El autocuidado, una clave para la salud integral

Sobrepeso y obesidad, la otra pandemia a tratar

En confinamiento muchos subieron de peso, un efecto colateral del encierro que preocupa a los nutricionistas. Entre los consejos generales instan a moverse más, tomar agua abundante e incorporar alimentos saludables
sábado 14 de noviembre de 2020 | 5:01hs.
Sobrepeso y obesidad, la otra pandemia a tratar
Sobrepeso y obesidad, la otra pandemia a tratar

Entre las múltiples consecuencias del prolongado encierro obligado por la pandemia, una de las que más preocupa a la comunidad médica es el aumento de peso, que puede asociarse a episodios de angustia y a un marcado sedentarismo.

En los meses que cursamos en cuarentena -en sus distintas fases-, quienes se quedaron en sus casas cambiaron su rutina, llevaron el trabajo al hogar, incrementaron los niveles de ansiedad y estrés ante la incertidumbre y empeoraron la calidad de sueño.

En esta nueva cotidianeidad -impuesta por el coronavirus-, las comidas fuera de hora y los atracones se hicieron frecuentes. Ya en mayo, cuando discurrían los primeros meses de confinamiento con muchas restricciones a la circulación, la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) publicó la encuesta ‘Impacto de la cuarentena en los hábitos de los argentinos’, que evidenciaba que el 78,5% de los encuestados subió de tres a cinco kilos, el 18% de esta población ganó entre tres y cinco kilos, mientras que el resto aumentó cinco o más.

“La obesidad es un problema que viene de antes y es creciente. En cuarentena se acentuó mucho más, el confinamiento obligó a ser más sedentarios, pero también es cierto que hay una gran parte de la población que no tiene el hábito de ejercitar ni de comer frutas y verduras. Buscamos generar conciencia de la importancia de moverse, de salir al aire libre -con todos los recaudos que requiere este momento- y de comenzar a adoptar hábitos saludables con respecto a la elección de los alimentos”, dijo la nutricionista Moira Mazzanti (MP 003), responsable del servicio de nutrición del Hospital Madariaga.

Es que la profesional ve cada día en el consultorio las historias personales que le ponen humanidad a los datos estadísticos.

“Los licenciados en Nutrición y toda el área dedicada a la salud  estamos muy enfocados en sensibilizar sobre la importancia de abordar el problema del sobrepeso y la obesidad, de que la comunidad tome conciencia sobre que el sobrepeso y la obesidad es un factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión, problemas articulares, entre muchos otros. Y también es un factor de riesgo para quienes enferman de coronavirus, eso es importante resaltar”, aseveró en diálogo con El Territorio.

La gaseosa en la mesa al alcance de la mano, la comida rápida abundante en grasa, las emociones desbordadas, los silencios, los conflictos, los problemas económicos, el exceso de pantallas… “están ahí presentes en el día a día, por eso es esencial hacer hincapié en que podemos cambiar lo que nos está haciendo mal”, marcó.

Así, del servicio del hospital  -refirió- “procuramos que las personas no sigan una dieta u otra, sino que adopten hábitos saludables duraderos en el modo de alimentación y el ejercicio. Una alimentación saludable mantiene mejor nuestro sistema inmunológico y la actividad física dentro de las posibilidades de cada uno, aporta bienestar. Entonces estos cambios realmente mejoran la calidad de vida”.

Un concepto relevante para Mazzanti es el del autocuidado. “Cada persona tiene unas características únicas, un modo de vida, una situación económica, un universo emocional, entonces las recetas que nos dan los amigos, los vecinos para bajar de peso, quizás no sean válidas para nosotros. Hay que consultar al profesional, hay que dar el primer paso de cuidarnos, así podemos cuidar a nuestra familia, tenemos que encontrar el tiempo para dedicarnos a estar bien”, puntualizó.

En este sentido, expuso que para ir a la consulta con un especialista en nutrición o un médico “no esperemos llegar a un punto crítico en relación al peso. Cuando la ropa que solemos usar todos los días nos ajusta o nos deja de entrar, ya es un signo de alarma para ocuparnos”.

Volver al peso regular y conseguir adoptar una alimentación saludable no es algo sencillo de lograr en soledad. “Un profesional aporta las herramientas, se trabaja mucho sobre las frustraciones, sobre las recaídas, a los pacientes les pedimos paciencia, porque los resultados llegan. Es un camino largo, pero los resultados se dan de a poco”, describió en cuanto al proceso supervisado por un especialista.

Un abordaje integral de la problemática del sobrepeso y la obesidad, evidenció, suma el apoyo de otras disciplinas como la psicología y estudios médicos complementarios como los endocrinológicos.

“La obesidad, es una enfermedad con múltiples dimensiones, es multicausal, por eso el tratamiento también es multidisciplinario. La persona que consulta  por obesidad puede ser que haya hecho un largo recorrido de tratamientos que no resultaron como esperaba, puede tener emociones que no pudo expresar, eventos de mucha tristeza o traumáticos que no pudo elaborar adecuadamente, también, aunque es menos común puede haber una causa endocrinológica a diagnosticar”.

Por ello llamó la atención de que tanto el entorno cercano como la sociedad en general comprenda que la obesidad es una enfermedad y que quien la padece “puede estar pasando por un montón de cosas en su cabeza, además de los impedimentos que pueda tener en la vida cotidiana”.

Puso el acento en que las obras sociales y las prepagas reconozcan al sobrepeso y la obesidad en sus planes de cobertura médica. “En la obesidad mórbida y en todos  los casos que se requiere medicación, es muy cara, y el sistema privado no reconoce, necesitamos que se garantice la atención de las personas con obesidad y que puedan acceder al tratamiento. A veces en el sistema público no da abasto”.

Los cambios son buenos

Un combo saludable, flexible y que se adapta a todos los estilos de vida y posibilidades, convino Mazzanti, consiste en incluir más frutas y verduras (las de estación son más económicas), tomar agua, no abusar de ingesta de alimentos hiperelaborados, las gaseosas y las bebidas alcohólicas. Además, darse un tiempo para el ejercicio físico, la meditación, los pensamientos positivos, la respiración consciente y dormir las horas necesarias.

“En cuarentena aumentó mucho el consumo de alcohol, eso también es un tema, no decimos que no se pueda consumir, pero recordemos que las bebidas alcohólicas al igual que las gaseosas no aportan nutrientes, sólo calorías. Y recordemos tomar agua, porque ayuda a eliminar del cuerpo todo lo que no necesitamos y a prevenir los problemas renales, que también se ven mucho con el estilo de vida actual”.

Concluyó: “La cuarentena vino a cambiar todo, muchas personas perdieron el trabajo, hay gente que la está pasando mal, los niños duermen tarde porque no van a la escuela, es un momento complicado, pero también intentemos pensar que en este momento en que estamos todos pendientes de una enfermedad como el coronavirus, puede ser una oportunidad de poner en práctica el autocuidado, que es escuchar nuestro cuerpo y nuestras emociones. Todo lo que hagamos para mejorar repercute de forma positiva en nuestros afectos, la familia, los amigos, el ámbito de trabajo”.

El servicio de nutrición del Hospital  Madariaga otorga turnos telefónicos para ingreso al programa y para controles. El número es 376-44-43700, interno 1.118,  y es gratuito. 

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