El vecino de Wanda fue encontrado el sábado luego de estar dos días desaparecido

El disparo que mató a Espinoza habría sido efectuado de manera accidental

Así lo manifestó el primer resultado de la autopsia al cuerpo del hombre de 63 años. Los forenses sospechan que el proyectil pudo haber salido tras un tropezón del sexagenario
martes 17 de noviembre de 2020 | 6:00hs.
El disparo que mató a Espinoza habría sido efectuado de manera accidental
El disparo que mató a Espinoza habría sido efectuado de manera accidental

El resultado preliminar de la autopsia realizada al cuerpo de Feliciano Espinoza, el vecino de 63 años del barrio San Martín de Wanda que estuvo desaparecido varias horas y que el sábado fue hallado sin vida en una zona alejada del casco urbano de la mencionada localidad no hizo más que confirmar una de las sospechas más fuertes que se manejaban en torno a las circunstancias que causaron la muerte del sexagenario.

Y es que de acuerdo a los estudios forenses realizados todo apuntaría a que el disparo que provocó la muerte de Espinoza habría sido realizado de forma accidental, lo que por estas horas dejaría de lado la posibilidad de un ataque por parte de algún tercero.

Según comentaron voceros que entienden en la pesquisa, las primeras observaciones por parte del médico forense que examinó el cuerpo indicaron que el proyectil ingresó por la parte baja del glúteo, de abajo hacia arriba y salió por el lado posterior. A partir de este resultado, siempre desde los datos indicados por los voceros, la hipótesis de un accidente podría ser válida.

Incluso, entre uno de los escenarios que se manejan para explicar lo sucedido, se habló de la posibilidad de que la víctima llevaba colgada el arma al momento del hecho y que a causa de un tropezón que derivó en la caída el arma pudo haber accionado de forma involuntaria el arma.

Además, fuentes policiales indicaron que el arma que fue secuestrada a un costado del cuerpo se encontraba en muy malas condiciones, lo cual abonaría más esta última tesis.

Más allá de esto, el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, aguarda el resultado de la pericia de la división Criminalística de la Unidad Regional V para terminar de confirmar que las lesiones fueron producidas con el arma incautada y en circunstancias de portación por parte de la víctima.

Intensa búsqueda
Tal como informó este matutino, la investigación por la desaparición de Feliciano Espinoza (63) comenzó el último jueves cuando familiares del sexagenario denunciaron lo sucedido.

Los primeros datos recabados indicaron que el hombre salió de su hogar en el barrio San Martín de Wanda para dirigirse hacia la zona de Colonia Sarandí.

Acompañado de un conocido, identificado como José F. (62), salió con la intención de recolectar un remedio casero para la diabetes. Al menos eso fue lo que relató un hermano de la víctima al radicar la denuncia.

A partir de esto, ambos se dirigieron por la ruta provincial 19 hacia Colonia Sarandí, ubicada a unos 30 kilómetros del casco urbano de la localidad y al llegar a ese punto solo Espinoza se habría internado a pie unos diez kilómetros más monte adentro.

Su acompañante, según indicó, se quedó en la orilla del camino esperando, pero como su compañero nunca salió, regresó a la ciudad y avisó a los familiares del hombre de la situación.

Después de eso, la familia radicó la denuncia por desaparición y la Policía inició la búsqueda, que finalmente el sábado por la tarde tuvo resultado, cuando los efectivos policiales abocados a los rastrillajes caminaron durante una hora y medio en medio de la espesa vegetación hasta toparse con el cuerpo.

Las fuentes detallaron que el cadáver fue hallado en proximidades a un arroyo y graficaron que estaba boca abajo y vestido. A simple vista, los uniformados notaron una lesión compatible con arma de fuego en la región abdominal.

En la continuidad del rastrillaje, los pesquisas también se encontraron con un par de zapatos, un cartucho percutado, un caño de escopeta y el armazón del mismo elemento, aunque las últimas dos partes se encontraban a varios metros de diferencia entre sí.

En detalle, señalaron que el caño estaba a tres metros del cuerpo, mientras que el armazón se encontraba a unos diez metros. Esa distancia observada entre los objetos es uno de los puntos que los investigadores intentan develar para poder reconstruir lo sucedido.

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