Con ‘Mi mástil, mi bandera’ ya se entregaron 100 pabellones

Banderas en el corazón de cada barrio

Con la propuesta de José Luis Bittencurt, de izar y arriar enseñas en la plaza de su zona, buscan que cada espacio de la provincia tenga paños de Argentina y Misiones
jueves 05 de noviembre de 2020 | 5:00hs.
Banderas en el corazón de cada barrio
Banderas en el corazón de cada barrio

En todo el territorio nacional, la bandera celeste y blanca señala la pertenencia al suelo argentino. Desde chicos, asociamos un conjunto de colores dispuestos de determinada manera con la idea de Nación, y sabemos que existe una bandera en particular que nos convoca e identifica.

Lo mismo sucede en la Tierra Colorada, así como la enseña patria nos congrega como argentinos sintiéndonos parte de un todo, la bandera de la provincia también nos representa como misioneros ante los ojos del resto del país. 

Con esa finalidad, la de sentir que todos somos parte de la patria, es que surge el programa ‘Mi Mástil, mi bandera’. Se trata de una iniciativa que tiene como finalidad la recuperación de los mástiles que se encuentran en las plazas de barrios y pueblos misioneros, a partir de su puesta en valor tanto material como simbólica.

La propuesta que lleva adelante la Secretaría de Estado de Cultura se inspira en el accionar de José Luis Bittencurt, ex integrante del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín y vecino del barrio 20 de Junio, que todos los días propicia el resguardo y la difusión de la identidad nacional, misionera y guaranítica desde su rol como vecino.

Bittencurt, desde hace varios meses se encarga de izar todas las mañanas las banderas argentina y misionera.

Asimismo, todas las tardes también se dirige a la plaza y, en compañía de los niños del barrio, arría las enseñas. La práctica se ha convertido en una ceremonia de todas las tardes, un ritual que busca instaurar el respeto por los símbolos y la importancia de sentirnos identificados con ellos.

“Todo surgió como una gran casualidad, como un acto común que se fue llevando a cabo día tras día y que tuvo mucha repercusión”, comenzó contando Bittencurt, en diálogo con El Territorio, respecto al proyecto que presentó al Estado y a su quehacer cotidiano.

“Es que, en el acto del 20 de Junio de este año, por el Día de la Pabellón Nacional izaron las banderas en la plaza. Y por la tarde las iban a llevar nuevamente. Entonces se me ocurrió hablar con las autoridades y hacerme cargo de las enseñas. Mi idea era, como lo sigo haciendo hasta ahora, izar y bajar las banderas todos los días”, agregó el vecino.

José Luis destacó que en su barrio hasta hace un tiempo no se izaba la bandera.

“Decían que no convenía, porque se robaban los pabellones y los cordines y porque no se cuidaban las banderas entre otras cuestiones. Pero yo siempre pensé que si hay mástil tiene que haber bandera y si hay bandera hay que izarla todos los días, porque es lo que corresponde”, dijo. “Así fue que desde el 20 de junio pasado me hice cargo, conseguí los paños y volvimos a izarlos todos los días”, continuó el ex granadero haciendo hincapié en que ese momento del día es uno de los más esperados de la tarde en la plaza central de su barrio.

Un cambio rotundo

El primer día que José Luis se acercó a la plaza para izar los pabellones por la mañana temprano, su acto no tuvo mucha repercusión, puesto que de mañana y en plena pandemia el barrio está todavía en silencio. Sin embargo, esa misma tarde, cuando debió arriar las banderas, habían algunos niños y adultos en la plaza. Los más chicos estaban jugando al vóley y los más grandes disfrutaban del espacio libre con mate en mano. Todos, al ver el accionar de José Luis, dejaron a un lado lo que estaban haciendo y quedaron en silencio.

“Recuerdo que ese día los adultos se pusieron de pie y les pidieron a los más chicos que dejaran de jugar hasta que las banderas se bajaran. Fue muy notorio el silencio y la intención de respeto que todos tuvieron para con el acto”, recordó el vecino.

Al día siguiente, cuando José Luis se acercó hasta el mástil para arriar las banderas, todos, automáticamente y en señal de respeto, habían dejado de lado sus prácticas y se dispusieron a prestar atención. Una vez bajadas las enseñas, el vecino se puso a dialogar con los niños que estaban presentes.

 “Desde ese día los chicos del barrio vienen a esa hora para participar del arriado. Dialogamos un rato, les explico la importancia de nuestra bandera, les cuento que en Malvinas nuestros soldados tuvieron que esconderla para no entregarla a la fuerza británica, que nuestro suelo fue defendido por el gran Andrés Guacurarí y que gracias a él somos misioneros y argentinos. Trato de difundirles respeto por estos símbolos que nos identifican como argentinos y misioneros”, dijo quien dedica también mucho tiempo de estudio a la historia nacional y regional.

Asimismo, la práctica se volvió tan bien aceptada en el barrio 20 de Junio, ya que todos los días los chicos colaboran con el arriado. “Como sucede en las escuelas, que ahora están cerradas por el contexto de pandemia, todos los niños piden para pasar a la bandera de la plaza y así nos vamos turnando para que cada uno tenga la posibilidad de participar de la ceremonia y tenga un acercamiento verdadero con esta práctica. El experimentar este tipo de situaciones también les enseña a ellos a tomar conciencia sobre lo importante que es sentirnos argentinos”, detalló.

Es que la plaza del barrio se convirtió en el espacio público por excelencia para seguir construyendo ciudadanía y sentido de pertenencia. “Es nuestra responsabilidad como adultos enseñarles a los pequeños el lugar en el que vivimos, el espacio que habitamos, la hermandad que nos une”.  Una bandera izada hace honor a los héroes de la patria, a los que trabajaron duro para que hoy tengamos nuestro lugar en el mundo. Una bandera izada nos une como ciudadanos iguales: “En un país tan diverso, la bandera nos hermana a todos”, reflexionó Bittencurt.

Costura y proyección

Con la premisa de recuperar los pabellones en cada plaza misionera, desde la Secretaría de Cultura se firmó un convenio con la Asociación Civil Barrios Unidos El Brete para que, a través del taller de costura de esta organización, se lleve adelante la elaboración de las banderas que se distribuirán en el marco del programa. Ayer se entregaron 100 pabellones (50 banderas argentinas y otras 50 misioneras) a distintas comisiones barriales de Posadas para que, en las plazas de cada barrio, flameen en lo alto de los pabellones.

Desde el taller de costura que lleva adelante la propuesta expresaron que “ya terminamos la primera tanda de banderas, y la verdad que para nosotras es emocionante saber que estos pabellones van a terminar flameando en cada pueblo y cada barrio de nuestra provincia”.

En tanto, uno de los referentes de Barrios Unidos El Brete, Kuki Zárate, sostuvo que “las compañeras elaboraron las banderas con un compromiso y una alegría muy grande. Pienso que este tipo de proyectos son muy importantes para concientizar a la población acerca del valor de nuestros símbolos, y para demostrar que somos un pueblo unido”. Por su parte, el ministro de Cultura Joselo Schuap, anunció que este proyecto tiene por finalidad “recuperar y rescatar mástiles en las plazas de los barrios, no sólo en Posadas, sino en distintas localidades de la provincia”. 

José Luis pregona la identidad nacional.
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