Terminando la secundaria en la biblioteca

jueves 19 de noviembre de 2020 | 1:54hs.
Educación
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Sobre la mesa las historias personales de aquellos intentos pasados que quedaron a medias, y este presente emotivo que los encuentra a un paso de la meta.

Dificultades económicas, la llegada de los hijos quizás, alguna enfermedad a superar, la carga del cuidado, poco o nada de contención de las instituciones, fueron en otro momento  motivos de abandono escolar.

Esta vez es diferente. Uno a uno con su realidad y poco a poco con identidad de grupo, 35 jóvenes y adultos cursaron durante tres años la secundaria en la Biblioteca Popular 2 de Abril mediante Fines -plan nacional de inclusión educativa- y en dos semanas culminarán sus estudios.

El hecho de perseverar y salir adelante es un hito individual y a la vez, una gesta colectiva: “Son los primeros estudiantes en recibirse en la biblioteca, y lo hicieron posible sobreponiéndose a muchos obstáculos personales, familiares, laborales”, dice la profesora María Torres del espacio curricular ciencias sociales.

Este ciclo lectivo atravesado por la pandemia, particularmente representó un desafío. No hubo clases presenciales sino encuentros en un classroom virtual y consultas vía WhatsApp. Sin embargo, el entusiasmo no decayó y la continuidad hizo posible el egreso en tiempo y forma.

“Podemos terminar el 30 de noviembre porque tanto el equipo docente como el grupo de estudiantes nos mantuvimos en contacto y avanzando en los objetivos, ahora estamos en la instancia de evaluación de trabajos y cerrando las notas”, precisa la docente.

Con los protocolos de cuidado que estos días demanda, un puñado de alumnos, la profesora Torres y el director de la biblioteca, Norberto Rivas, se dieron cita en la sede ubicada en una esquina de la plaza de la chacra 237 para dialogar con El Territorio acerca de esta experiencia educativa comunitaria.

Primera persona

“¡Tengo una emoción!, ahora uno ve que todo sacrificio tiene sus frutos. Yo tengo 45 años y cuatro hijos, me costó mucho retomar la escuela, ya había dejado en otras oportunidades, pero en este lugar me sentí muy cómoda y contenida, no te juzgan. El grupo de profesores es de diez, te entiende, te explica, te motiva”, describe Claudia Villa, repostera, ama de casa y madre de Daiana, Leonardo, Cristian y Lourdes.

“Si te cuento todo lo que me costó me emociona y me pongo a llorar. Además de estudiar, hay que atender a los chicos, limpiar la casa, trabajar. En la cuarentena casi bajo los brazos, porque tengo dos chicos en edad escolar y era difícil seguir, pero gracias a mi esposo que me respalda y a este grupo de estudio que no me dejó desanimarme, hoy me estoy recibiendo de la secundaria”, reseña.

Entre sus compañeras también hay otras madres que, malabares mediante, consiguieron completar la escuela.

Carolina Meza (34) es mamá de Eduardo y Fermín -cuenta-, “yo siempre tenía en la cabeza esto de que no había terminado la secundaria. En mi caso yo soy ama de casa y trabaja mi esposo, pero ahora si queremos salir adelante tenemos que trabajar los dos, porque no alcanza. Yo vine a estudiar para tener más herramientas, para darles a mis hijos un futuro mejor. Mucho tiempo estuve como dormida, pero ahora reaccioné. Me gusta estudiar y quisiera continuar estudiando ahora que voy a tener el título de la secundaria”.       

A su turno, comenta Daniela Alegre (26), “tengo tres niños, el más chiquito tiene diez meses, así que cursé la escuela estando embarazada y cuidando a mi bebé chiquitito. Es algo muy lindo, muy humano el grupo que se formó acá. Tuve el apoyo de mi familia, de los profes y de mis compañeros durante todo este tiempo, ahora estamos a un pasito de lograr nuestro objetivo. Es algo inexplicable la alegría que se siente”.

