“Mi hermano andaba con miedo, pero nunca contó quién lo amenazaba”

miércoles 25 de noviembre de 2020 | 4:05hs.
“Mi hermano andaba con miedo, pero nunca contó quién lo amenazaba”
“Mi hermano andaba con miedo, pero nunca contó quién lo amenazaba”

Restos de milanesas, vino y platos que suponen una reunión de tres personas. La puerta de adelante cerrada como casi siempre y la de atrás abierta, desde donde vio el cuerpo de su hermano apenas se acercó al umbral. El cadáver estaba frío y rígido.  Eso es lo único que notó, debido a que la desesperación del momento no visualizó que estaba atado de manos y pies, con heridas en el tórax y una lima de motosierra en la axila.

Esa es la escena del crimen de José Antonio Fernández (66) que describió Carlos (50), su hermano y la primera persona que lo encontró cerca de las 14.00 del lunes en Piñalito Sur. Pasan las horas y el testigo, de profesión docente, no puede creer tanta saña con su familiar. “Impotencia, bronca y tristeza, es lo que más siento en estos momentos. Sé que mi hermano no era perfecto, tenía sus defectos como cualquiera de nosotros pero no se merecía lo que le pasó”, apenas pudo indicar en diálogo con El Territorio durante la mañana de ayer. No pudo contener el llanto.

Después, más tranquilo, expresó algunos detalles que podrían encaminar la investigación, aunque aclaró - al igual que fuentes policiales consultadas - que hasta ayer no había sospechosos identificados. Admitió que su hermano estaba amenazado, pero que le dijo  a uno de sus vecinos que iba a recibir a gente amiga. La noche del domingo estuvo cenando con ellos y se escucharon sus voces, pero nada raro.

“Lo que se sabe es que él recibió dos personas. Cenó con esas personas, no sé sabe si fueron esas personas quienes lo mataron, pero no hay signos de violencia en esa casa. Cuando lo encontré estaba maniatado de pies y manos, yo no había visto pero después revisaron bien y tenía metida una lima de motosierra abajo de la axila.”, añadió en una entrevista radial.

Carlos Fernández se mostró ansioso por saber los resultados de la autopsia, para establecer fehacientemente la data de muerte. Por lo que le comentaron los vecinos, las visitas de su hermano estuvieron hasta cerca de las 23.00 de ese día. No ocultó que piensa que lo más probables es que los comensales hayan sido los asesinos, pero fue cauto. Dice que aún no hay suficientes pruebas.

Efectivos de la Policía de Misiones a cargo de la investigación, encabezados por la  Dirección de Homicidios y dependencias de la Unidad Regional XII también contaban con esa complicación. No sabían ayer a la tarde los resultados de la autopsia y de los testimonios recolectados no había surgido mucho más de lo que se sabe. “Se están siguiendo líneas y buscando el móvil”, se dijo.

 “Lo que se sospecha es que él conocía a esas personas o le generaron confianza porque era una persona muy cuidadosa, muy desconfiada y determinada hora de la noche no abría la puerta porque ya le habían asaltado y no atendía a personas extrañas”, amplió Charly, como lo conocen al hermano de la víctima.

El docente tenía una relación muy estrecha con su hermano y contó que en el fin de semana había compartido varios momentos juntos, donde se lo vio bien. Sin embargo, sabía que estaba amenazado, aunque no por quién, porque definió a su hermano como una persona que no compartía mucho de su vida. 

“Se lo venía bien - describió Carlos - pero supuestamente tenía amenazas de no sé quién persona, porque él no era de comentar. Era muy cerrado. Andaba con miedo pero nunca contó quién lo amenazaba. Sabíamos antes y siempre le controlamos la salida y cuando llegaba. Tenía amigos que le hacían de campana (sic), pero ese día supuestamente recibía visitas de unas personas conocidas. Le dijo al vecino que no desconfie de nada porque iban a ir unas personas a visitarlo”.

Sobre el hallazgo del cuerpo, describió que como no supo nada de “Polaco”, como conocían a la víctima, a la siesta se acercó a verlo y “me encontré con esa escena que no es deseable a nadie. Mi hermano estaba atado de pies y manos, yo en un primer momento no vi porque ya estaba rígido y me vine a avisarle a los familiares y a llamar a la Policía”.

Como informó en exclusiva ayer este medio, el jubilado tenía una lima de motosierra debajo de la axila y Carlos cree que esa lesión es la que le causó el deceso.  Además tenía “gomas utilizadas para uso médico”, según describió la Policía. El hombre comercializaba para la fabricación de resorteras u orquetas. 

Fernández también recordó el ataque que recibió su hermano hace más o menos dos años, por el cual - aseguró - hay una denuncia que nunca se tradujo en resultados. “En aquel tiempo supuestamente no reconoció al atacante. Y también fue con ese mismo modo, él abrió la puerta y uno o dos lo atacaron. Él decía uno, pero mi hermano no era chiquito, tenía fuerza. Decía que le encañonaron con un arma y ese fue el motivo por el cual se tuvo que rendir aquella vuelta”.

Detalló que en ese entonces el agresor se presentó en el lugar como efectivo de la Policía de Misiones, aunque no lo era. Todos en Piñalito, policías y vecinos, creen que ambos hechos tienen relación directa, aunque todavía no hay más elementos y nada se puede descartar.


El robo, una hipótesis sin fuerza
José Antonio Fernández era jubilado, vivía y atendía un quiosco sobre la ruta nacional 14, frente al destacamento de guardaparques local.

Piñalito Sur pertenece al departamento de San Pedro, está a unos 8 kilómetros de Tobuna, pero en la jurisdicción de la Comisaría de Dos Hermanas. 

Se reconstruyó que la víctima había cobrado el dinero de su jubilación días previos, pero esa plata estaba en sus bolsillos.

Tampoco había signos de desorden en la morada, lo que indica que él o los asesinos no estuvieron en busca de valores ocultos.

Su camioneta estaba en el garaje, así que el robo estaría prácticamente descartado. Por ahora, todo apunta a un ajuste de cuentas.

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