Misionero baleado por la Policía en Río Negro declaró y puede recibir el alta

viernes 20 de noviembre de 2020 | 23:03hs.
Por Jorge Posdeley
Misionero baleado por la Policía en Río Negro declaró y puede recibir el alta
Misionero baleado por la Policía en Río Negro declaró y puede recibir el alta

Le habían diagnosticado muerte cerebral e incluso quisieron iniciar las gestiones para la ablación de sus órganos, pero a tres meses del balazo policial que literalmente le atravesó la cabeza en la localidad rionegrina de Cipolletti, Franco Cabrera (23) evolucionó de tal forma que recientemente pudo declarar ante la Justicia y está en condiciones de recibir el alta.

Con tan sólo 23 años el muchacho debió afrontar una infinidad de tragedias familiares y sus hermanos siempre confiaron que su semblante luchador lo iba ayudar a superar esta nueva situación que lo dejó entre la vida y la muerte.

“Siempre se repuso a todo, nunca dio el brazo a torcer y confiamos en que también salga de esta, aunque sabemos que sería un milagro”, había expresado su hermano Lisandro en diálogo con El Territorio el 15 de agosto, una semana después del ingreso del joven al hospital de Cipolletti, ciudad a la que había viajado antes de la pandemia ante una oferta laboral.

Y ese milagro parece haberse cumplido, porque que el misionero evolucionó de tal forma que en los últimos días pudo prestar declaración testimonial en el marco de la causa que lleva adelante la Fiscalía de Cipolletti y que tiene a cuatro policías bajo la lupa.

Declaración

La novedad fue confirmada a El Territorio por fuentes judiciales de la ciudad rionegrina, quienes detallaron que la declaración de Franco fue llevada adelante en una audiencia especial, similar a una Cámara Gesell, ya que intervinieron médicos y psicológicos que adaptaron técnicas y mecanismos para que el muchacho pueda expresarse ya que como consecuencia de las secuelas de su lesión aún no puede mantener un relato fluido.

Las fuentes añadieron que mediante esta audiencia los investigadores lograron obtener información de relevancia para avanzar en la causa, aunque el contenido de la declaración del joven se mantendrá bajo reserva para no entorpecer la pesquisa.

De igual forma, aclararon que todo lo aportado por Franco ahora deberá ser contrastado con el resto de las evidencias ya recolectadas, al tiempo que se aguardan los resultados de una serie de pericias científicas que también serán clave para la continuidad del proceso.

Apenas sucedido el hecho y a fin de darle transparencia a la investigación, la Fiscalía de Cipolletti había ordenado que tanto en la búsqueda de pistas como en las pericias encomendadas participe la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y no la Policía de Río Negro.

Por su parte, los cuatro uniformados investigados inmediatamente fueron desplazados de sus funciones. También se les incautaron sus armas reglamentarias y sus teléfonos celulares. Todo ello para las correspondientes pericias que todavía están en marcha.

En ese momento los instructores de la pesquisa también solicitaron que los efectivos se busquen abogados defensores, pero no hubo audiencia de formulación de cargos, como indica el código de procedimiento de esa provincia patagónica.

Ahora, tras brindar su declaración, Franco fue desocupado como testigo por la Fiscalía interviniente y ya se encuentra en condiciones de ser dado formalmente de alta. Sus familiares indicaron que comenzaron a realizar las gestiones correspondientes para que el joven regrese a Misiones, pero esta vez optaron por no dar declaraciones.

El hecho

El hecho que dejó a Franco al borde de la muerte se registró el 9 de agosto, cerca de las 20.30, en el barrio Costa Norte, ubicado en las afueras de Cipolletti, donde el joven llevaba seis meses residiendo.

La versión oficial dio cuenta que ese domingo los vecinos de Costa Norte alertaron haber oído una serie de disparos y por esa razón acudió una comisión integrada por efectivos de la Comisaría Cuarta y del Cuerpo de Seguridad Vial, dependientes de la Regional Quinta.

Allí se habrían cruzado con Franco, que supuestamente circulaba en una motocicleta junto a un amigo, y se inició una persecución en la cual hubo intercambio disparos. Fue en medio de esa situación que el joven habría recibido el disparo que, literalmente, le atravesó el cráneo.

De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, los efectivos tardaron 40 minutos en dar aviso de lo sucedido.

Hasta ahí llegó la versión oficial, pero la investigación iniciada en ese momento no encontró  elementos que dieran sustento a esa secuencia de hechos y un manto de dudas se apoderó del caso.

A razón de ello fue que la Fiscalía local ordenó el apartamiento de la Regional Quinta de la investigación y el secuestro tanto de las armas como de los celulares a los policías implicados.

En aquel entonces, el portal LM Cipolletti consignó que en el marco de la pesquisa también había una motocicleta incautada, pero se desconocía si pertenecía a Franco.

Además, indicaron que tampoco no había evidencia de un intercambio de disparos y hasta se creía que ese supuesto amigo de la víctima nunca existió y que Franco en realidad habría estado solo en el lugar.

Todo ello coincidió, además, con el pensamiento de los familiares de la víctima, quienes desde un comienzo dudaron de la posibilidad de que Franco haya estado delinquiendo y, mucho menos, armado y a los tiros contra la Policía.

“Ellos dijeron que fue una balacera, pero ahora resulta que no hubo tiroteo y que él estaba solo porque no encuentran nada. Todo está mal y dudoso. Yo dudé de todo desde un principio y no hay evidencia de nada. Es todo mentira”, había expresado su hermano Lisandro, durante el primer contacto con El Territorio en su casa de Garupá.

Desde Río Negro confirmaron además que en esa provincia Franco no registra antecedentes ni policiales ni judiciales.

Después del hecho, Franco fue socorrido y hospitalizado. Apenas ingresado, quedó internado en estado de coma y el primer diagnóstico indicó que su estado era irreversible, a tal punto que se hablaba de muerte cerebral y ya se avanzaba en las gestiones para la ablación de sus órganos.

Contra todo pronóstico, el muchacho evolucionó, declaró y ahora está en condiciones de volver a Misiones, mientras que a 2.000 kilómetros de distancia la Justicia continuará con la causa.

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