En familia

Mauricio Baskiewich (21) se recibe a fin de mes junto con su madre. A las clases en la biblioteca también asistieron su tía y una prima.

“Yo me enteré por Beto (Rivas) que empezaban las clases. A mí me gusta el estudio pero en su momento no pude hacer la secundaria de día, tuve que dejar. Después probé en la nocturna pero no me daban los tiempos con el trabajo. Acá es más flexible, son cuatro meses de cursar y luego se hacen los finales. La biblioteca te da todos los útiles, hay internet, hay libros. Eso facilitó mucho. Yo acá me encontré muy a gusto. Apenas vine le dije a mi mamá que también venga, vino mi tía, mi prima tuvo que dejar porque tiene un bebé chiquito pero yo le digo que apenas pueda que siga”. Y añade, “yo ahora quiero seguir estudiando, estoy pensando qué seguir. La secundaria es una llave que te abre puertas”.

Dispuestos en ronda, siguiendo la disposición de los pupitres -arrimados para formar una mesa amplia- fluyen los relatos. Las palabras y los gestos dibujan pequeñas proezas que transforman universos.

La profesora Torres resalta el sentido de pertenencia que adquirió el espacio de la biblioteca adaptado a un aula. “Si bien este año las clases fueron virtuales, la pertenencia, el sentido de identidad ayudó a que los estudiantes sigan sus trayectos y hoy estén por egresar de la secundaria”.

El logro -sopesa- “es todo de ellos”. “Los estudiantes hicieron una gran evolución, siguieron un proceso complejo y aún así lograron aferrarse al programa”.

Indica que en este sistema de estudio, que está orientado a personas a partir de 18 años, “vemos un gran compromiso y sentido de responsabilidad. Son jóvenes y adultos que decidieron venir a estudiar y no es sólo para terminar la secundaria. Acá hay proyectos de vida, están pensando cómo continuar, qué quieren estudiar. La verdad es que salió algo muy bueno y positivo”.

Reflexiona que una dimensión importante para la continuidad del proceso educativo es la flexibilidad, atender a los tiempos individuales y promover y apuntalar las capacidades únicas de los estudiantes. “Las mesas están todas juntas. La disposición del mobiliario dice mucho de la modalidad de aprendizaje. Acá trabajamos codo a codo, en igualdad, de manera colaborativa. Por eso también, la alegría que hoy sentimos de finalizar una etapa es también colectiva, porque fue un proceso de aprendizaje compartido, vivenciado con el otro”.

Continuidad

Norberto Rivas, fundador y director de la Biblioteca Popular 2 de Abril explica sobre este proyecto educativo pedagógico que se desarrolla desde 2018. “Queríamos generar en la biblioteca un espacio para la continuidad de los estudios. Desde el Consejo de Educación nos orientaron hacia el Plan Fines, que tiene primaria, secundaria y deudores de materia. Comenzamos con el de secundaria y deudores de materia. En Fines deudores se recibieron 45 personas y ahora egresan 35 personas de la secundaria. El año que viene vamos a incorporar el trayecto primaria”. Rivas buscará además, replicar la experiencia en otras sedes. “Tenemos 25 bibliotecas en la provincia, la idea es poder llegar al interior , a los lugares más lejanos para que la gente pueda estudiar. La biblioteca proporciona todo el material, hojas de carpeta, cuadernos, biromes”. Asegura que “es la primera vez que se da esto de que se egrese de la secundaria en una biblioteca” y continúa, “así nos informaron de la Biblioteca del Congreso de la Nación, que es algo histórico”.

Para conocer más sobre el proyecto educativo y otros servicios e iniciativas, ingresar en Facebook @Bibliotecapopular2 deabril o comunicarse al teléfono celular 0376 14 4-350720.

Plan Fines

Plan de terminalidad

Desde 2008 funciona en todo el país el plan Fines, que fue incorporando cobertura. Hay Fines primaria, secundaria, y deudores de materia. Se prevé nueva instancia de inscripción en diciembre. Para saber más, https://www.argentina.gob.ar/educacion/fines

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