Informe de la Comisión de Prevención de la Tortura sobre la UP-IV

Internos revelan deserción escolar y precocidad en consumo de sustancias

La mayoría de los encuestados afirmó no haber terminado la primaria, mientras que la edad de inicio en las drogas -principalmente marihuana- ronda los 13 años
martes 10 de noviembre de 2020 | 6:00hs.
Internos revelan deserción escolar y precocidad en consumo de sustancias
Internos revelan deserción escolar y precocidad en consumo de sustancias

La Comisión Provincial de Prevención de la Tortura presentó un nuevo y crudo informe, en el que se visibiliza la situación de los detenidos del Instituto Correccional y de Menores UP-IV.

El análisis dado a conocer ayer da cuenta de un alto grado de deserción escolar a temprana edad, en simultáneo al inicio en el consumo de sustancias previo al ingreso a la unidad penitenciaria y devenido desde diferentes escenarios.

“En este sentido, a lo largo de las distintas visitas llevadas adelante, particularmente, en Instituto Correccional y de Menores UP IV hemos detectado, por el diálogo y la comunicación fluida con los menores allí privados de su libertad, que muchos de ellos expresaron tener algún tipo de relación, en sus distintas manifestaciones, con el consumo problemático, si se quiere, de drogas, alcohol, psicotrópicos, etcétera”, expresa el documento trabajado por la comisión.

Mediante una serie de entrevistas a los a los jóvenes privados de su libertad realizadas durante octubre, el equipo del organismo provincial logró determinar valores clave para poner en foco la problemática en cuestión.

Las encuestas fueron respondidas por 35 internos de sexo masculino de la Unidad, la mayoría de ellos de alrededor de los 20 años.

Un 48,6% son domiciliados en Posadas, siendo Oberá y Campo Viera los municipios que le siguen en número, entre otros.

Educación y trabajo
De los encuestados, un muy bajo porcentaje tiene la primaria y secundaria completa. El 42,9% del total dejó en la etapa secundaria, mientras que en mayor medida -un 45,7%- ni siquiera ha terminado la escuela primaria. Es decir, en total, casi el 90% de los entrevistados abandonó la educación formal en algunos de sus ciclos.

La edad en la que la mayoría decidió dejar definitivamente la escuela fue entre los 14 y los 16, pero hubo casos registrados de abandono a los 10 años inclusive.

En general, el motivo fue “porque no quería seguir”, aunque también respondieron que fue por otras razones, como problemas familiares, problemas con compañeros del establecimiento, por trabajo y por drogas, entre otros.

Asimismo, el informe muestra que 25 de los 35 encuestados tenían trabajo no registrados (changas), siete contaban con un emprendimiento personal, dos con trabajos registrados y solamente uno no trabajaba antes de ingresar al Penal. De todos ellos, un 22,9% admitió haber perdido un empleo por el consumo de sustancias legales (alcohol) o ilegales (marihuana, cocaína, etcétera). A esto se suma que un 28,6% ya tiene hijos.

Al hablar de la crianza durante la infancia, once de los encuestados explicaron que vivieron con madre y padre, nueve sólo con madre y seis se englobaron en la categoría “otros”, siendo el menor valor (dos de ellos) correspondiente a la crianza sólo con el padre.

Así también, un 26,5% del total recordó haber pasado situaciones de golpes y discusiones en el seno familiar y casi la mitad de los entrevistados refirió que en la familia había consumo de sustancias. De estos últimos, los mayores porcentajes tienen que ver con consumo de tabaco y alcohol, seguido por cocaína y marihuana. No obstante, también afirmaron que había cigarrillo, crack, tranquilizantes, pedra y otras sustancias.

Un 8,6% además determinó que había armas de fuego en el núcleo familiar.

El consumo y el delito
El informe de la Comisión revela que casi la mitad de los entrevistados de la UP-IV señaló que el delito por el que está detenido tiene relación con el consumo de sustancias, siendo el mayor porcentaje correspondiente a robo calificado, seguido por abuso, robo simple y homicidio.

Sin embargo, la mayoría admitió que previamente habían cometido otros delitos, algunos hasta más de diez veces, gran parte entre los 18 y 19 años. El 91,4% de los detenidos no tiene condena fija.

De igual manera, el documento visibiliza la problemática personal de cada uno de ellos, remarcando que el mayor porcentaje –un 24,7%– tenía problemas con la marihuana antes de ingresar a la unidad carcelaria. El tabaco, alcohol y cocaína le siguen en estadísticas. En tanto, la edad mayoritaria de inicio en el consumo se registró entre los 12 y los 14, aunque un gran número adujo haber empezado desde los 8 años.

Aunque muchos no quisieron especificar las razones, un 37,2% aseveró haber empezado a consumir “por curiosidad”, seguido por “falta de límites” y “baja autoestima/timidez”. En tanto, consultados por los medios con los cuales conseguían el dinero para comprar las sustancias, el 38% dijo que fue con el trabajo propio y un 26% a través de robos.

Finalmente, el 75% afirmó jamás haber iniciado un tratamiento y en ese mismo porcentaje admitieron que les gustaría poder comenzar con uno.

Mientras, casi la totalidad de los participantes de la encuesta manifestó estar interesado en que se brinde un espacio para conversar sobre el consumo problemático de sustancias, y más de la mitad aseguró que de quedar en libertad, no volvería a consumir jamás.

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