A 74 años de su muerte

Rescate de la tumba y la memoria de Manuel Antonio Ramírez

Pusieron en valor la sepultura del poeta, en La Piedad. Referentes de la cultura señalaron que se conoce poco de su vida.
viernes 27 de noviembre de 2020 | 5:00hs.
Rescate de la tumba y la memoria de Manuel Antonio Ramírez
Rescate de la tumba y la memoria de Manuel Antonio Ramírez

En el mes del 74 aniversario de la muerte del periodista y poeta Manuel Antonio Ramírez se ha puesto en valor su tumba en el cementerio La Piedad de Posadas.

El hombre de letras, firme en sus convicciones políticas y atento observador de su tiempo, fue asesinado el 22 de noviembre de 1946 en la casa de una familia amiga que le dio albergue.

Se asegura que su cuerpo tenía tres disparos de bala.

Ramírez había nacido el 1 de noviembre de 1911 en Buenos Aires y llegó a Posadas en su juventud. Desarrolló aquí una carrera pionera en el periodismo y en la cultura. En literatura escribió versos que pintaban la geografía abundante de Misiones y su Paraná. “El río lo cautivó”, dicen los estudiosos de su obra, bastante desperdigada por ediciones de diarios locales, en textos firmados con seudónimos y en las páginas de Triángulo, poemario publicado en 1936 junto a César Felip Arbó y Juan Acuña, del que hay pocos ejemplares y no fue reeditado.      

Fue amigo de varias personalidades influyentes de su época. También se declaró abiertamente peronista. Historiadores señalan que justamente esta afinidad con el movimiento popular pudo estar entre las causas de su infame asesinato a sus tempranos 35 años. 

Tras el fallecimiento del escritor, su madre -algunos sostienen que era su tía- Eloína Ramírez Fernández Dos Santos vivió en el Hotel Europeo. Un año después -en 1947- al hotel llega un joven maestro paraguayo, Abdón Concepción Coronel Palacios, “se exilió en Posadas escapando de los prejuicios de su país por su condición de homosexual (un pecado en esos tiempos) y se alojó en el Hotel Europeo. Allí residía doña Eloína, un poco abandonada a su suerte por su familia (había cometido también el pecado de haber sido madre soltera). Con el tiempo y los pesares Abdón y Eloína se adoptaron mutuamente: él la cuidaba como si fuese su madre y ella depositó en el maestro el afecto que la muerte le postergó depositar en Manuel”, señala un artículo del periodista Javier Arguindegui publicado en El Territorio.

Veinte años después Abdón la convenció para mudarse juntos a Asunción y ella accedió. 

Eloína habría de pisar Posadas -desde Paraguay- en pocas ocasiones, una que quedó documentada fue con motivo de un homenaje que le hizo Lucas Braulio Areco, amigo de su hijo, en el Festival del Litoral a fines de los 60.

Sin familiares en esta ciudad y con el paso de los años, la tumba del poeta quedó abandonada. Desconocidos -incluso- se llevaron la foto de Ramírez que estaba en una placa de bronce.

Por iniciativa de María Belén Silva, titular de la Sociedad Argentina de Escritores filial Misiones (Sadem) y de Leo Duarte del grupo   Posadas del Ayer y miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones y, con el apoyo de la Secretaría de Cultura provincial, se logró poner en valor la sepultura. En la lluviosa mañana de ayer se realizó una pequeña ceremonia recordatoria en el lugar.

El rescate

En diálogo con El Territorio, Leo Duarte señaló que “hay muchos vacíos en lo que fue la vida y la  muerte de Ramírez, se conoce muy poco. Los datos y documentos se perdieron. Hay algunos documentos y se cree que los manuscritos originales de su obra y otros papeles de importancia histórica, quizás también objetos, pueden estar en Asunción, adonde fue a vivir su madre, doña Eloína hasta su muerte a los 90 años y que dejó como heredero a su hijo adoptivo”.

Consignó que la refacción de la tumba permitió rescatar un dato que era discutido. “Algunos fechaban su muerte en el día 22 y otros, en el día 26 de noviembre. Al realizarse la limpieza de la placa, se estableció que el día de su muerte  es el 22 de noviembre de 1946”.

“Ramírez no era misionero pero se cree que su madre sí tenía que ver con Posadas, él fue parte de la historia local, fue un periodista activo en la vida política y hay varias versiones sobre su muerte. La falta de documentos dificulta hacer una reconstrucción de varios aspectos que continúan siendo desconocidos”.

En este sentido destacó la labor investigativa de Javier Arguindegui, que plasmó en El Territorio aportes invaluables y documentados para conocer más a Ramírez.

“Con Javier siempre hablábamos de Ramírez, proyectábamos ir a Asunción en búsqueda de más datos, pero Javier fallece y ese proyecto no pudo concretarse. Hay una versión de que Ramírez tuvo una hija pero no lo pude comprobar. Es un personaje desconocido, si bien hay hechos que son muy resonantes como su asesinato”.

Abandono  

Por su parte, María Belén Silva relató que “la tumba estaba en un estado de deterioro y abandono, estaba destrozada. Tiene que ver con que pasaron 74 años de su muerte, pero tampoco se hizo nada en el lugar en todo este tiempo. Desde mi lugar (al frente de la Sadem) me conmovió eso, porque fue un poeta magnífico que captó con belleza y melancolía al río, a la selva. Sinceramente era una incoherencia en el discurso de rescatar la historia, de poner el nombre de Ramírez al anfiteatro y que su tumba esté en ese estado. Es llamativo”.

Marcó como muy positivo la predisposición del ministro de Cultura, Joselo Schuap, que accedió al proyecto de puesta en valor y puso a disposición los recursos.

“A partir de este homenaje, vamos a visitar otras tumbas de nuestros hacedores de cultura como Salvador Lentini Fraga, Marcial Toledo -que me comuniqué con sus familiares para pedir permiso-. Puntualmente sobre la tumba de Ramírez pudimos dejarla en condiciones y la idea es que se genere un interés sobre su vida, que hay poco escrito”

“Yo destaco que es muy lindo el trabajo por la producción literaria actual, por los vivos. Pero desde la función que me toca, es importante hacer el rescate de nuestros héroes culturales. Que no quede en una memoria nebulosa lo que hicieron”.

Y concluyó, que se trabajará para recuperar la memoria y los aportes de las mujeres y varones que construyeron la cultura misionera. “Que la vorágine de lo nuevo, lo contemporáneo y lo joven no deje atrás a los que construyeron la cultura misionera. Digo esto porque hay un sector muy enfocado a trabajar en el futuro y el futuro y el futuro, siendo que el pasado es esencial para lo que somos hoy. Ese camino transitado por otros es absolutamente importante”.

En adelante se buscará señalizar las tumbas de personalidades de las letras, de manera de que la comunidad pueda reconocerlas. 

Lucas Braulio Areco y Manuel A. Ramírez. Foto: Gentileza Grupo Posadas del ayer
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