Como agua en el desierto

En días como los que estamos viviendo actualmente, en los que el calor acuciante parecería secar y matar todo a su paso, lo verde está ahí, surgiendo de la tierra.

Quizás dure muy poco, quizás vecinos desaprensivos destruyan o roben las plantas. Es cierto, como lo es también que otros se preocuparán y cuidarán.

Por ahora la vida generada en ese espacio de la ciudad continúa.

Los operarios riegan lo que espera florecer para darnos el placer de la belleza, la presencia de su aroma. Posadas arde de calor, pero explota de vida.