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Por la sequía, productores proyectan fuerte pérdida de cosechas y de dinero

miércoles 11 de noviembre de 2020 | 0:26hs.
Sociedad

La sequía sigue haciendo estragos en la producción misionera. La falta de lluvias y las altas temperaturas acarrean un sinfín de problemas que se materializan en importantes pérdidas económicas.

La yerba mate, la piscicultura y la ganadería, entre otras actividades, se encuentran en estado de alerta, debido al tiempo seco que el fenómeno de la Niña instaló en la provincia.

Por mencionar algunos ejemplos, se estima que, de seguir en las mismas condiciones, se perderá más del 30 por ciento de la cosecha yerbatera el año entrante, además de importantes disminuciones en el cultivo de frutas y verduras de estación.

Asimismo, los especialistas consideran que se podría cortar la cadena de producción de peces, por lo que muchos productores analizan apurar la cosecha y venta para evitar grandes pérdidas a futuro.

En cuanto a la parte ganadera, la producción de pastos quedó completamente paralizada y peligra la alimentación de la hacienda en medio de la temporada de reproducción de los animales.

Por ello, estiman que en 2021 disminuirá el número de cabezas de ganado por demoras en la preña. En este contexto, los productores aceleran la comercialización de terneros para evitar que los animales mueran por la falta de pasturas.

A todo esto se suma el peligro ante eventuales incendios, por lo que desde Control del Fuego se insta con fervor a tomar los recaudos necesarios para evitarlos.

Es que según datos del Inta, generalmente, entre junio y octubre se prevén precipitaciones de alrededor de los 430 milímetros, y este año solamente llovieron 130 milímetros.

En este marco, la disminución en la humedad es uno de los factores clave que agravan la sequía, junto con el viento sur.

En tanto, de acuerdo a lo expresado desde Alerta Temprana, jamás se había registrado antes en Misiones una humedad tan escasa, tocando el piso del 8%, siendo además la más baja desde 2015,ocasión en la que se midió un 18%.

Tal es la situación que hay comunas, como San José, donde los camiones municipales debieron salir a rellenar de agua los estanques y colaborar con riego en las plantaciones de los colonos.

Arroyos secos, hectáreas de plantaciones afectadas y animales sin pasturas, conforman un escenario complejo y preocupante, devenido sin lugar a dudas de un cambio climático y ambiental que cada vez se hace más intenso y dañino.

Hoja verde en peligro

La producción yerbatera es sin lugar a dudas la protagonista de la matriz productiva misionera. Sin embargo, las hectáreas de plantaciones hoy se ven en real peligro.

En diálogo con El Territorio, el productor yerbatero y diputado provincial Julio Petterson indicó que “es una situación muy complicada, justamente en esta época, no sólo para la yerba sino también para lo que es la producción, por ejemplo, de frutas, como la sandía, y otras que se venden en la época de las fiestas, que están en plena floración y con pequeñas frutas, además de lo que es la mandioca y la pastura para el ganado”.

Puntualmente respecto a la hoja verde, remarcó: “Estamos en plena brotación de yerba mate, cuando la planta necesita mucha agua para que largue el primer desarrollo. Es la primera brotación de las tres anuales, la primera es en octubre-noviembre, hay un receso estacional y arranca nuevamente en diciembre, se estaciona en enero y la última brotación es en febrero”.

“La primera brotación es justamente la que le trae el ingreso grueso al productor y es la que estamos finalizando ahora, esperemos que la segunda de viruta y entresacada en diciembre no nos agarre otra sequía grande porque o sino vamos a tener más del 35% de pérdida de producción. Esta sequía que estamos pasando ahora afecta lo que el productor tiene que sacar en mayo o junio del año que viene, porque es la copa que desarrolla el gajo pesado”, explicó.

En ese sentido, el productor yerbatero ratificó que “lo que nosotros estamos perdiendo ahora es justamente lo que va a afectar económicamente en forma directa y más grande al sector productivo, como ya lo padecimos este año con la sequía del año pasado. Esperemos que con esta lluvia que ha venido, la planta respire y no se estacione la brotación como años anteriores, que en pleno noviembre se estacionó y no siguió brotando. Por eso esperemos que prosiga”.

“Venimos con una preocupación muy grande, por la falta de lluvias significantes. Recorro mucho la provincia y nunca en mi vida vi el arroyo del puente curvo seco como hoy, alguna vez desbordó y ahora se ven las piedras. Se nota también en las vertientes, tajamares que se secaron. Más del 80 por ciento del caudal de agua de los arroyos ha bajado”, precisó.

Y agregó: “Esperemos que los países vecinos ayuden a cuidar también, porque Misiones es verde, pero Brasil tiene todo maíz y soja, Paraguay lo mismo, y esos errores son los que generan cambio climático y también nos afectan a nosotros”.

En la piscicultura

Otro de los sectores productivos en jaque es el de la cría de peces. Hay estanques en Misiones que se encuentran atravesando problemas muy graves de escasez de agua, por lo que se están pensando en posibles soluciones para evitar la pérdida de toda la producción.

