esa fue la conducta dolosa de los imputados, siendo que el río Uruguay es peligroso, le aseguraron la muerte” y a la fundamentación de su pedido le sumó que “todo fue resultado del hostigamiento y de las amenazas con armas de los Machado que no lo dejaban salir del agua”.

La fiscal indicó que para sus conclusiones tuvo en cuenta varias declaraciones, principalmente las de Marcos Sperluk y de Seferino Núñez, al tiempo que admitió que algunos “cambiaron sus declaraciones ahora porque son todos del mismo barrio y temen represalias si los chicos salen en libertad”.

Por último, agregó que a la hora de pedir el mínimo de la pena tuvo en cuenta la carencia de antecedentes de los imputados y el buen concepto que gozaban en el barrio.

La defensa

Inmediatamente después fue el turno de alegar para el defensor oficial de la Cámara de Apelaciones, Marcelo Ozuna, en representación de los imputados, para quienes solicitó la absolución al considerar que en el debate “quedó claro que no hay existe nexo causal entre la conducta de mis clientes y el deceso de la víctima”.

A penas tomó la palabra, Ozuna se refirió a las razones del apartamiento de Rau y aseguró que “a él ya le parecía una alocada aventura llegar a juicio con las pruebas que había”, al tiempo que consideró que en su acusación Casafus hizo una “valorización parcializada y sesgada” de las declaraciones.

El defensor afirmó que los hermanos Machado habían ido hasta Puerto Yacaré para revisar una red de pesca que tenían en el río y que tanto el machete como la gomera que llevaban no pueden ser consideradas como “armas”, ya que nuestra provincia y en zonas de vegetación son prácticamente de uso común.

Ozuna indicó que sus defendidos no esperaban encontrarse con Casqueño en el lugar y que apenas al llegar ambos fueron agredidos por la víctima, que luego se arrojó al río y desde allí comenzó a amenazar a los hermanos y a todos los que quisieron intervenir en la situación.

“Contrariamente a lo que dice la fiscal, nadie vio o escuchó que los imputados hayan amenazado a Casqueño. Es más, está acreditado que fue la víctima la que amenazaba a los imputados”, sostuvo el defensor.

El letrado también expresó que sus defendidos “no concurrieron a ese lugar para dar muerte a alguien” y aseveró que cuando los imputados se fueron del lugar “la víctima seguía con vida en el agua”.

Ozuna además consideró relevante el aporte dado por los médicos que declararon en el debate, quienes coincidieron en que el fallecimiento de Yoni se dio por una asfixia por sumersión y que su cuerpo no presentaba ningún tipo de lesión. “Mis defendidos tampoco tenían lesiones, por lo cual no hubo pelea de ningún tipo”, profundizó.

Por último, señaló que en el debate ningún testigo manifestó tenerle miedo a los imputados, por lo cual consideró poco probable que las contradicciones de sus declaraciones hayan estado motivadas por el presunto temor a represalias planteado por la fiscalía.

La absolución

Al culminar los alegatos, el tribunal pasó a un cuarto intermedio de aproximadamente 30 minutos y volvió a sala para dictar la sentencia que estableció la absolución de ambos imputados.

Los fundamentos del fallo emitido por los magistrados Carlos Giménez, César Yaya y Gregorio Busse serán leídos el próximo 11 de diciembre.

“Para esta defensa nunca hubo dudas de que no había elementos de prueba como para condenar a los dos y así también lo entendió el tribunal. Los magistrados necesitan de la certeza para poder condenar y seguramente en su valoración, que la sabremos en los fundamentos más adelante, no han encontrado dichas certezas”, expresó Ozuna, también emocionado al culminar la audiencia.

Y agregó: “Se llegó acá tras un juicio y hoy en día la Justicia decidió absolverlos, esto nos hace confiar en el sistema y ver que se puede venir a un juicio oral y que se respeten todas las garantías constitucionales”.

De esta forma, Carlos Horacio y Miguel Ángel ayer salieron del tribunal junto al personal del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), pero esta vez sin esposas. Volvieron a ser hombres libres y ya pensaban en regresar a San Javier para reencontrarse con sus familiares.

“Se sufre mucho encerrado y más por algo que uno no ha hecho, uno se siente muy mal, pero bueno, tanto esperamos este momento para demostrar nuestra inocencia y por fin llegó”, resumió el menor de los hermanos.


De un malentendido a esperar por la verdad
Los hermanos Machado quieren recuperar el tiempo perdido. Carlos ansía reencontrarse con sus dos pequeños hijos que por teléfono todos los días le preguntaban “cuando iba a volver del trabajo” y Miguel pide que Dios lo ayude a formar una familia.

“Tantas cosas queremos hacer, cosas que estando privado de nuestra libertad sólo podíamos pensarlo. Volver con nuestras familias, poder empezar de nuevo, desde cero, hacer lo que durante este tiempo encerrado no pudimos. Quiero ver de volver a estudiar y conseguir trabajo en una panadería, porque eso aprendí mucho, me gustaría”, señaló Miguel, el más conmovido al final del debate. Su hermano ya se había gastado casi todas sus lágrimas en silencio durante ese cuarto intermedio en el que se debatía su continuidad enprisión o su libertad.

Respecto de la causa y al día del hecho, aseguraron que “nosotros no tuvimos nada que ver con la muerte de Yoni Machado, fueron todas acusaciones por malosentendidos. Somos pescadores, ese día lo único que fuimos a hacer fue a revisar la red que teníamos en el río y ahí pasó todo eso. Fue un gran malentendido. Una tragedia. Ese día nosotros no pudimos entender lo que estaba pasando en ese momento porque Yoni Machado era como un hermano para nosotros, vivimos en el mismo barrio, entre familias. Para nosotros también fue doloroso lo que pasó”.

Esos malosentendidos le atribuyen a las declaraciones aportadas por quienes estaban en la zona en ese momento, testimonios que en el mismo debate quedaron evidencia por sus imprecisiones y contraposiciones. Tal fue así que en el juicio la defensa pidió que se abra una investigación contra el testigo Seferino Núñez por el posible delito de falso testimonio, aunque el tribunal finalmente no dio lugar.

Incluso, Marcos Sperluk, otro testigo clave de la fiscalía, ayer se desdijo al cerrar la ronda de testimoniales. Se trata del muchacho que dio inicio a la sospecha contra los imputados, pero ayer afirmó que a su declaración dada en la comisaría le habían agregado cosas que él nunca dijo.

“Yo sólo avisé que habían discutido y que Casqueño no aparecía. Cuando fui a Alem (a declarar ante el juzgado) vi que habían puesto cosas que nada ver en el papel”, expresó respecto a su declaración inicial en sede policial.

En ese contexto, indicó que Casqueño nunca intentó salir del agua ni fue impedido de hacerlo por los hermanos. Es más, afirmó que mientras el fallecido “seguía en el agua, la gurisada -por los hermanos- ya no estaba más”. “Nosotros esperábamos que digan la verdad”, señalaron los Machado sobre el paso de los testigos por la sala de debates y resumieron sus sensaciones: “Esto es algo tremendo, no sé como expresarlo. Es una alegría”.

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?