De las plazas a la cabeza

Al calor de la calle y con su pulso. Abriéndose paso entre barreras culturales y sociales late y estalla el trap. En la vena el ritmo sombrío y la letra provocadora de una generación que cuestiona las reglas que le enseñaron a jugar. La tecnología es herramienta que amplifica la voz.  

“El trap es un fenómeno musical que explota hoy en el país,  prende mucho en los jóvenes, pero no es algo tan nuevo. El trap como subgénero del rap y el hip hop se origina en Estados Unidos en los 90 y se fue haciendo despacio, hoy nadie puede negar que es un fenómeno creciente y que abre el juego para los artistas independientes”, definió Killato de Jason, rapero misionero radicado en Buenos Aires.

El músico se encuentra en pleno desarrollo de un taller vía Zoom para jóvenes artistas de la tierra colorada que quieran aprender a grabar un sencillo de género urbano.

El curso virtual de cuatro módulos comenzó ayer y se extiende hasta mañana; las conexiones son por la tarde y, apenas se conoció la propuesta desde la Secretaría de Estado de Cultura provincial, las inscripciones explotaron y hubo lista de espera.

“Quedó gente afuera, el curso despertó el interés de muchos jóvenes y ojalá pronto podamos hacer otra actividad parecida a esta”, dijo en diálogo telefónico con El Territorio.

Explicó que el curso de capacitación aporta las herramientas para la grabación de un tema en un miniestudio casero y con la mejor calidad. 

“En los cuatro días que dura el taller vamos a ver con la gente que se conecta al Zoom el detalle de la producción de un sencillo con la herramienta de la aplicación Fi Studio para grabar un tema, para editar el  audio, hacer la mezcla y la posproducción, todo lo que tiene que ver con producir una canción”.

Sobre el auge de esta sonoridad reflexionó que se consolida a caballo de las batallas de freestyle y las posibilidades ilimitadas de las pantallas. 

“Yo le atribuyo, al menos en general, el crecimiento de este género urbano que es el trap a dos factores principales, el primero es la popularidad de los freestyles que son las competencias en las calles, suelen ser gratuitas o de un costo de inscripción simbólico. Comenzaron siendo muy simples, casi espontáneas, y se fueron haciendo más grandes y salieron exponentes que hoy son referentes musicales. Ahora, por la pandemia, la actividad se mudó a la virtualidad”, referenció. Y ahondó en el segundo elemento que es la accesibilidad a grabar. “Hoy no necesitás que un gran sello te grabe un demo o juntar tanta plata para ir a un estudio; con un micrófono, una computadora y un programa de audio podés hacer tu sencillo y comenzar a mostrarte. Después, claro, la cosa se va profesionalizando, pero al menos este despegue lo veo más democrático, más abierto”.

Así, desde improvisados escenarios de plaza saltaron las rimas hasta el centro de la industria musical destronando en esa senda al legendario rock,  al mismo tiempo que abreva en su legado y contenido.

“Pienso que hoy el trap igual que todos los géneros urbanos tienen algo para decir. Hoy los jóvenes encuentran en el trap el espacio para hablar de lo que le pasa a una generación. Yo si voy más a lo técnico, defino al trap con unas características rítmicas como la base más lenta que el reguetón, los platillos picados, el 808 (la caja de ritmo programables). Para mí la sonoridad te muestra el género, más allá del mensaje que puede ser de contenido social pero no necesariamente, el trap puede hablar de lo que sea”.

Por último, esbozó, “el trap hoy es una tendencia y le abrió la puerta a que otros géneros también sean escuchados con exponentes argentinos, latinos. Si bien es algo relativamente nuevo y está en el centro de la escena no creo que sea el final del rock ni nada parecido. El rock tiene muchísima historia. Lo que sí creo es que los géneros se nutren entre sí, se entremezclan, se fusionan todo el tiempo. Sí creo que  hay que escuchar toda la música posible, abrir la cabeza”.

Estreno solista y un single con Las Manos de Filippi
El músico misionero Sebastián de la Fuente o Killato de Janson (24) se define como rapero e incursiona además en otros géneros. En 2011 sacó su primer demo, ‘Más que palabras’. Desde entonces fue una voz potente en cada encuentro de freestyle hasta llegar al escenario del Luna Park. Participó, además, en un proyecto musical de Tecnópolis.  
Desde inicios de este año se mudó a Buenos Aires para dedicarse de lleno a su carrera musical. En septiembre estrenó el single ‘Bandolero’ en streaming.
Se sumó a proyectos colaborativos con importantes artistas del género urbano y también se presentó con la banda de rock  Las Manos de Filippi.
El 13 de noviembre se podrá escuchar ‘América Latina Explota’, el nuevo sencillo de Las Manos de Filippi, una canción que el grupo con una extensa trayectoria en la denuncia de las desigualdades sociales desde la música, grabó en colaboración con Killato y que fusiona rock con rap/trap.