El director de Investigación y Desarrollo Pesquero, Guillermo Faifer. contó que “en el municipio de 25 de Mayo teníamos programada una siembra y la estamos postergando hasta que haya lluvias más intensas y se normalicen las vertientes. Ahora, el productor que tiene en desarrollo, tiene que evaluar el tamaño de los animales y eventualmente, si la situación no mejora, debería hacer una cosecha de estos animales y transportarlos a algún productor que tenga mayor cantidad de agua, o si ya está en el peso de faena, tendrían que faenarlo y comercializarlo”.

En tanto, destacó que “no está generalizado el problema, ya que hay localidades más graves que otras, y hay municipios con estanques que tienen agua mientras otros que no, pero generalmente, esta situación está vinculada con el momento de la decisión de construcción del estanque, por ejemplo si no se ajustaron a las exigencias técnicas. Por eso no es una cuestión por región sino por esa exigencia que quizás no se cumplió”.

“Para hacer un estanque de piscicultura primero tenés que conocer el caudal de agua, el caudal mínimo de referencia para 1000 metros cuadrados es 1 litro de agua por segundo, pero hay muchos lugares donde se hicieron los estanques sin tener en cuenta la cuestión técnica y ahora se encuentran con este problema”, señaló.

Al mismo tiempo, resaltó que “uno de los factores que tiene mucho que ver también es la evaporación. Por cada metro cuadrado se evaporan entre 6 y 12 litros por día, entonces por eso dentro de las exigencias técnicas, una es el caudal, que nadie mide. Para dimensionar necesitás conocer el caudal, partiendo de esa base”.

“El otro tema a tener en cuenta es el de las cuencas, si hay varios productores en la misma cuenca haciendo uso de una vertiente o curso de agua, también va a afectar. Si el arroyo o vertiente que tiene capacidad máxima para diez productores y hay 20 en la cuenca, estamos complicados”, adujo.

Consecuencias en la hacienda

El déficit de lluvias en buena parte del 2020 y las heladas tardías que se registraron entre agosto y septiembre formaron un cóctel preocupante para el sector ganadero misionero. Es que la consecuencia de estos fenómenos meteorológicos impactaron de lleno en la generación de nuevos pastos, necesario para la alimentación de la hacienda que demanda de un promedio de entre 10 y 12 kilos por día.

“Estamos súper complicados y la situación es delicada”, resumió Roberto Comparín, administrador de la Cabaña Doña Magna.

Es que como consecuencia de la prolongada sequía las pasturas disminuyeron notablemente. Esta situación se da en medio de la temporada de celo de los animales que, por ello, provocará el retraso del nacimiento de más hacienda que, en efecto, podría demorar hasta seis meses y de hasta un año respecto al nacimiento de los terneros, si se cumplen los pronósticos que vaticinan la influencia de La Niña en la región por lo menos hasta abril de 2021.

“Los pronósticos son complicados y ya, a esta altura, estamos hídricamente en un 50 por ciento debajo de lo normal. En este panorama, hay que incluir que hace dos meses vino una helada tardía que hizo desastre en los pastos e inmediatamente se sumó la sequía, que provocó que ya muchos productores nos quedemos sin pasto”, advirtió.

Indicó que el principal problema radica en que la escasez de lluvias impacta de lleno en los pastos, fundamental para la alimentación de las vacas y toros.

“La falta de agua se soluciona progresivamente con tanques, que son paliativos, pero el pasto no. Si bien se puede comprar alimento, económicamente no es viable y, encima, el kilo de maíz subió de 12 a 20 pesos el kilo y eso hace que el productor se funda rápidamente”, dijo Comparín.

Luego explicó que los vientos del sector sur, que forman parte del fenómeno de la Niña que aqueja a gran parte del país, limitan el brote de los pastos, situación que se agrava más por la ausencia de grandes caudales de precipitaciones.

“La producción de pasto está bastante quieta y eso genera muchísima preocupación en el sector, porque una vaca sin celo demanda de un promedio de 10 kilos de pasto diarios para su alimentación. La realidad es que pasto prácticamente no hay”, aseveró.

En esta línea, señaló que se aceleró la venta de los animales para que algunos puedan comer y contar con la pastura.

“En mi caso en particular, y veo que ocurre lo mismo en otros campos, se aceleró la venta de los animales para que cuenten con pasto. Por ejemplo, en una hectárea tenía diez animales y ahora sólo dejo a dos para que se alimenten. Esto ocurre justamente en una temporada de celo y preña de los animales. La falta de buenos pastos provoca una demora en el celo y, con eso, un retraso en el nacimiento de más animales. En el caso que la vaca esté preñada, puede causar serios problemas en el animal”, comentó.

Por esto, estimó una fuerte disminución en la producción para el próximo año, que cortará con el crecimiento en el número de cabezas de ganado que se registraba en la provincia, ininterrumpidamente desde 2015.

“En este contexto, para la recuperación de los pastos requerimos que llueva al menos unos 40 milímetros por semana. Pero los pronósticos no son para nada alentadores. El lunes estaba pronosticada lluvia y apenas cayeron unos 2 milímetros. Todo esto es una situación realmente crítica para quienes vivimos de la hacienda”, concluyó el productor ganadero.

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